La fortuna, esa que el pasado fin de semana sonrió al Córdoba ante el Alcorcón, fue esquiva esta vez en Tarragona y el conjunto blanquiverde se volvió de vacío tras un partido en el que la infantil expulsión de Pedro Ríos y el fallo clamoroso de Razak en el primer tanto local terminaron siendo claves para el devenir del choque.

Los planes de Carrión saltaron por los aires, ya con ventaja en el marcador, cuando Pedro Ríos fue expulsado al cuarto de hora. La lesión de Rodas y la chiquillada del jerezano propiciaron el paso a un 4-4-1 y olvidarse de la línea de cinco hombres atrás. El Córdoba quedó ya a expensas del rival y esperanzado en tener alguna ocasión al contragolpe.

Se defendió bien el equipo de Carrión, especialmente por el centro, zona en la que el Nàstic chocó una y otra vez en su intento de penetrar hasta la portería de Razak. Sin embargo, tanto esfuerzo defensivo pasó factura a la hora de atacar y Rodri quedó demasiado aislado en la punta.

El cansancio de los blanquiverdes pasó factura al final y en una jugada desafortunada ya sobre la bocina todo el trabajo de más de una hora en inferioridad se fue al garete. Las bajas y los imprevistos con los que empezó el partido dejaron poco margen de maniobra a Carrión. Y es que lo que el fútbol a veces te da, otras te lo quita.