El director deportivo del Córdoba, Alfonso Serrano, ya trabaja en la confección de la plantilla del conjunto blanquiverde. Consciente de que tiene por delnate una ardua tarea, pues tendrá que realizar al menos 15 fichajes, el nuevo jefe en lo deportivo del conjunto cordobesista ha puesto sus ojos en su anterior club, el Tenerife, como posible caladero del que conseguir algún refuerzo interesante.

En ese sentido, hay dos nombres propios anotados en la agenda de Serrano. Por un lado, el de Paco Montañés, futbolista que a sus 32 años ha finalizado su contrato en el conjunto insular, donde no continuará, después de estar lastrado por varias lesiones en las dos últimas temporadas.

Montañés, que puede desenvolverse por ambas bandas, es un futbolista de exquisita calidad técnica, que ha tenido en las lesiones su principal hándicap en las últimas campañas. El extremo acumula experiencia en la máxima categoría, tras su paso por el Zaragoza y el Espanyol. Además, jugó en equipos importantes de la categoría de plata como el Alcorcón –con el que disputó el play off de ascenso a Primera–, el Levante y el Tenerife.

Con todo, el fichaje de Montañés es una de esas operaciones complicadas, porque el jugador contará durante el verano, con alguna oferta de LaLiga 1|2|3.De hecho, sin ir más lejos, ya ha mostrado su predisposición a seguir en Tenerife si le reclaman.

El otro jugador en el que Serrano ha puesto sus ojos es Borja Llarena. El joven delantero canario es una de las perlas del filial del Tenerife, e incluso ha participado en seis partidos de la presente temporada con el conjunto insular, después de hacer una gran pretemporada a las órdenes de Etxeberria.

A sus 20 años, el delantero tiene contrato con el Tenerife hasta 2022, pero el equipo canario es consciente de que el filial se le queda pequeño, por lo que no vería con malos ojos una cesión en la que pudiera foguearse, ya que tiene complicado participar mucho en el primer equipo. Por su edad, Llarena encajaría como uno de los sub 23 que el Córdoba necesita.