Córdoba CF

Así queda la plantilla del Córdoba CF: un grupo más reducido que gana opciones en ataque

Sidibé participa en un rondo en su primer entrenamiento con el Córdoba CF.

Sidibé participa en un rondo en su primer entrenamiento con el Córdoba CF. / Miguel Ángel Salas

El mercado invernal de fichajes echó el cierre en una última jornada frenética para el Córdoba CF. El conjunto blanquiverde, que partía con la idea de apenas hacer un par de movimientos en sus fichas sub 23, terminó sellando tres bajas –Sidoel, Alain y Salido– en las últimas horas y un fichaje más –el de Nahuel Arroyo– para dibujar una plantilla más corta, pero con muchas más opciones en la mediapunta y el ataque.

Una de las peticiones de Pablo Alfaro a la dirección deportiva era trabajar con un grupo algo más reducido, en el que prácticamente todos los futbolistas puedan contar con minutos de peso y tener así a todo el vestuario implicado en el objetivo. El tiempo dirá si Miguel Valenzuela y Juanito han acertado, pero al menos esa primera premisa está cumplida atendiendo a la composición del plantel.

El Córdoba se queda con 21 fichas del primer equipo utilizadas, incluyendo el ascenso de Alberto del Moral desde el filial, con un perfil más ofensivo de loa que era el equipo al inicio de la temporada. Alfaro contará con dos porteros (Becerra y Edu Frías); siete defensas (Álex Robles, Farrando, Djetei, Bernardo, Xavi Molina, Berto Espeso y Jesús Álvaro); tres mediocentros (Alberto del Moral, Djak Traoré y Mario Ortiz); seis jugadores para las bandas y la mediapunta (Nahuel Arroyo, Carlos Valverde, Javi Flores, De las Cuevas, Sidibé y Moutinho); y tres puntas (Alberto Ródenas, Willy Ledesma y Federico Piovaccari). A ellos hay que sumar a Luismi, que sigue con ficha del filial y en la órbita del primer equipo, si bien se espera que con los nuevos efectivos en ataque pase a ayudar al segundo equipo de forma asidua.

Serán en total 22 futbolistas, suficientes para el técnico y la dirección deportiva para pelear por el objetivo marcado del ascenso. Aunque por número se pierde un efectivo en la medular (Darren Sidoel), la poca confianza en el neerlandés hacían prescindible su presencia, al igual que la de Alberto Salido.

A cambio, el CCF gana un efectivo más en ataque como Alberto Ródenas, un perfil más del gusto de Pablo Alfaro y del que se espera un buen rendimiento pese a llegar con números discretos fruto de una lesión que le lastró al inicio del curso. Con todo, los principales cambios estarán en las bandas.

El empeoramiento en la lesión de Samu Delgado y el descontento por el rendimiento de Alain Oyarzun han hecho que la dirección deportiva del Córdoba apuesta por dar un cambio radical a las alas del equipo. Sidibé era un jugador deseado desde el verano, y de él se espera que aporta verticalidad, desborde y gol, con ese estilo anárquico, veloz y escurridizo que tan buenos frutos dio al Andorra el curso pasado. En el caso de Nahuel Arroyo, la apuesta es importante al firmarle un contrato hasta 2023, con la confianza puesta en que el catalán ofrezca un rendimiento similar al exhibido en la Llagostera el curso pasado, lo que le abrió las puertas de la Segunda División de la mano del Albacete.

Con más opciones en la zona de ataque, la que más se mueve en los partidos, y la base de la sólida defensa que ya tenía el equipo, el Córdoba se encomienda al trabajo de Pablo Alfaro para sacar el máximo rendimiento de una plantilla que deberá primero asegurar un sitio entre los tres primeros en esta primera fase, para después pelear por el ascenso con todas las garantías.

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