Alberto Aguilar cuelga las botas. El futbolista cordobés, camino de los 37 años, se despide del fútbol el próximo domingo, después de una trayectoria de más de dos décadas que lo llevó a jugar en todas las categorías del fútbol español, desde la élite hasta la Tercera División, con aventuras en el extranjero en países tan dispares como Chipre o Australia.

El de Benamejí, que jugó tres temporadas en el Córdoba CF, disputará su último partido este domingo vistiendo la camiseta del Antequera, con el bonito reto de conseguir el ascenso a la Segunda RFEF. El destino, además, ha querido que su despedida se produzca ante el Atlético Malagueño, filial del Málaga CF, club en el que se crió y le abrió las puertas del profesionalismo.

El filial malacitano fue el punto de partido de una carrera que llevó a Alberto Aguilar a debutar en Segunda División con el Málaga, para posteriormente tener el privilegio de alcanzar la élite con el Getafe, en el que militó tres temporadas. De vuelta en Segunda División, al de Benamejí le tocó pasar el Granada 74 y el Albacete, para al final cumplir el deseo de todo profesional, jugar en el principal equipo de su tierra.

Las puertas del Córdoba CF se le abrieron a Alberto Aguilar en el curso 2010-11. Esa temporada, y las dos siguientes, el cordobés fue un hombre importante en el club blanquiverde, actuando tanto de mediocentro como de central, para superar con holgura los 20 partidos por temporada. Aguilar disfrutó de una etapa con logros considerables en el club, como la consolidación en la categoría de plata, la disputa del play off de ascenso a Primera División en el año de Paco Jémez en el banquillo, o los duelos de Copa del Rey ante el Barcelona y la Real Sociedad, en una temporada 202-13 que sigue en el recuerdo de los aficionados blanquiverdes.

Cerrada su etapa en El Arcángel, Alberto Aguilar se confirmó como un trotamundos del fútbol, pasando por la Ponferradina dos temporadas, para después emprender su primera aventura lejos de España. El Western Sidney Wanderers le abrió las puertas del fútbol australiano. En 2016, de Australia dio el salto a Chipre, para jugar en el Anorthosis Famagusta.

En 2017, ya con una trayectoria importante, el de Benamejí regresó a España, cerca de la familia, para jugar un curso en el Cartagena, con el que peleó por el ascenso a Segunda División. Su última etapa fue ya mucho más cerca de su localidad natal, en el Antequera, con el que este domingo espera poner un broche de lujo a su carrera en el fútbol con un ascenso a Segunda RFEF.