Córdoba CF - CD Badajoz | La Crónica

El Córdoba CF se sacude la pena y condena al Badajoz (3-1)

Marco Camus celebra el gol que supuso el 3-1 del Córdoba CF al Badajoz. Marco Camus celebra el gol que supuso el 3-1 del Córdoba CF al Badajoz.

Marco Camus celebra el gol que supuso el 3-1 del Córdoba CF al Badajoz. / Juan Ayala

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Y después de tres meses arrastrando su escudo... el Córdoba CF volvió a ganar un partido. Los blanquiverdes cerraron la temporada con una victoria que de nada sirve más que para dibujar una sonrisa en la última foto de la temporada, al tiempo que se sacuden la pena de una segunda vuelta lastimosa en la que enterraron cualquier opción de luchar por los retos más bonitos. Tres puntos totalmente anecdóticos que colman el último deseo de Manuel Mosquera, pues así huye de la historia negra del club en el último instante. Y un triunfo que, todo hay que decirlo, arrastra a Segunda RFEF a un paupérrimo Badajoz que en El Arcángel no demostró merecer otra cosa, aun a sabiendas de que le iba la vida en el envite.

Como capítulo final del curso más extraño que se recuerda en la historia moderna de la entidad, el Córdoba reservó un partido serio, con un error de bulto que costó un gol, pero más ambición en ataque y una puntería ciertamente mejorada, lo que facilitó mucho el camino hacia una victoria en la que fue protagonista claro Miguel de las Cuevas. El alicantino se despidió de El Arcángel con un doblete y lágrimas en los ojos al ser sustituido. Sabe perfectamente el veterano futbolista que su etapa en el club ha finalizado, pero en esa última foto de su estancia en Córdoba quedará siempre para el recuerdo su impronta de profesional que, con más o menos acierto, siempre ha defendido el escudo con honor.

Pese a que muchos de sus mensajes en sala de prensa levantaran ampollas entre los aficionados, a Manuel Mosquera no se le podrá negar la insistencia en terminar el curso logrando al menos un triunfo que maquillase levemente el desastre de su etapa en el club. Bajo esa premisa, el técnico volvió a dar un giro de tuerca a su once inicial, dejando de lado los posibles homenajes a hombres como Javi Flores, y apostando por un 4-4-2 con el que, precisamente, el Córdoba ya le hizo daño al Badajoz en el partido de la primera vuelta. Al fin le funcionó un planteamiento al coruñés, un hombre que profesionalmente ha dejado mucho que desear en el Córdoba, pero que tiene un porcentaje mínimo de responsabilidad en el fiasco de la entidad blanquiverde.

Al conjunto pacense, además, se le notó la tensión de jugarse el descenso desde el primer minuto, lo que contribuyó a que la entrada en el partido del Córdoba no fuese tan mala como desde hace meses acostumbra. Eso sí, las primeras ocasiones fueron para los necesitados visitantes. Buyla probó a Picón con un chut lejano y Gorka Santamaría obligó al meta a estirarse al cabecear el balón en el área pequeña. Dos acciones que parecieron enchufar a los de David Tenorio.

Sin embargo, fue el Córdoba el que golpeó primero, aprovechando endémica endeblez defensiva del conjunto pacense, algo que le ha costado infinidad de puntos esta temporada. Con el Badajoz tirando bajísima la línea de presión, el conjunto blanquiverde amasó una buena jugada desde la derecha, para virarla después a la izquierda, desde donde Calderón irrumpió con fuerza para conectar con José Ruiz. El valenciano centró libre de marca un balón raso que De las Cuevas remató inexplicablemente solo. Un tanto bonito para el alicantino en su último partido en El Arcángel y mortal de necesidad para el cuadro de David Tenorio.

Jorge Moreno felicita a De las Cuevas tras su primer gol al Badajoz. Jorge Moreno felicita a De las Cuevas tras su primer gol al Badajoz.

Jorge Moreno felicita a De las Cuevas tras su primer gol al Badajoz. / Juan Ayala

Los nervios por verse por debajo en el marcador atenazaron entonces a un Badajoz que no fue un problema para el Córdoba durante muchos minutos. Los blanquiverdes, de hecho, dominaron territorialmente y jugaron todo el tiempo en campo rival, aunque sin el colmillo necesario para hacer más daño a su rival. Y cuando eso no pasa, los errores en este Córdoba tan mediocre acaban apareciendo. En esta ocasión, en el minuto 37, fue Pablo Picón el que regaló el balón a Adilson, que habilitó a Zelu para un disparo que el meta repelió, dejando el balón para Adilson, que a placer hizo el empate.

El Córdoba se autolesionó sin necesidad de que el rival le apretase y la sangría pudo ser mayor, pues un minuto después Zelu puso en apuros a Picón con un disparo lejano que el meta también salvó después en el rechace, con el intento de Gorka Santamaría. Al descanso, el Córdoba se marchaba con las dudas que él mismo se había generado por su incompetencia.

Pero para dudas, las del Badajoz, pues el empate al descanso no valía para un equipo que debió volverse loco en el vestuario mirando los resultados de otros campos. Solo así se explica la segunda parte lamentable de un equipo que se jugaba la vida y que, pese a necesitar ganar, no tiró prácticamente contra la portería de Pablo Picón.

Esa pasividad del rival la aprovechó el Córdoba para envaletonarse en busca de la victoria. Pasada la hora de juego, fue Simo el que desperdició una buena acción personal con un tiro desviado. Pero apenas dos minutos después llegó el segundo gol de De las Cuevas, quien regateó a un rival con facilidad, tras la salida de un córner, y cruzó el balón viéndose beneficiado por un toque en Gorka Santamaría que descolocó a Narváez.

Simo pelea con Carlos Calderón por la pelota en el primer tiempo del Córdoba CF - Badajoz. Simo pelea con Carlos Calderón por la pelota en el primer tiempo del Córdoba CF - Badajoz.

Simo pelea con Carlos Calderón por la pelota en el primer tiempo del Córdoba CF - Badajoz. / Juan Ayala

Ese segundo gol fundió los plomos de un Badajoz ya maniatado por los nervios. Los pacenses se descosieron totalmente y Carracedo reventó el larguero con un chut lejano que pudo abrochar el partido. Quedaban 20 minutos y, lejos de reaccionar, el equipo de David Tenorio fue un pelele en manos de un Córdoba deseoso de sentenciar el duelo. Ya todo fueron contras de los locales, como las dos desperdiciadas por Carracedo o un remate claro de Willy Ledesma que se topó en el poste. Fue en la última jugada del partido cuando Marco Camus encaró a Narváez habilitado por un cabezazo al balón de Willy y batió al meta visitante, sentenciando el envite, confirmando el decente final para los suyos y condenando al abismo a un Badajoz que lloró su suerte junto a los dos millares de seguidores que les acompañaron hasta El Arcángel.

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