Verónica Ronda, protagonista de 'Mamma Mia!': "Este musical es un homenaje al amor en todas sus vertientes"
Entrevista
La actriz interpreta a Donna Sheridan en un espectáculo que llega al Gran Teatro del 4 al 14 de diciembre con un total de 14 funciones
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Después de tres temporadas asentado en Madrid, con éxito de público en el Teatro Rialto de la céntrica Gran Vía, el musical Mamma Mia! está de gira por España. Tras pasar por Torrevieja (Alicante), este próximo jueves llega a Córdoba, donde permanecerá hasta el 14 de diciembre con hasta 14 funciones. Y quién mejor que Verónica Ronda, la actriz que interpreta desde el inicio del montaje a la protagonista principal, Donna Sheridan, para conocer algo más de un espectáculo que acaba en fiesta, sí o sí, con la música de temas míticos de ABBA como Dancing Queen, Gimme, Gimme, Gimme o Chiquitita, y con la inestimable -y necesaria- participación de los espectadores.
Pregunta.¿Qué magia tiene 'Mamma Mia!' para llenar allá donde va?
Respuesta.Yo creo que el gran secreto del éxito radica, por un lado, en la música de ABBA. De hecho, es el primer jukebox -formato musical en el que primero se elige al grupo y luego se escribe la historia-, pues a día de hoy tiene muchísimos fans. Y por otro lado está la historia, que es una comedia de enredo maravillosa. Creo que es una historia en la que se homenajea al amor en todas sus vertientes, no solo en lo que entendemos como el amor romántico, sino como el amor materno-filial, el amor a la amistad, a la juventud, a lo que fuimos y lo que somos... Es una función que, sobre todo, despierta en el espectador muchas emociones y mucha alegría, y creo que en los tiempos que corren, donde abunda al ruido, es necesario contar cosas donde salgamos con ganas de vivir.
P.Me hablaba de los fans de ABBA, pero entre el público siempre hay niños, jóvenes, que en muchos casos ni sabrán quiénes eran.
R.Esta es la cuarta temporada que llevo con la función, y estoy comprobando que tanto niños de 5 años como personas mayores de 90 se saben las canciones. Dices, qué gran fórmula hizo este grupo cuando fueron capaces de que su música haya trascendido 50 años. Y a día de hoy te vas a una discoteca o pones la radio y ves que la música de ABBA se sigue versionando.
P.Tras cuatro temporadas en el musical, ¿hay algún momento que le emocione especialmente?
R.Para mí hay momentos muy puntuales. Yo siempre me subo a escuchar cómo comienza la función, a escuchar a Gina Gonfaus -hace de su hija, Sophie, también desde el la primera temporada-, porque tras cerca de 1.200 funciones, para mí es imprescindible escuchar cómo aplaude esa primera escena el espectador. Y hay momentos muy emotivos. Primero el número de Money, Money, Money, porque Iker Carrera ha hecho una coreografía espectacular, donde sientes a todo el equipo en escena, porque está todo el elenco en el escenario menos los padres, que están cantando entre cajas. Creo que es de los momentos más brutos del espectáculo. Y luego hay otro momento que es en la segunda parte, que pasamos de la comedia a una parte más dramática, más íntima, donde Juan Carlos Fisher desde la dirección nos pidió que lo trabajáramos casi en un código cinematográfico. Y para mí creo que es el gran salto mortal, son cinco temas seguidos donde el nivel de emoción va subiendo conforme voy cantando hasta llegar a The Winner Takes It All, un tema en el que la complejidad radica en que me lo he llevado a un lugar para contar qué le pasa a esta mujer en ese momento de la canción. Creo que es de lo más complejo que hago en el espectáculo a nivel emocional, porque hay que cantar esas notas agudas manteniendo el grado de emoción, que es muy alto.
La función despierta en el espectador muchas emociones y mucha alegría... y siempre se acaba bailando"
P.Me habla mucho de la importancia de la reacción del público. Eso, sin duda, ayuda a que cada función sea diferente, por mucho que el guion sea el mismo.
R.Sí, y ahora, por ejemplo, lo que pasa mucho, que es maravilloso también, es que tras haber estado tres años en Madrid, vas a diferentes ciudades y vas viendo cómo es el público de cada región. Eso lo comentamos a menudo; decimos: ¡ay, mira aquí cómo reaccionan en esta parte! O, mira, aquí se han reído y el otro día tal sitio, no. Donde más nos sorprende la función es en el final, porque hay un medley donde son 10 minutos de concierto final, donde se anima al espectador a bailar y ahí es donde vemos el contraste de si le arrastramos a la fiesta o si le cuesta o si es más respetuoso. Pero bueno, en cualquier caso siempre se acaba bailando en este show.
P.¿Cambia mucho estar en un teatro como el Rialto tres temporadas a tener que actuar cada semana en un escenario diferente?
