Coria - Córdoba CF | La Crónica

Algo bonito se está cociendo (0-3)

Willy Ledesma es abrazado por De las Cuevas tras el primer gol del Córdoba CF en Coria. Willy Ledesma es abrazado por De las Cuevas tras el primer gol del Córdoba CF en Coria.

Willy Ledesma es abrazado por De las Cuevas tras el primer gol del Córdoba CF en Coria. / LOF

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Golpe de autoridad. Apenas un cuarto de hora tardó el Córdoba CF en solventar el que en teoría se presentaba como el compromiso más complicado en lo que va de temporada. Dos zarpazos de Willy Ledesma bastaron para desarmar todas las carencias de un Coria que no fue rival para el cuadro blanquiverde, por mucha voluntad que puso ante su público. Tan superior se mostró el Córdoba al cuadro cacereño, que ni siquiera le hizo falta jugar un partido excesivamente brillante al cuadro de Germán Crespo. Con orden, concentración y puntería en ataque, los blanquiverdes finiquitaron el partido para seguir destacados al frente de la tabla, ya solo con el Cacereño aguantando el pleno de puntos.

Todos los temores por el mal estado del césped de La Isla, por el poderío del cuadro local en las jugadas de estrategia o por la capacidad de adaptación de los cordobesistas a un feudo hostil, saltaron por los aires a los 20 segundos. Eso fue lo que tardó Willy en abrir el marcador, con un cabezazo por encima de su par, a centro de Puga en la primera jugada del partido.

Un tanto que desnudó las carencias del Coria y que sentó como un jarro de agua fría a los locales, incapaces de superar el nerviosismo en defensa desde ese momento. Con el marcador a favor casi desde la caseta, al Córdoba le bastó con ordenarse y esperar los errores del rival para ejecutarlo. Tras un par de intentos infructuosos del cuadro cauriense, una contra conducida por Puga desde campo propio terminó con el segundo tanto de Willy. El de Torremejía recibió el balón en la frontal del área y se vio tan solo que se animó a disparar colocado, sorprendiendo a Diego Mirón.

Descompuesto y presa de sus errores, el Coria pareció por momentos un pelele en manos de los blanquiverdes. Antes de la media hora, el enésimo error en la entrega del cuadro local lo aprovechó Puga para asistir a De las Cuevas, que no alcanzó el balón en el mano a mano ante Diego Mirón. Solo la relajación del Córdoba, fruto de su enorme superioridad, dio algo de vida al cuadro cauriense. Pasada la media hora de juego, Patxi Dávila gozó de una oportunidad clarísima, al cabecear desviado por muy poco un centro de Pino desde la derecha. El zurdo monopolizó el protagonismo en ataque de su equipo, y cinco minutos después exigió a Felipe Ramos con un disparo potente desde fuera del área que el madrileño sacó a córner con un paradón.

Adrián Fuentes protege el balón ante la presión de un jugador del Coria. Adrián Fuentes protege el balón ante la presión de un jugador del Coria.

Adrián Fuentes protege el balón ante la presión de un jugador del Coria. / LOF

Sin dejar que el rival se creciera en exceso, el Córdoba volvió a enseñar su mayor calidad en ataque y no dejó el choque finiquitado al descanso de milagro. Willy tuvo una gran ocasión camino del minuto 40, con un disparo lejano tras recuperación en campo rival de Álex Bernal. Otro despiste escandaloso de la zaga local permitió a Adrián Fuentes plantarse poco después ante Diego Mirón, pero su chut cruzado y raso se estrelló con el poste, sin que Puga acertara a culminar la jugada en el rechazo. Y ahí no acabó la cosa, pues antes del descanso Willy le comió la tostada a Rubén Alegre, se plantó ante el meta del Coria y disparó flojo. Camino de la caseta, el resultado bien podía ser de 0-4 para los de Germán Crespo.

Con el trabajo ya más que encarrilado, era de esperar que el Coria quemara sus naves a la vuelta de vestuarios. Y eso fue lo que sucedió, sin que el equipo de Rai Rosa obtuviera rédito alguno. Con algo más de intensidad y colmillo para ganar los duelos individuales, el conjunto cauriense forzó varios saques de esquina, pero el Córdoba solventó el arreón local sin apenas apuros.

Para la hora de juego, el balón volvió a ser de dominio exclusivo para los blanquiverdes y el Coria estaba ya entregado. Su técnico retiró a Patxi Dávila, con problemas físicos después del amplio despliegue que hizo, y agotó rápido las cinco permutas sin que su equipo encontrara argumentos para inquietar lo más mínimo a un Córdoba que se dedicó a tocar el balón y a estar bien colocado, sin cometer errores infantiles que pudieran enganchar a los locales en el tramo final.

Casas saca un disparo ante dos defensas del Coria. Casas saca un disparo ante dos defensas del Coria.

Casas saca un disparo ante dos defensas del Coria. / LOF

Fiel a su estilo, Germán Crespo usó los cambios para refrescar el ataque y acertó de pleno dando entrada a Simo y Luismi. Con los futbolistas del Coria ya al límite de sus fuerzas, los dos extremos hicieron daño en ambos costados, desactivando la opción de que el rival embotellara a los blanquiverdes. Ya en el tramo final, una cabalgada de Simo sirvió para que Casas pusiera la rúbrica al choque. El extremo hispano-marroquí dejó en el camino hasta a tres futbolistas del rival, para regalarle el gol, en un gesto de generosidad, a su compañero. El rambleño solo tuvo que empujarla y encontró el premio del gol por su voluntad pese a los pocos minutos de los que dispuso.

Con esa muestra de suficiencia, el Córdoba sacó los tres puntos de Coria y envió el primer mensaje serio a todos sus rivales. El claro candidato al ascenso directo sabe fajarse también en los escenarios menos elegantes. La voracidad ofensiva de los de Germán Crespo sigue marcando un ritmo inalcanzable para los rivales. Algo bonito se está cociendo.

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