El duelo de este sábado entre el Córdoba CF y el Badajoz llega cargado de tintes dramáticos para un conjunto pacense que solo con el triunfo garantizaría su permanencia en Primera Federación, pues un empate o una derrota colocarían a los de David Tenorio a las puertas del descenso a Segunda RFEF. Con el objetivo más importante que puede tener un equipo en esta categoría en juego, dos de sus jugadores de referencia, Adilson Mendes y Gorka Santamaría, aparecen también en escena para poner más picante si cabe a uno de los encuentros que se prevén más tensos en el cierre de la fase regular.

El extremo portugués hace meses que está en boca de la afición del Córdoba. El motivo no es otro que el acuerdo que su agencia de representación cerró con la dirección deportiva encabezada por Juanito para que el hábil y veloz futbolista vistiese la camiseta blanquiverde en las dos próximas temporadas. Ese trato se cerró en los primeros días de enero, cuando Adilson era libre para negociar su futuro al finalizar su vínculo con el Badajoz el próximo 30 de junio. Sin embargo, una variable de su contrato escapaba de ese acuerdo, pues el jugador tenía una cláusula para renovar automáticamente por dos temporadas más si alcanzaba los 25 partidos.

Aquella situación provocó que el portugués incluso se perdiese un encuentro de su equipo mediado el mes de enero, a la espera de solucionar su situación con el club albinegro. Los pacenses, firmes en su posición, insistieron en seguir contando con un jugador que haces semanas que alcanzó los 25 encuentros y que, por tanto, está atado actualmente hasta el 30 de junio de 2025.

Llegados a esa confusa situación, el futbolista y sus agentes aún se debaten entre un futuro en la entidad cordobesista o su continuidad en el Nuevo Vivero. Sobre todo por la incertidumbre de un Badajoz que este sábado podría ser equipo de Segunda RFEF si no consigue vencer en El Arcángel, el único resultado que le aseguraría evitar la debacle.

En caso de descenso del Badajoz, la situación de Adilson Mendes cambiaría radicalmente. Y es que se antoja imposible que un futbolista de su nivel, a los 26 años, acabe jugando en la cuarta categoría del fútbol español. De ese vínculo, además, podría quedar libre durante el verano si su equipo finalmente desciende. Para esa salida también pesarían los motivos económicos, ya que este curso el luso es de los hombres que menos cobra en su equipo, algo que no podría mejorar por pura lógica en una hipotética campaña en Segunda RFEF. 

De producirse ese descenso del Badajoz, Adilson Mendes tendría muchas posibilidades de jugar la próxima temporada en El Arcángel. Y es que el club cordobesista no renuncia a ese acuerdo firmado con los agentes del jugador, que tendrían que indemnizar al Córdoba en caso de querer romper ese vínculo sellado el pasado mes de enero. En ese contexto, habrá que seguir muy cerca la actuación de un atacante que podría contribuir de manera directa a la salvación de su actual equipo y, de esa forma, obligarse a compensar al CCF si finalmente no respeta lo pactado hace meses.

Gorka Santamaría, el otro foco de atención

Junto a Adilson, en el ataque del Badajoz estará un Gorka Santamaría que el pasado verano estuvo muy cerca de ser jugador del Córdoba. El ariete vasco era el hombre elegido por el club de El Arcángel para acompañar a Casas y Willy Ledesma en el ataque, hasta el punto de que ambas partes sellaron un acuerdo verbal que, a la hora de llevar a papel, no se rubricó.

Y el motivo no fue otro que la aparición del Deportivo de La Coruña, que se llevó al jugador a golpe de talonario, con una oferta muy superior a la ya apalabrada con el CCF. En La Coruña, sin embargo, Santamaría resultó ser un fiasco total, hasta el punto de marcharse del club en enero sin haber hecho gol en 13 partidos jugados.

Su vía de escape fue un Badajoz necesitado en el que le recibieron con los brazos abiertos. Desde enero, y habiendo participado en 18 encuentros, el bilbaíno ha materializado cuatro goles. Este sábado, el Badajoz se encomendará a sus dos hombres de referencia en ataque para tratar de cerrar una permanencia agónica en Primera Federación.