R.Claro, pero afortunadamente el espectáculo, tal y como han planificado la gira, va tal cual se ha representado en Madrid, o sea, se han elegido ciudades con teatros grandes donde la infraestructura del teatro permitiera que se representara como se ha representado en el Teatro Rialto. Entonces vamos con toda la escenografía. Eso también permite que tú sientas que vas con la casita a cuestas, de alguna manera, porque cuando estás en gira no dejas de ser una artista nómada. Ahora mismo llevamos casi cinco meses de gira y, cuando pasas por tu casa en Madrid tres días te dedicas a hacer lavadoras para volver a llenar la maleta y volverte a la ir. Pero también es maravilloso porque esto te permite conocer ciudades, acercarnos a conocer a la gente de diferentes zonas, conocer su gastronomía, su cultura… aunque es verdad que llevamos muchas normas también, pues todos entrenamos por la mañana, todos llevamos un tipo de nutrición específico para poder aguantar el espectáculo...
P.La preparación, tanto física como mental, para aguantar un espectáculo de 155 minutos que a veces dobla, debe ser dura.
R.Mira, a mí este año no me ha dado tiempo a coger vacaciones -lleva también el departamento de voz de Som Academy, que es también una escuela de musicales-, pero el resto de la compañía se fue a descansar, obviamente. Uno lo que tiene que hacer yo creo que es tomar tierra, no agobiarse, decir, voy a disfrutar de lo que me va a permitir esta gira, de conocer mucho mundo. Yo cuando llego a una ciudad siempre busco un centro de pilates donde poder estirarme. Es fundamental que cada uno se busque sus rutinas. Yo viajo con mi perro, por ejemplo, que me da mucha tierra también. Entonces lo que hago es pasear y pasear y pasear y eso para mí es fundamental para luego ir fresca al teatro.
P.Además, siempre surgen momentos y cosas especiales que empujan a seguir.
R.Tengo una cajita siempre en el camerino que la voy llenando con cositas que me va dejando la gente. En casa también guardo un montón de cosas de estas tres temporadas pasadas del Rialto, porque al final es como que te dan aliento, de decir, vaya, para esta personita qué importante ha sido ver este espectáculo. El otro día, por ejemplo, en Mallorca, pasó que una persona con demencia llevaba, por lo visto, seis meses en una silla de ruedas sin levantarse porque tenía una pierna amputada y se levantó a bailar. Y su terapeuta, que le había comprado la entrada, me escribió diciendo, era la primera vez en su vida profesional que veía un cambio tan radical. Al día siguiente me mandó un dibujo que había hecho el hombre de lo que había visto en el escenario. Entonces, de repente dices: ¡qué grado de conexión, qué grado de transformación y qué poder tiene la música!
P.Mirando a su personaje, a Donna, ¿qué se han aportado una a otra?
R.Es verdad que ahí está el gran referente en pantalla que marcó un sello (Meryl Streep) y que todo el mundo lo tiene grabado; y creo que es interesante siempre ver cuáles son los otros referentes. Lo que pasa es que yo creo que es importante también no olvidarse de decir, vale, ¿y ahora qué ingredientes le puedo poner a esto? Y en mi caso, el personaje tiene mucho de la locura que tiene Verónica; yo creo que soy una mujer bastante alegre en mi día a día, muy locuela, al igual que lo es Donna Sheridan. Y luego hay una cosa con la que he conectado, con la que conecto cada noche, que es la maternidad. Yo no soy madre, pero sí soy hija. Y siempre digo que este espectáculo es el gran homenaje a las madres, a las mujeres y sobre todo a las mujeres en edad madura, que es donde estoy yo ahora. Y si algo me emociona del espectáculo es que yo creo que ha conseguido que yo esté más en contacto con las mujeres de mi familia. De repente tengo muy presente a mi abuela, a mi madre, a mi tía, a mi prima, a mi hermana, a mis amigas…
Este espectáculo es el gran homenaje a las madres, a las mujeres y sobre todo a las mujeres en edad madura"
P.Algo que seguro ayuda a empatizar con el espectador.
R.Eso es. Yo creo que la gente joven empatiza con toda esa historia de amor de Sky y Sophie, la gente que está en la mediana edad empatiza con la comedia, con la locura que tiene Donna cuando se le presentan esos tres señores en la isla y no sabe cómo resolver aquello, porque tiene que ver mucho con los conflictos y las pasiones humanas. Mamma Mia! es una comedia que remueve mucho.
P.¿Qué mensaje le gustaría que se llevara la gente al salir de la función?
R.Me encantaría que el público de Córdoba viniera sobre todo a viajar, a volar, a dejarse llevar por lo que va a suceder en ese escenario, por esas coreografías impresionantes, por esa escenografía que ha hecho Ricardo Sánchez Cuerda de la que estoy enamorada… Pero sobre todo, me encantaría que salieran con un chute de energía y con ganas de vivir, que al final es el mensaje de esta función. El musical es una gran fiesta y creo que estamos en época de intentar abrigarnos unos a otros.
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