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El Córdoba CF pospone la fiesta de su ascenso (2-2)

Simo encara a Aguado en el primer tiempo del Cacereño-Córdoba CF. Simo encara a Aguado en el primer tiempo del Cacereño-Córdoba CF.

Simo encara a Aguado en el primer tiempo del Cacereño-Córdoba CF. / Paco Fernández

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

La fiesta del ascenso del Córdoba CF no será en El Arcángel. Al menos, el próximo fin de semana. El conjunto blanquiverde se dejó dos puntos en su visita al Cacereño, fruto de un penalti postrero que concedió José Cruz, y deja así pasar una oportunidad para sentenciar el salto de categoría en la próxima jornada ante su afición. Pese a esa pequeña decepción, el punto logrado en el Príncipe Felipe puede darse por bueno por cuanto se mantiene a raya al principal perseguidor, que ahora tiene una semana menos para evitar lo que parece inevitable. También hay que verlo en positivo si se tiene en cuenta que el CCF no fue superior a su rival, que gozó de mayor número de ocasiones y que pudo sentenciar en la primera parte.

Pese a ello, la sensación de amargura es innegable porque, a escasos cinco minutos del pitido final, el Córdoba tenía en su bolsillo los tres puntos y el plan perfecto para el próximo sábado, con la posibilidad de asegurar el ascenso a Primera RFEF delante de su gente. Una desafortunada acción de José Cruz dio al traste con esa bonita fiesta, que terminará por llegar, aunque muy posiblemente lejos de El Arcángel, el escenario idílico para ello.

Para el duelo más exigente de la temporada, Germán Crespo optó por cubrir el hueco en el perfil izquierdo con Puga, ahorrándose así el desplazar a Gudelj desde el eje central. Una apuesta que pronto se demostró arriesgada, pues en la primera jugada del partido el Cacereño castigó la espalda del carrilero granadino. Una recuperación en el centro del campo de los de Julio Cobos permitió a José Ramón ganar línea de fondo y encontrar a Solano en el punto de penalti, para que el ariete batiera con su remate a Carlos Marín.

Sin haberse situado todavía sobre el césped, el Córdoba CF ya se vio forzado a atacar para tratar de nivelar la contienda. Y lo cierto es que le costó a los blanquiverdes entrar en el duelo. Y eso que Javi Flores lo intentó a los cuatro minutos con un disparo desde la frontal del área que detuvo Fran. Poco después, De las Cuevas se encontró con el balón en el área tras un saque de banda y su remate se marchó desviado.

José Cruz gana el balón en un salto con Aguado, defensa del Cacereño. José Cruz gana el balón en un salto con Aguado, defensa del Cacereño.

José Cruz gana el balón en un salto con Aguado, defensa del Cacereño. / Paco Fernández

Pese a esos acercamientos, el Córdoba sufrió lo indecible cada vez que el Cacereño era capaz de robar en la medular, gracias a su efectiva presión en tres cuartos de campo. Colau, que se movió con soltura por todo el frente de ataque, encontró de nuevo carril para sacar un disparo duro que desvió Carlos Marín y que Solano no logró embocar con todo a favor. Cada llegada de los extremeños entrañaba peligro para el CCF. Mala señal.

De esa sensación de zozobra constante se fue recuperando el Córdoba a base de tener el balón. Los blanquiverdes, pasado el primer cuarto de hora, reclamaron un más que posible penalti sobre De las Cuevas. Pero fue el Cacereño el que volvió a avisar, con un remate de Solano a centro de Colau que obligó a Carlos Marín a hacer un paradón antológico. El partido tuvo en ese tramo un ritmo de superior categoría, con dos equipos merecedores de salir pronto de la cuarta categoría nacional.

Sin llegar a tener el control total del partido, el Córdoba empezó a merodear con más asiduidad el área de Fran. De las Cuevas lo probó antes de la media hora de juego con un disparo que el meta desvió con dificultades. Fue el preludio del tanto del empate. Adrián Fuentes sacó un centro atrás desde la derecha y Simo recogió el balón al borde del área grande para ajustar su derechazo entre dos defensas y sorprender al meta del Cacereño.

El Córdoba respondió con toda su contundencia a una gran primera media hora del Cacereño. Los extremeños, al comprobar la tremenda pegada de los blanquiverdes, optaron entonces por tomar más precauciones y el ritmo del partido decayó camino del descanso. Antes de enfilar el camino hacia los vestuarios, apenas hubo una ocasión clara y fue para los de Julio Cobos. De nuevo José Ramón se coló con facilidad entre Puga y Gudelj y sacó un disparo raso que se marchó desviado por muy poco.

Toni Arranz derriba a Kamal en el tramo final del partido. Toni Arranz derriba a Kamal en el tramo final del partido.

Toni Arranz derriba a Kamal en el tramo final del partido. / Paco Fernández

En el segundo acto, sorprendió que Germán Crespo no apostara por corregir ese déficit que su equipo había evidenciado en el costado izquierdo de su defensa. En su lugar, optó por suplir a Adrián Fuentes por Luismi, buscando una frescura en ataque que el de Plasencia tampoco aportó. Con todo, el duelo siguió por los derroteros de equilibrio con los que llegó al término del primer acto. El Cacereño no se atrevía ya a irse al ataque tan alegremente y el Córdoba se sintió cómodo viendo como el peligro de los extremeños se había reducido de manera considerable.

Además, el equipo blanquiverde volvió a sacar un enorme rédito de sus pocos acercamientos al área rival, pues antes de la hora de juego fue De las Cuevas el que cazó un balón suelto ante Fran, que derribó al alicantino provocando un penalti que el mismo mediapunta transformó. El escenario era inmejorable para el Córdoba, delante en el marcador y ante un rival que parecía haber perdido el ardor guerrero mostrado en la primera parte.

Un postrero y fatal error

Los de Germán Crespo fueron capaces entonces de dominar más el partido, bajarle las revoluciones y hacer que el tiempo pasara con poca acción en las áreas. Estuvo, de hecho, más cerca el tercero de los blanquiverdes, con un disparo lejano de Willy Ledesma que no cogió portería de milagro. Para entonces, el técnico del CCF ya había refrescado a su equipo con los cambios y corregido en parte el déficit defensivo con la entrada de Toni Arranz, con la idea de que el mediocentro ayudara a cerrar la brecha que Puga dejaba a su espalda y que el Cacereño volvió a explotar poco después.

Porque cuando el partido caminaba hacia su final, un súbito intento de los locales de nuevo por la derecha de su ataque terminó en penalti. José Cruz, en una acción infantil, cortó el balón con las manos de forma clara cuando José Ramón intentaba un pase al área. El penalti lo transformó el propio José Ramón y el Córdoba ya no tuvo tiempo de reaccionar, dando por bueno un punto que lo acerca al objetivo pero que le impide hacer planes festivos para la tarde-noche del próximo sábado.

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