Las especiales circunstancias derivadas de la crisis del coronavirus, la falta de fechas concretas para la próxima temporada y los cambios en la forma de trabajar en el Córdoba CF han deparado un verano extraño. Pasada la primera semana del mes de julio, la afición blanquiverde aún espera ansiosa los primeros movimientos, tanto de entrada como de salida, en el conjunto cordobesista. Una espera que se hace menos llevadera si se tiene en cuenta que el curso pasado a estas alturas el CCF había anunciado ya siete fichajes. Y es que a falta de fútbol, el mercado es la chispa que alimenta la ilusión de los seguidores en el periodo entre temporadas. Pero este año la situación ha variado por completo.

Lo cierto es que la falta de anuncios oficiales no significa ni mucho menos una parálisis en el trabajo de la dirección deportiva del Córdoba. Los técnicos siguen peinando el mercado, hablando con representantes, sondeando futbolistas... todo ello a expensas de que finalice aún el actual curso. Porque ese es el principal argumento que se esgrime desde el club cuando se consulta sobre las últimas novedades en lo deportivo.

El mercado de fichajes en Segunda División B anda bastante parado. Algunos equipos van confirmando incorporaciones, pero pocas de ellas se han llevado a cabo entre los equipos llamado a dominar la categoría. La razón es bien sencilla, muchos de los futbolistas que se moverán entre esos clubes aún están en competición. Y es que la interrupción de las competiciones por la crisis del coronavirus y la disputa de las eliminatorias de ascenso a finales de julio, tienen el mercado en un punto muerto inquietante.

Los clubes punteros de la categoría de bronce aguardan esa lucha por el ascenso para definir objetivos. Y el Córdoba quizás el que más, pues es bien sabido que al equipo que entrenará Juan Sabas deben llegar entre ocho y diez fichajes en las próximas semanas. Muchos de ellos procederán de esos equipos que aún mantienen la ilusión por dar el salto de categoría, lo que ahora mismo invalida cualquier negociación en profundidad.

Para calibrar lo extraño de este mercado estival en el CCF, basta con echar la vista atrás. El curso pasado, cumplida la primera semana de julio, el conjunto blanquiverde había cerrado ya siete incorporaciones, con las llegadas de Edu Frías, Raúl Cámara, Víctor Ruiz, Jesús Álvaro, Fidel Escobar, Juanto Ortuño y Javi Flores.

El control desde Bahréin

Con todo, la falta de movimientos anunciados por el club también se debe a la nueva dinámica de trabajo que se ha establecido en el Córdoba con la llegada de Infinity. Los nuevos propietarios monitorizan el día a día en las oficinas del club desde Bahréin, con Javier González Calvo como enlace permanente con el presidente y vicepresidente del club. Cualquier operación o presupuesto, por pequeños detalles que sean, necesitan de la aprobación de los inversores de Infinity.

Así se explica que movimientos ya prácticamente cerrados, como la rescisión del contrato de Luis Garrido, el paso de Raúl Cámara a la secretaría técnica o la renovación de Iván Navarro para las dos próximas temporadas, aún no hayan recibido oficialidad por parte de la entidad. Tampoco los muchos fichajes para los equipos de base, el filial y el femenino, que ya están rubricados. Una serie de operaciones que aún tardarán unos días en ser anunciadas, en este verano tan atípico que le ha tocado vivir al Córdoba.