El Córdoba CF golea al Cádiz y vuelve a sonreír en El Arcángel (4-2)

Córdoba/Vuelve a sonreír en El Arcángel. El Córdoba CF doblegó con solvencia al Cádiz, pese a llevarse un susto innecesario en la segunda parte, y suma tres puntos que vuelven a avivar las ilusiones de los blanquiverdes por poder seguir mirando al play off de ascenso en este tramo final de liga. Los hombres de Iván Ania fueron superiores al conjunto cadista y pudieron sentenciar el duelo en la primera parte. Un cuarto de hora de caraja defensiva en la segunda parte complicó la contienda, pero el equipo reaccionó a tiempo y terminó sellando con holgura la victoria que rompe una dinámica de cuatro partidos sin ganar ante su afición. Los tres puntos son la mejor manera de empezar un fin de semana en el que ahora habrá que esperar resultados ajenos para ver a qué distancia queda la sexta plaza.

Condicionado por la importante cantidad de bajas, hasta siete, con las que afrontaba el Córdoba CF el partido, Iván Ania tiró de lógica y no quiso experimentar demasiado en su once inicial, al que volvió Carracedo tras cumplir sanción y en el que se mantuvo Marvel, con Obolskii como novedad más llamativa en la punta de ataque, relegando de nuevo a Casas al banquillo.

Por las particularidades del Cádiz CF, los caminos para hacerle daño estaban muy claros y el Córdoba CF no tardó en intentar aprovecharlos. Presionando alto y moviendo el balón con velocidad, los blanquiverdes avisaron en los primeros compases del derbi andaluz con un par de buenas internadas de Calderón. Una de ellas generó un córner botado por Carracedo en el que el balón quedó muerto y Marvel no acertó con la portería cuando estaba en buena posición.

Con todo, el agujero que había que aprovechar era el de la banda izquierda de los amarillos, donde Ontiveros apenas ayudaba a Climent, un lateral que ya de por sí sufre en labores defensivas. Carracedo se aprovechó de esa circunstancia para hacer una primera parte esplendorosa. A los cuatro minutos, un desborde y centro raso suyo lo tocó lo justo Obolskii para rozar el gol, pero el esférico no cogió portería por centímetros.

El Cádiz trató de incomodar al CCF en la presión y por momentos lo consiguió. Sobre todo cuando Carlos Marín tuvo que sacar de portería, en unos primeros compases dubitativos en el inicio del juego desde campo propio para los de Iván Ania. Sin embargo, con el transcurrir de los minutos, el partido cogió la inercia que siempre busca el Córdoba CF y empezó a jugarse en una sola dirección. Los blanquiverdes crecieron a medida que Carracedo entró en contacto con la pelota, siempre amenazante con su par, siempre ganador en los duelos. El extremo catalán desequilibró la contienda con una acción brillante en el minuto 24, percutiendo en diagonal hacia el área, apoyándose en Obolskii y convirtiendo la devolución del ruso en un disparo certero ante el que nada pudo hacer David Gil.

El gol hizo tambalearse al Cádiz, que perdió el balón en el saque de centro por la fuerte presión del Córdoba CF, con Obolskii a punto de hacer el 2-0. El ruso, poderoso y ganador ante los centrales del Cádiz, habilitó a renglón seguido a Théo Zidane y el francés disparó flojo. Para entonces, los amarillos eran ya incapaces de sacudirse la presión de un Córdoba arrollador, que tuvo en las botas de Théo Zidane otras dos grandes ocasiones desperdiciadas. Sin embargo, la insistencia encontró de nuevo premio y Pedro Ortiz robó el balón a David Gil en el área pequeña, obligando al portero a agarrarlo y cometer un penalti que le costó la tarjeta roja. Jacobo transformó con solvencia la pena máxima y ensanchó la brecha.

Con superioridad numérica y el marcador muy de cara, el Córdoba CF jugó a placer hasta el descanso, recreándose por momentos y siendo capaz de percutir una y otra vez con peligro por el costado derecho, donde Climent se desesperaba y Ontiveros se lavaba las manos en labores defensivas. Al descanso, el 2-0 se antojaba incluso corto para el vendabal que el CCF había sido capaz de generar.

Todo lo bueno que había hecho el Córdoba CF en el primer tiempo lo tiró por la borda en un cuarto de hora inicial de la segunda parte incomprensible. Gaizka Garitano restructuró a su equipo pasando a jugar con carrileros y confiando en poder reengancharse al duelo. Y la caraja del CCF tras el paso por los vestuarios le facilitó esa tarea a los amarillos. A los dos minutos, un centro de Climent desde la izquierda lo cabeceó a gol Roger Martín con pasmosa facilidad y sin que la zaga blanquiverde opusiera resistencia.

Pese a estar con un jugador más, ese gol hizo dudar al Córdoba CF, que tardó en reaccionar y pasó unos minutos de incomodidad que fueron la previa del 2-2. En otro balón parado, en una acción en la que Marvel se complicó sin necesidad, Álex Fernández botó un córner y Chust remató con facilidad liberándose de la marca de Pedro Ortiz. La cómoda renta había queado en nada, pero el CCF tenía media hora por delante para enmendar su metedura de pata.

Ania buscó la reacción de su equipo sacando del campo a Pedro Ortiz y dando entrada a Ander Yoldi, que se situó en la izquierda y liberó a Jacobo. El Córdoba CF recuperó el control y pareció serenarse, volviendo a encerrar al Cádiz en su campo. Así, tras varios saques de esquina seguidos forzados, Carracedo puso uno al punto de penalti y Chust empujó claramente a Albarrán. La pena máxima, clarísima, la convirtió en gol Carracedo para poner las cosas en su sitio.

Los siguientes cambios de Ania, Genaro y Casas, redoblaron el esfuerzo físico del equipo y el Córdoba encontró frescura para sentenciar a los amarillos. Una transición que condujo Jacobo la finalizó el madrileño con un disparo que Caro repelió, sin poder evitar que Casas remachara a gol tras estar muy atento al rechace. Esa diana del rambleño fue la puntilla para el Cádiz, que ya bajó los brazos definitivamente. El gol de la sentencia llevó a técnico asturiano a dar minutos a los jóvenes Ntji y Adri Vázquez, para cerrar un derbi andaluz que reconcilia al Córdoba CF con la victoria en El Arcángel y reaviva las ilusiones del equipo de seguir mirando a la zona de privilegio.