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Una vida volcada en el teatro
MUJERES SINGULARES de córdoba
Enriqueta Palma Álvarez de Sotomayor Fue una actriz de primer orden en las primeras décadas del siglo XX y dedicó su carrera a la interpretación y a la enseñanza musical
Tradicionalmente se ha establecido noviembre de 1587 como el momento de incorporación de la mujer a la escena española, a consecuencia del decreto de alzamiento de la prohibición de representar de éstas. Fue con una regulación final de 1600 con la que se permitió definitivamente el acceso de actrices a los escenarios, hecho que coincidió con regulaciones similares en otros países de Europa como Inglaterra, Francia o Italia.
Ya en el siglo XVII, el papel de las cómicas fue fundamental con figuras como La Calderona, La Caramba o La Tirana. María Ladvenant, a sus veinte años, era la autora (empresaria-gerente) más importante del siglo XVIII. Y en esta línea se movieron actrices y empresarias, en siglos posteriores, como María Guerrero, María Álvarez Tubau, Margarita Xirgu, Catalina Bárcena o Nuria Espert. Pero el papel de las mujeres en el teatro también destacó en otras muchas facetas como la creación, la escenografía, la dirección o el mecenazgo.
Enriqueta Palma, descendiente del linaje de los Toro Palma de Aguilar, inició su carrera artística como discípula predilecta de Teodora Lamadrid, actriz destacada del teatro romántico español del siglo XIX, que también impartió clases a la mismísima María Guerrero. Ingresó luego más tarde en Teatro de la Princesa, actual Teatro María Guerrero, que compró el marido de ésta, Fernando Díaz de Mendoza, el 20 de marzo de 1908, convirtiéndolo en el centro de actuaciones de la actriz. Tras la muerte de María Guerrero en 1928 el Teatro fue adquirido por el Estado español, que lo utilizó como Conservatorio de Música y Declamación. Desde 1978 es la sede del Centro Dramático Nacional.
Enriqueta se incorporó profesionalmente en la compañía de María Tubau, que junto a su marido Ceferino Palencia y Álvarez, dramaturgo y empresario teatral, formaron compañía en este teatro. Siendo actriz en esta compañía conoció a su primer actor Luis Reig. Colaboraron y formaron durante muchos años parte del elenco de compañía de María Tubau, hasta formar la compañía Palma-Reig, de la que fue primera actriz.
Con ella recorrieron los principales teatros españoles. Donde actuaron quedó una grata memoria, siendo la compañía que con más asiduidad estrenó en provincias producciones de autores genuinamente madrileños, como La Pasadera, de Reparaz, que fue a San Sebastián para asistir a la primera representación de su obra; Los Tiroleses, de Emilio Mario, que con el mismo objeto hizo el viaje a Bilbao.
El 11 de octubre de 1910 inauguraron la temporada del Gran Teatro de Córdoba representando con gran existo Amores y amoríos de los Quintero. Más tarde Enriqueta trabajó con el actor Enrique Borrás, barcelonés que se trasladó a Madrid y que realizó giras por Puerto Rico, Argentina y Uruguay. En el Nacional, en la Habana, en noviembre de 1908, Enrique Borras y su compañía representaron Tierra baja y El Alcalde de Zalamea, entre otras, y Enriqueta destacó como primera actriz.
También actuó con Francisco Morano y Moreno, que trabajó algún tiempo como primer actor con Palma y Reig para después formar su propia compañía.
Ventajosamente contratada, embarcó para América a trabajar de primera actriz con la compañía de Emilio Thuillier, que posteriormente formó compañía con Rosario Pino, que también comenzó su carrera en la Compañía de María A. Tubau.
Unas de sus últimas temporadas en Madrid las realizó con Ricardo Simó-Raso, que en 1911 formó su propia compañía en el Teatro Cervantes, del que se convirtió en primer actor y director. Intervino como primera actriz con gran éxito, entre otras, en la comedia de Miguel Echegaray Lucha de Clases.
Pese a que se estipule 1927 como la fecha generalmente aceptada del nacimiento del cine sonoro, el inventor estadounidense Lee de Forest filmó a Concha Piquer cantando en una de sus actuaciones en Broadway en 1923. Los años 20 fueron los del cine de inquietudes socioculturales. Se rodaron películas sobre las costumbres populares de las clases medias españolas. El año clave para nuestro cine fue 1930, ya que el 11 de enero se estrenóEl misterio de la Puerta del Sol, de Francisco Elías Riquelme, primera película sonora española.
Enriqueta intervino en numerosas películas de cine mudo, la mayoría bajo la dirección de José Buchs, actor y director de cine español que junto a Ana Mariscal más veces utilizó a Córdoba en sus películas. Entre ellas, Pilar Guerra, en 1926, un melodrama burgués que refleja la vida de una maestra rural. Diego Corrientes, en 1927, el bandolero generoso. Pepe Hillo, el torero, interpretando el papel de Bernarda, en 1928. Dos mujeres y un Don Juan en 1934 y El Niño de las Monjas en 1935. Bajo dirección de otros cineastas participó en Las Estrellas de Luis R. Alonso, en 1930, o en Gracia y Justicia de Julián Torremocha en 1940, sonora.
Ya retirada de la escena, se dedicó a la enseñanza. Fue profesora de declamación en el Centro de Instrucción Comercial. Enriqueta Palma es una de las actrices más importantes y populares de la segunda mitad del siglo XIX, reconocida también por sus cualidades como directora de obras de teatro, llegando a dirigir el cuadro artístico del Centro de Instrucción de Madrid. Falleció en 1949 en Madrid a los 78 años. Su estela profesional se muestra, junto a otros actores y actrices en el Museo Nacional de Teatro de Almagro, que es el único teatro a nivel nacional con este objetivo, donde se exponen varias fotografías personales, así como alguno de los vestidos más pomposos que utilizó en representaciones de obras como La Corte del Faraón.
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