"A veces le digo a Blanco: un poquito de por favor"

ENTREVISTA · ROSA AGUILAR

L.m.

15 de junio 2008 - 05:00

-Dice que ha sido un año de encaje con sus socios de gobierno. ¿Ha sido complicado?

-Si en una familia normal hay diferentes puntos de vista, imagínese cuando son dos familias. No pasa nada por que cada uno exprese con libertad lo que piensa, pero aquí lo primero es Córdoba y ahí compartimos el proyecto y lo llevaremos a cabo. Establecemos diálogo, lealtad, generosidad y compresión. Hay dos fuerzas y cada una tiene que jugar su papel y tener su perfil, y los ciudadanos evaluarán lo que cada uno hace.

-¿Ha echado de menos más contención en Rafael Blanco?

-Desde la relación cordial que tengo con Rafael, a veces le he dicho: un poquito de por favor. La contención y la responsabilidad son imprescindibles en política. Es más el ruido que las nueces, y no creo que haciendo ruido se vaya a destacar más.

-¿Ha sentido que tenía dos grupos en la oposición?

-No, tengo claro que somos dos fuerzas políticas en el gobierno, y sé quién hace oposición destructiva, que es el PP.

-¿Ha respirado hondo para no responder a su primer teniente de alcalde?

-En los años que llevo en política, he aprendido a contar hasta 5.000 y a poner mesura y sentido común a las cosas. No se puede contestar cuando estás en tensión o te ha dolido en exceso algo. Aquí no hay grandes problemas y el grueso de las palabras responde a una necesidad de las personas de querer hacerse presentes.

-¿Se ha arrepentido del pacto en alguna ocasión?

-No, porque en el espacio de la izquierda la política de alianzas tiene que estar clara. En Córdoba la izquieda social tiene mayoría absoluta y había que responderle con un proyecto común de ciudad. Cuando se conforma un gobierno con dos familias hay que saber que quien pretenda meter una piedra en el zapato del otro se equivoca.

-¿Se las ha intentado meter el PSOE?

-No creo que haya habido una intencionalidad manifiesta.

-¿Ha pensado en la ruptura?

-No. Las cuestiones personales no van a afectar al gobierno.

-Al mes de las elecciones ya hubo quien dijo que usted se iba. Ya les lleva once meses de ventaja. ¿Seguirá ganando la apuesta?

-Suma y sigue...

-Cuidado, ése es el lema del PSOE, y ya sabe...

-(Risas). Cada día se van unos pocos más y Rosa sigue en su ciudad. No me planteo nada que no sea estar aquí y responder a los grandes retos. Si algún momento se diera una situación diferente, por cualquier razón y en cualquier momento, lo contaría de inmediato.

-Al decir que si hay algo lo contaría, puede alimentar a los que afirman que está a la espera de un cargo que le cuadre.

-Los que dicen eso saben que mienten a cosa hecha. Lo digo como una salvaguarda, porque nadie sabe qué va a ser de su vida.

-¿Le han ofrecido algo?

-No, formalmente no.

-¿Informalmente sí?

-No, no. Lo digo porque una propuesta con un mínimo de seriedad debe ser formal.

-¿Sabe que le han puesto un piso en Damasco?

-Pues que se vaya a vivir a él quien me lo ha puesto.

-Un líder socialista decía que su ética le impediría irse al PSOE.

-Con mi edad no voy a perder mi dignidad por nada, aunque soy libre para manifestar lo que pienso.

-¿Lo hará en la asamblea de IU de octubre, la del renovarse o morir?

-Sí, pretendo contribuir constructivamente a lo que debe ser IU en términos de proyecto. Me siento libre para hablar y decidir.

-Entre esas decisiones, ¿puede estar el cambiar de proyecto político, aunque no sea el PSOE?

-Estoy donde quiero estar y eso que dice ni me lo planteo. Me niego a plantearlo conmigo misma. Quiero luchar por que haya un proyecto de IU viable, hacia la ciudadanía, de puertas abiertas, que sepa leer la realidad europea y mundial y responder con sentido común a problemas que preocupan.

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