El Escáner | Análisis de la jornada 14

El Córdoba CF, Riazor y un punto con regusto dulce

Adrián Fuentes se lleva el balón en pugna con Antoñito.

Adrián Fuentes se lleva el balón en pugna con Antoñito. / LOF

El Córdoba CF aún saborea el punto conseguido en Riazor ante el Deportivo de La Coruña como un botín más que bueno en esta jornada 14 de Primera Federación. Los blanquiverdes rompieron su dinámica de cuatro triunfos consecutivos pero salieron del feudo deportivista con una sensación muy similar a la de un triunfo, al mantener importantes distancias con un rival temible por presupuesto y plantilla, y ver como el resto de contendientes a la primera plaza tampoco eran capaces de recortarle puntos.

Los empates del Alcorcón -en su feudo ante el Fuenlabrada- y el Real Madrid Castilla -también como local, ante la Cultural Leonesa- dan más valor a lo conseguido por el CCF en Riazor. Tan solo el Racing Ferrol, que ganó al Pontevedra y dejó atrás una dinámica de cinco encuentros sin sumar de tres, parece recuperar algo de terreno, pero aún así sigue a seis puntos del Córdoba. Y es que el conjunto blanquiverde tacha una hoja del calendario manteniendo su situación de privilegio y dejando atrás un nuevo feudo peligroso en esta exigente temporada en la Primera Federación.

De hecho, esta primera vuelta del campeonato está sirviendo al Córdoba para despejarse el camino en lo que a visitar el feudo de sus rivales más directos se refiere. En estas 14 jornadas, el equipo de Germán Crespo ha superado ya la prueba de visitar Valdebebas (Real Madrid Castilla), A Malata (Racing Ferrol) y Riazor (Deportivo de La Coruña). Tres feudos de tres equipos llamados a habitar durante todo el curso en la zona noble y que no fueron capaces de pasar del empate ante el equipo cordobesista. El próximo domingo, el CCF visitará al Alcorcón en el Santo Domingo, último feudo junto a Linarejos que les queda por pisar respecto a los seis primeros clasificados. La visita al Linares será la única que quede reservada para la segunda vuelta, en la que todos estos candidatos al salto de categoría tendrán que pasar por El Arcángel, el campo más exigente -así lo atestiguan los números- del Grupo I de Primera RFEF.

Con esa solidez como visitante y la brillantez que el equipo muestra en El Arcángel, el Córdoba dibuja una trayectoria convincente, sin los altibajos que han tenido prácticamente todos sus rivales y que a corto plazo no tiene visos de verse gravemente interrumpida. Bien es cierto que ante el Deportivo los blanquiverdes sufrieron por momentos. También lo es que fallaron ocasiones claras en el tramo final del partido para haberse llevado el triunfo. Incluso ese gol anulado a Jorge Moreno, a todas luces legal, sigue en la mente de los seguidores blanquiverdes. Pero más allá de todo eso queda la pasmosa solvencia del equipo de Germán Crespo para sumar puntos lejos de su estadio, donde todavía no ha perdido esta temporada.

La primera visita sin gol

De hecho, lo más negativo que deja el duelo de Riazor para el CCF es que por primera vez en esta temporada se quedó sin hacer gol como visitante. Hasta la fecha, los blanquiverdes habían marcado seis 13 dianas en seis encuentros a domicilio, con una media superior a los dos goles por partido. El conjunto coruñés fue capaz de secar ese caudal ofensivo del Córdoba, que para colmo se topó con el grosero error arbitral en el gol de Jorge Moreno, que a buen seguro habría cambiado el sino del encuentro, en un sentido o en otro.

Para encontrar el último partido de liga en el que el Córdoba de Germán Crespo se quedó sin marcar hay que remontarse prácticamente un año atrás. Fue el 19 de diciembre de 2021, cuando los blanquiverdes igualaron en Ceuta sin goles.

Carlos Marín, un muro de nuevo

Buena parte de la culpa de que el Córdoba sumara un punto en Riazor la tiene Carlos Marín. El arquero almeriense estuvo inmenso, salvando ocasiones de auténtico peligro ante el Deportivo de La Coruña y ofreciendo una seguridad a su defensa que tranquilizó a sus compañeros y les hizo contrarrestar a los muchos y buenos efectivos que el conjunto coruñés tiene en ataque.

Marín llegaba a Riazor después de encajar dos goles en el Nuevo Vivero y se rehízo siendo el mejor su equipo sobre el césped, para sumar su quinta portería a cero de la temporada. El meta blanquiverde es el menos goleado del Grupo I y dejó patente que, cuando el Córdoba no encuentra el camino en ataque, en su portería tiene otro elemento diferenciador para seguir sumando puntos tan valiosos como el rascado en Riazor.

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