El sonoro fiasco que ha cosechado el Córdoba CF en su estreno en Primera Federación obliga a que el club acometa una profunda renovación de su plantilla este próximo verano. Con la temporada ya finalizada, desde la entidad se encuentran en ese momento de realizar el análisis de la actual plantilla para decidir qué activos son aprovechables para el futuro y cuáles tienen que abandonar la entidad. En ese trabajo, las fechas de finalización de los contratos son un factor clave y el conjunto cordobesista tendrá mucho margen de maniobra al ser el 30 de junio de 2023 una fecha de liberación de buena parte de sus jugadores.

En concreto, son 16 los futbolistas que dejarán de tener relación contractual con la entidad en un mes, siempre que no medie una renovación. Solo nueve jugadores tienen vínculo más allá de este curso, entre los que se cuenta a un Ramón Bueno que regresará a la entidad tras jugar cedido desde el pasado mes de enero en el Fuenlabrada.

El grueso de la plantilla, por tanto, acaba contrato y eso liberará mucho las manos de los técnicos a la hora de diseñar el nuevo proyecto. Como futbolistas propiedad del Córdoba que serán libres en un mes aparecen Felipe Ramos, Pablo Picón, José Ruiz, Carlos Puga, Alberto Jiménez, José Alonso, Ekaitz Jiménez, Antonio Caballero, Javi Flores, De las Cuevas, Willy Ledesma y Dragisa Gudelj, cuyas especiales circunstancias médicas hacen que ahora mismo su futuro sea una incógnita.

De todos ellos, no parece que muchos tengan posibilidad de renovar. En esa negociación para continuar podrían entrar José Ruiz, Alberto Jiménez o los veteranos -por ese rol especial que tienen- Javi Flores, Willy y De las Cuevas. Con todo, son casos complicados y que habrá que tratar uno a uno.

Ahí no acaban las salidas, pues el equipo blanquiverde tiene cuatro cedidos que desde el 30 de junio regresarán a la disciplina de sus clubes de origen. Se trata de Jorge Moreno (Rayo Vallecano), Armando Shashoua (Ibiza), Marco Camus (Racing Santander) y Juan Villar (Huesca).

En el capítulo de jugadores con vínculo más allá del 30 de junio aparecen nueve nombres. Carlos Marín (2024), Calderón (2024), Diarra (2024), Carracedo (2025), Simo (2024), Kike Márquez (2024 más uno opcional), Canario (2024), Casas (2025) y Ramón Bueno (2024) son la base con la que ahora mismo cuenta la plantilla.

Claro está que el hecho de tener contrato no implica que todos esos futbolistas vayan a continuar. Carlos Marín, por ejemplo, cuenta con opciones en Segunda División. Simo y Casas han quedado tocados por una temporada muy aciaga. Kike Márquez ha recibido el castigo de la afición y su situación es compleja. Canario apenas ha contado después de llegar en invierno y parece una de las salidas claras, y Diarra podría incluso ser repescado este verano por el Athletic Club, que se reservó esa opción al dejarlo libre el pasado verano. Incluso Ramón Bueno, que firmó hace un año y no ha tenido protagonismo alguno, tiene difícil mantenerse en la entidad.

La obligación de acertar mucho

Con esa situación, al Córdoba CF se le presenta un verano de intenso trabajo en los despachos, algo que puede interpretarse desde dos perspectivas. Por un lado, es evidente que el club tendrá que realizar muchas operaciones y eso siempre conlleva un riesgo alto, pues el porcentaje de acierto en los fichajes debe ser elevado para conformar un bloque competitivo.

Sin embargo, y así prefieren verlo desde El Arcángel por el momento, con la decepción de esta temporada, la situación de la plantilla es una oportunidad propicia para un reseteo completo que permita al club pasar página y renovar sus objetivos. De una forma u otra, lo que queda claro es que el próximo Córdoba se parecerá muy poco al actual. Y eso, visto el resultado de este curso, parece la mejor noticia.