Más de 40 minutos con superioridad numérica y un resultado a favor al inicio de la segunda mitad no bastaron al Córdoba para sumar el triunfo en el Viejo Nervión, lo que habla muy a las claras de la triste realidad del equipo que entrena Juan Merino.

Apoyado en el 5-3-2 con el que viene actuando en las últimas jornadas, el Córdoba volvió a ser dominado por su rival y Merino no esperó ni siquiera al descanso para frenar la sangría, dando entrada a Jaime Romero por Joao Afonso para recomponer el equipo con un 4-4-2, el sistema con el que se siente más cómodo, por mucho que la falta de resultados le haya obligado a probar otras variantes.

Ahí, coincidiendo con el final de la primera parte y el inicio de la segunda, tuvo el Córdoba sus mejores momentos y logró adelantarse. Sin embargo, la presión de verse por delante y con un hombre más sobre el césped pudo con los jugadores blanquiverdes. Faltas de atención a la hora de marcar al hombre en las acciones a balón parado, miedo a ir un poco más arriba en la presión, y falta de ambición cuando el partido pudo dejarse sentenciado fueron los males que sufrió el CCF en el tramo final del choque y que le costaron dos puntos. Al final, el punto resultó incluso positivo viendo el arreón del rival.