La Hermandad de la Sagrada Cena firmará este Jueves Santo un capítulo de oro en su aún corta historia –fundada en 1985– cuando inicie la estación de penitencia desde el interior de su sede canónica, la parroquia de San Álvaro de Córdoba. La cofradía situada en el barrio de Poniente concluyó la semana pasada la reforma para la ampliación de la capilla que ocupa en este templo, por lo que el paso de Jesús de la Fe podrá salir de una iglesia en la que radica desde 2001 y a la que llegó después de abandonar la parroquia de San Juan y todos los Santos, de la Trinidad. En estos últimos siete años, el paso del titular partía desde la casa de hermandad, localizada en el pasaje de Francisco González Pachón –en las inmediaciones de la parroquia–.

La altura de la puerta principal de la parroquia de San Álvaro de Córdoba era insuficiente para que un paso de las dimensiones del de la Sagrada Cena saliera desde este punto. Por este motivo, la corporación de Poniente ha pretendido desde su instalación en este barrio que el Obispado autorizara la operación para ampliar la capilla y disponer así de una puerta con dimensiones suficientes para posibilitar la salida de su paso de misterio. Conseguida la autorización del prelado, Juan José Asenjo Pelegrina, la cofradía inició las obras a finales del pasado año con el objetivo de acabarlas antes de la llegada de la Semana Santa.

La reforma de la capilla ha permitido que el espacio que ocupa la hermandad en la iglesia se incrementa hasta llegar a los 13,25 metros de longitud, ocho más de los que tenía antes de que se iniciaran las obras, y 5,45 metros de altura. Por tanto, la corporación de Poniente podrá salir desde su capilla y puede afrontar el proyecto del paso de palio de la Virgen de la Esperanza del Valle, ya que también podrá salir desde este punto. Para este trabajo, la cofradía de la Sagrada Cena ya tiene encargados tanto el bordado del frontal del palio, a cargo de Mercedes Castro, como piezas de orfebrería, a Manuel Valera.