CD Badajoz - Córdoba CF | La Crónica
  • El Córdoba CF se rehace de una mala primera parte y fulmina al Badajoz gracias a su arrolladora pegada

Un espíritu inquebrantable (2-4)

Willy Ledesma celebra con Puga uno de sus goles al Badajoz. Willy Ledesma celebra con Puga uno de sus goles al Badajoz.

Willy Ledesma celebra con Puga uno de sus goles al Badajoz. / LOF

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Poco importa el escenario en el que se desarrollen los partidos, porque el Córdoba CF siempre encuentra la manera de decantarlos de su lado. Los blanquiverdes consiguieron en el Nuevo Vivero de Badajoz una victoria que vale su peso en oro, por el fondo y por la forma. Los tres puntos antes de visitar Riazor refuerzan el liderato y llenan de moral a un equipo que cada semana se muestra como el más serio candidato al ascenso directo. Pero en este caso, la forma en la que llegó el triunfo también ayudará a crecer en el futuro, porque el CCF fue capaz de sobrevivir a una mala primera parte para sacar su versión más efectiva en la segunda y finiquitar el partido con una facilidad pasmosa que destruyó al Badajoz.

El del Nuevo Vivero no fue, ni de lejos, el mejor partido del Córdoba CF en lo que va de curso. Pero a fin de cuentas, los cuatro goles anotados al equipo de José María Salmerón dejan bien a las claras que la calidad que atesora la plantilla que maneja Germán Crespo es argumento suficiente para decantar prácticamente cualquier encuentro, sin necesidad de una actuación colectiva excelsa. Y ojo, porque un equipo que gana cuando borda el fútbol y que lo hace igualmente cuando sufre, es claro candidato a los objetivos más ambiciosos que se le puedan poner por delante.

Como es habitual, Germán Crespo volvió a sorprender con su once inicial. Esta vez, más por planteamiento que por jugadores, aunque resultó llamativa la titularidad de Cedric Teguia. Con todo, lo más sorprendente fue la apuesta del granadino por alinear dos puntas natos como Willy Ledesma y Casas, prescindiendo de esa figura del mediapunta tan capital en su equipo.

Tampoco siguió el patrón esperado el Badajoz, que reforzado por sus últimos buenos resultados planteó un partido mucho más abierto de lo que entraba en los planes del CCF, sin rehuir la posesión de la pelota pero sobre todo centrados en hacer daños con velocidad al contragolpe.

Quizás fue por esa actitud del conjunto pacense que el guion de partido que planteó Germán Crespo no terminó de reflejarse sobre el terreno de juego. El Córdoba esperaba llevarse el partido aprovechando el poderío rematador de sus dos puntas, a los que Carracedo y Cedric Teguia tenían que surtir de balones. Pero a la hora de la verdad, faltó conjunción entre las líneas del CCF y más dinamismo a la hora de llevar el balón hasta los extremos.

Para colmo de males, el Badajoz golpeó pronto y metió el partido en otra dimensión. Una pelota dividida a la que Puga acudió con poca tensión la ganó Francis Ferrón, que se apoyó en Jesús Alfaro para que el mediapunta hiciese llegar el balón a David Soto. El extremo derecho de los albinegros engatilló la pelota, que tocó en el cuerpo de Gudelj y despistó a Carlos Marín.

Un inicio nada acertado del conjunto blanquiverde que, sin embargo, se iba a recuperar rápidamente. Y lo hizo devolviendo el golpe. Un envío en largo de Puga a la espalda de la zaga local sorprendió al Badajoz. Casas aprovechó el desconcierto para ganar la acción a Mariano, al que dejó sentado con un recorte seco. Su primer zurdazo lo sacó Kike Royo, pero en el rechace ya no perdonó el de La Rambla, que dio aire a su equipo con un chispazo de calidad.

Diarra intenta rematar el balón en el área del Badajoz. Diarra intenta rematar el balón en el área del Badajoz.

