Un verano alrededor de los libros

Las vacaciones a veces se convierten en un lujo del que no todo el mundo puede disponer. Es por ejemplo el caso de los estudiantes que no han superado las asignaturas durante el curso escolar y están pendientes de examinarse en septiembre.

Las razones o excusas a las que recurren los estudiantes son variadas: dejadez, despistes de última hora, traiciones de los nervios o mala suerte. Sea como sea, el verano para ellos es una oportunidad de salvar aquellas materias que en junio no fueron capaces. "Me cuesta bastante ponerme a estudiar mientras que mis compañeros están disfrutando. Siempre me pasa lo mismo, no escarmiento, pero no me queda otra si quiero aprobar", asegura Antonio Martínez, estudiante de cuarto de ESO que acude cada mañana a clases particulares para superar las cuatro asignaturas que tiene pendientes para septiembre. "Pero tengo tiempo para todo. Los días entre semana, por las mañanas estudio y por las tardes estoy con mis amigos", señala Antonio.

Verano tras verano, las materias más demandadas son las que Encarnación Ortiz, directora de la Academia Salamanca, denomina "el trío de la muerte": lengua, matemáticas e inglés. "Y no hay diferencia entre la ESO y bachillerato, son esas asignaturas las que, claramente, más les cuesta a los alumnos superar", afirma Ortiz. Y esto no cambia con el tiempo. Es una tendencia clara en los estudiantes cordobeses. También otras como francés o física y química tienen demanda en las academias en verano, pero en casos algo más aislados.

Este año, según Ortíz, el número de estudiantes que se han matriculado en su academia es más o menos similar al de otros cursos. Pero señala que, "sí hemos notado diferencia con respecto a otros años en el número de alumnos que se han matriculado porque no han superado las pruebas de selectividad. De hecho, este verano contamos con el doble de alumnos que se están preparando para selectividad de septiembre".

Los estudiantes acuden en un primer momento con pocas ganas, "pero pronto se animan porque coinciden con compañeros del colegio y crean un buen ambiente. Aún así tenemos que estar pendientes de la asistencia de algunos", afirma la directora del centro Salamanca.

Las academias también ofrecen clases para reforzar conocimientos. En estos casos, "el número de alumnos es mucho menor", señala Inmaculada. Se trata de una medida de desahogo para los padres, para mantener ocupados a los niños en verano mejorando además su rendimiento escolar.