Córdoba CF - Unionistas de Salamanca | La Crónica
  • La pegada de los blanquiverdes basta para sumar los tres primeros puntos en una frenética segunda parte

  • Los de Germán Crespo sacaron su mejor versión para sobreponerse a una primera parte de dudas

Que siga la fiesta (4-1)

Christian Carracedo celebra su primer gol oficial con el Córdoba CF. Christian Carracedo celebra su primer gol oficial con el Córdoba CF.

Christian Carracedo celebra su primer gol oficial con el Córdoba CF. / Juan Ayala

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

El Córdoba CF sigue excitando a su afición y El Arcángel no se baja de la nube en la que se instaló la temporada pasada. Los blanquiverdes debutaron en Primera Federación con un triunfo a base de su mejor receta: verticalidad y valentía hasta destrozar a un Unionistas de Salamanca que dejó buenas sensaciones en la primera parte pero que acabó desarbolado. Y eso que a los de Germán Crespo les costó hacer su fútbol en una primera parte gris de la que habrá que aprender mucho para el futuro. En el segundo tiempo, el CCF fue el equipo que quiere ser. Y ahí ya resultó imparable.

Pocas sorpresas dejó el primer once inicial de Germán Crespo, con cuatro fichajes como titulares y la idea de juego que el equipo viene exhibiendo desde que él está al mando muy presente. Con todo, pese a ese nivel de asimilación de conceptos que tiene ya el equipo, al Córdoba le pesó el inicio, quizás por los nervios del estreno con El Arcángel deseoso de ver a los suyos dar su mejor versión.

Y eso que, aunque a oleadas, los blanquiverdes tardaron poco en merodear el área de Salva de la Cruz, pero por lo general con poca precisión en los pases finales para llevar peligro real a la meta del Unionistas. El conjunto salmantino tardó poco en asentarse y, apoyado en la superioridad numérica que planteó su técnico en el centro del campo, dificultó mucho la fluidez del juego del CCF.

Bajando el ritmo del partido cada vez que les era posible, los de Casañ avisaron al cuarto de hora, con una falta lateral botada por Nespral que remató Borja Díaz desviada. El Córdoba, incapaz de encontrar el camino para atacar con claridad, respondió con velocidad. Carracedo recuperó un balón en el punto de penalti y enfiló con decisión la portería rival. Antes de pisar área, soltó un misil que se estrelló en el poste de la meta visitante. La primera gran ocasión del partido era fruto de un chispazo individual.

Simo intenta marcharse de David Vicente en el primer tiempo. Simo intenta marcharse de David Vicente en el primer tiempo.

Simo intenta marcharse de David Vicente en el primer tiempo. / Juan Ayala

Fue una acción aislada que no puso nervioso al Unionistas de Salamanca, que mantuvo su guion inicial de replegar líneas en campo propio, llegando por momentos a tener los 11 futbolistas en su mitad del terreno de juego, y supo contragolpear con criterio para empezar a meter los nervios en la zaga blanquiverde.

El partido empezó a decantarse de la igualdad inicial a un mayor dominio de los visitantes. Culpa de ello también tuvo el Córdoba CF, con constantes equivocaciones en la salida de balón, forzadas por el buen planteamiento de su rival. Para colmo, el Unionistas empezó a ver vías para hacer daño, principalmente por el costado defendido por Puga. Ahí percutió Beneit para sacar un centro que Borja Díaz remató a bocajarro y que Gudelj frenó lanzándose al suelo de manera providencial.

El atacante de los charros cabeceó un minuto después un nuevo centro desde el mismo costado, esta vez de Jon Rojo, pero Carlos Marín respondió con seguridad para hacerse con la bola. Demasiados acercamientos del rival y la grada que empezaba a impacientarse. Ya enfilando el tramo final del primer acto, el peligro para el Córdoba llegó desde la banda derecha, con un centro de David Vicente que se envenenó y que De la Nava remató en el área pequeña por encima de la portería.

Desde ahí hasta el pitido de Lax Franco para mandar a los jugadores a vestuarios, apenas pudo responder el equipo de Germán Crespo con una jugada de estrategia bien trenzada en una falta lateral, que sin embargo se quedó sin rematador final, y con una postrera internada de Diarra, que reclamó penalti tras chocar con Mario Gómez en el área del conjunto salmantino.

Después de una primera parte de muchas dudas, el descanso sentó muy bien al Córdoba, que aclaró ideas y, sin necesidad de cambios en el once inicial, cambió la cara al partido rápidamente. Crespo mandó subir aún más la defensa, acercar líneas y asfixiar al rival. El plan salió a la perfección. De las Cuevas empezó por fin a aparecer entre líneas haciendo mucho daño.

El Unionistas, que de manera extraña retiró al descanso a Borja Díaz, su mejor hombre, se aculó sobre su área descaradamente pero ya sin el ímpetu del primer tiempo. Y ahí el CCF insistió hasta dinamitar el partido. Un córner botado por De las Cuevas que peinó Jorge Moreno lo cazó Carracedo en el área para poner por delante a su equipo. El gol dio confianza a los blanquiverdes, que por fin se soltaron y fueron ese equipo atrevido y vertical que tan buen resultado dio el curso pasado.

Carracedo celebra el primer gol del Córdoba CF al Unionistas de Salamanca. Carracedo celebra el primer gol del Córdoba CF al Unionistas de Salamanca.

Carracedo celebra el primer gol del Córdoba CF al Unionistas de Salamanca. / Juan Ayala

Antes de que los de Raúl Casañ pudieran reaccionar, el Córdoba dio el segundo zarpazo. Un robo en campo propio lo convirtió De las Cuevas en un pase a Simo en posición franca para que el hispano-marroquí pusiera el 2-0 con un gran chut cruzado a la escuadra.

Ahí pudo matar el partido el equipo de Germán Crespo, que sin embargo no lo hizo y comprobó que en esta categoría cada error va a penalizar mucho más que en Segunda RFEF. Un deficiente marcaje defensivo a la salida de un córner botado por Jon Rojo permitió a Mario Gómez rematar solo en el punto de penalti y poner el 2-1 que apretó el marcador. Pudo ser ese momento en que al CCF le temblaran las piernas, pero nada más lejos de la realidad. Con el rival ya exigido en busca del empate, un robo en presión alta del conjunto cordobesista propició que Carracedo asistiera a Casas, que firmó la jugada de la noche. El rambleño controló el balón, dejó atrás a su par con un regate en seco y elevó el balón ante la salida de Salva para firmar un auténtico golazo.

Fue entonces cuando el duelo se resquebrajó ya por completo, si bien el Unionistas siguió creyendo. Los charros tuvieron el segundo gol en un remate a bocajarro de Beneit que Carlos Marín sacó de forma milagrosa. Fue el prólogo al tanto que cerró el duelo. En otra recuperación en campo rival, Adrián Fuentes sirvió el cuero a placer para Kike Márquez, quien prefirió asistir a Willy que rematar y regaló al de Torremejía una diana que terminó por llevar la fiesta a la grada de El Arcángel, que retomó el jolgorio donde lo dejó la temporada pasada.

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