Diarra intenta rematar el balón en el área del Badajoz. / LOF

Pero más allá de esa acción, el Córdoba no encontraba su fútbol habitual, ese al que había renunciado con una apuesta por el juego más directo. Claro que la calidad de los blanquiverdes siempre está y eso pudo haber cambiado el partido antes del minuto 20, cuando Diarra tuvo tiempo para pensar y puso un gran balón a espaldas de Mariano que Willy cazó y cedió para Cedric Teguia, pero el intento de vaselina del extremo se marchó alto.

Del posible 1-2 se pasó al 2-1, porque un balón en largo a David Soto lo ganó el atacante albinegro a la espalda de Calderón, que se lanzó al suelo provocando un penalti dudoso, pero bien forzado por el jugador local. Francis Ferrón transformó desde los 11 metros y puso el partido muy cuesta arriba. Sobre todo porque el Badajoz ya tenía el choque donde lo quería y podía ceñirse a protegerse atrás y esperar una contra para tratar de matar a los blanquiverdes.

El cuadro de Salmerón, además, se encontró cómodo teniendo el balón en ese tramo de partido y el Córdoba se tuvo que conformar con jugadas aisladas para generar peligro. Antes de la media hora, Casas le pegó mordido con todo a favor tras una pérdida del rival en campo propio. Poco después, un centro de Cedric Teguia lo estrelló Willy contra el lateral de la red. El CCF llegaba a la meta rival, pero sin soltura y en posiciones poco propicias. Para colmo, el joven extremo de origen camerunés perdonó una clarísima ocasión antes del descanso tras una pared entre Puga y Javi Flores. Al descanso, la sensación era de mucha incomodidad para los blanquiverdes y se antojaba necesario regresar a un patrón de juego más natural.

Así debió verlo Germán Crespo, que dio entrada a Simo por Cedric para buscar más juego combinativo por dentro. Esa variante, junto al cambio de actitud colectiva que se vio en el equipo, fue determinante. En apenas unos minutos, el Córdoba recuperó sensaciones y acumuló ocasiones. Willy encontró a Casas y el rambleño se topó con Kike Royo en una clarísima ocasión. Dos minutos después, un centro medido de Calderón lo cabeceó alto Willy con todo a favor.

El Córdoba tenía por fin el mando del partido y, como suele suceder en esos casos, el gol no tardó en llegar. Fue Carracedo el que lo generó, con un centro que tocó en un defensa y que Simo cazó en el segundo palo para superar a Kike Royo. Ese gol hundió al Badajoz, que dos minutos después de encontró con un penalti sobre Diarra que transformó Willy Ledesma, ya con el Córdoba lanzado al ataque cual manada de lobos.

Willy Ledesma lo cierra

El doble golpe moral noqueó a los albinegros, que poco después vieron como Willy Ledesma redondeaba su actuación haciendo el cuarto, segundo de su cuenta, después de una cabalgada de Puga desde campo propio. Un golazo que puso el broche al partido, pese a que quedaba todavía casi media hora de juego.

Porque a esas alturas, el Badajoz ya era una sombra de su mejor versión. Los 20 minutos de agitación del Córdoba, que tanto le han dado esta temporada, volvieron a cobrarse una víctima. Con el marcador ya de cara, Germán Crespo refrescó a su equipo para evitar cualquier atisbo de reacción en un Badajoz al que ni las permutas reanimaron, por más que Zelu y Calderón lo intentaron en dos buenas ocasiones.

Puga supera a José Mas en la jugada del último gol del Córdoba CF. Puga supera a José Mas en la jugada del último gol del Córdoba CF.

Puga supera a José Mas en la jugada del último gol del Córdoba CF. / LOF

Del Nuevo Vivero, el Córdoba se marchó con tres puntos y la agradable sensación de que incluso en el contexto más desfavorable y en una tarde de menos inspiración es capaz de imponerse. Los de Germán Crespo han hecho del triunfo costumbre y, si no se salen de ese camino, esta bonita temporada solo puede acabar de la manera más feliz.

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