Un triunfo incontestable. El Córdoba CF sometió a un claro aspirante al ascenso como el Real Murcia con una puesta escena brillante y mucho trabajo en el segundo tiempo para sumar de manera sobresaliente los tres primeros puntos de la temporada. Los hombres de Iván Ania borraron de un plumazo el amargor que dejó el tropiezo inicial en liga gracias a una primera parte completísima, con acierto en ataque y buen trabajo en defensa, que dejó paso a un segundo acto más loco pero del que los blanquiverdes salieron bien parados.

Valiente y con personalidad desde el primer momento, el conjunto cordobesista se reivindicó en un escenario imponente, un feudo en el que Real Murcia está llamado a ser muy fuerte esta temporada, pero que tuvo que ver como el Córdoba hacía saltar la banca a las primeras de cambio con una actuación que refuerza al grupo, después de un cierre de mercado que ha sembrado bastantes dudas sobre el potencial de la plantilla. Si ante el Ibiza el CCF fue inferior y lo pagó con la derrota, ante el Murcia el fútbol premió la superioridad del conjunto cordobesista.

Cualquier planteamiento previo que ambos técnicos pudieran haber hecho del duelo saltó por los aires cuando no se había cumplido el minuto de juego. Antes siquiera de que ambos equipos pudieran asentarse sobre el terreno de juego, un saque de banda desde la derecha lo golpeó de volea Kike Márquez para estrellarlo en el poste y permitir a Casas, que andaba bien colocado, empujar a gol la pelota. Toda una semana de preparación de ambos conjuntos para que todo cambiase en apenas segundos. Así es el fútbol.

Con esa renta casi desde la caseta, el Córdoba CF se sintió muy cómodo y reforzado en su confianza. Lejos de ceder la iniciativa al rival, los blanquiverdes apretaron en la presión hasta ahogar la salida de balón del conjunto murciano y en cada recuperación golpearon con ambición. Manu García tuvo que despejar con apuros un córner botado por Álex Sala cuyo rechace lo mandó alto Carracedo.

Antes de cumplirse el minuto 10, de nuevo percutieron los blanquiverdes. Esta vez fue por el costado derecho, con Albarrán ganando la línea de fondo y sirviendo un pase atrás que José Ruiz le birló a Kike Márquez cuando ya se relamía el de Sanlúcar. Esa excelente puesta en escena del Córdoba tuvo continuidad con otra recuperación en campo rival que permitió a Kike Márquez conducir un contragolpe, contemporizar y servir un balón a Carracedo que perdonó con todo a favor estrellando el balón en el poste.

Kike Márquez celebra su gol en el Real Murcia - Córdoba CF.

El Murcia temblaba ante la determinación del Córdoba y todo fueron errores en una primera parte horrible del conjunto entrenado por Gustavo Munúa. Sin capacidad de hilvanar jugadas, los locales se encomendaron a las arrancadas de Pedro León y Carlos Rojas, que amagaron sin llegar a dar en un par de ocasiones. El partido era del conjunto blanquiverde, que además supo jugar a la perfección con la ventaja en el marcador que le permitía dar un pasito atrás en espera del error del rival para tratar de matarlo a la contra.

Golazo de Kike Márquez

Aunque no fue así como llegó el segundo gol, sino en un nuevo saque de banda desde la derecha que Albarrán puso en el área, Casas luchó sin llegar a tocar y Kike Márquez transformó en una obra de arte tirando una vaselina medida e imposible para Manu García. El 0-2 no solo hacía justicia, también dejaba al Murcia herido de muerte.

Tanto que el Córdoba pudo y debió haber abrochado el partido antes del descanso, porque los pimentoneros se desquiciaron y aumentaron sus errores en la salida de balón, lo que aprovechó el Córdoba para seguir llegando al área rival con peligro. Pasada la media hora, Kike Márquez y Calderón ejecutaron una jugada ensayada que terminó con el balón en el larguero de la meta de Manu García. Simo también lo intentó antes del descanso con un chut lejano y Álex Sala rozó el gol al botar de manera magistral un libre directo que Manu García sacó sobre la raya. Una ocasión que terminó de levantar el runrún de la grada, antes de la pitada de la parroquia local a los suyos cuando Muresan Muresan decretó el tiempo de asueto.

Estaba cantado que tras el descanso el Murcia trataría de quemar sus naves. Y así fue. Los pimentoneros apretaron de salida en busca del tanto que los metiera de vuelta en el choque. Pero el Córdoba supo contemporizar y amagó en un par de contras con resolver el choque. El primer cuarto de hora transcurrió sin mucho sobresalto y nada parecía presagiar peligro alguno para los de Ania.

Sin embargo, el caprichoso fútbol se encargó de animar la contienda. En una acción aislada de los locales, Carlos Rojas le ganó claramente la acción individual a Albarrán, que cometió un penalti que Pedro León convirtió en el 1-2. El tanto rearmó a los de Munúa, que tuvieron un par de buenas ocasiones para haber empatado. En la primera Arturo Molina disparó desviado; la segunda fue un cabezazo de Carrillo, solo tras un córner, que no cogió portería.

Carracedo pugna por el balón con Montoro en el Real Murcia - Córdoba CF.

Perdonaron los locales y el Córdoba no dejó pasar esa oportunidad. En la siguiente jugada, un brillante desplazamiento de balón de Álex Sala habilitó a Simo con todo el carril izquierdo descubierto. El extremo ganó metros y vio como su par dudaba ante el desdoble de Calderón, lo que Simo aprovechó para poner un centro medido que Casas cabeceó al contrapié del arquero para hacer el 1-3.

Un golazo que desactivó al Murcia y que llevó a Ania a hacer una modificación en su equipo, dando entrada a Isma Ruiz por Simo y desplazando a Kike Márquez a la izquierda, para adelantar a Diarra a la mediapunta. Los de Munúa lo intentaron pero sin mucha fe, hasta que en el tramo final un falló notorio de Lapeña al ir a despejar un balón permitió a Álex Rubio encarar a Carlos Marín, que tocó el balón con la mano fuera del área. El árbitro expulsó al arquero, obligando a la entrada de Lluís Tarrés. Sin embargo, el Córdoba pudo capear el amago de reacción de los locales y abrochar el triunfo sin excesivos sufrimientos, haciéndose con tres puntos sanadores y que deben llenar de moral al equipo.