Viajes

La valentía de hacer turismo en Córdoba en plena canícula: "Salimos a la calle y duramos media hora"

Turistas en el Puente Romano.

Turistas en el Puente Romano. / Miguel Ángel Salas

Comienza agosto, y esto significa alcanzar al ecuador del verano. No hay que preocuparse, todavía queda mucho por disfrutar, reposar y viajar. El octavo mes del año trae consigo el merecido descanso y las vacaciones para la gran mayoría, tan ansiadas durante todo el año. Es en esta época cuando arranca uno de los meses más importantes para el turismo. Los destinos de playa suelen ser los más aclamados por los viajeros debido a las ventajas que poseen para combatir las olas de calor -este año se han batido récords históricos de temperaturas-. 

No obstante, el turismo en ciudades de interior también tiene su público. Atraídos por la belleza patrimonial y por la gastronomía de la ciudad, muchos turistas eligen Córdoba para pasar algún tiempo de sus vacaciones estivales; eso sí, tal y como apuntan los visitantes, la ciudad del califato se podría considerar como un destino "de pasada". 

Esto quiere decir que los visitantes que vienen a veranear al sur y le dedican una o varias jornadas a Córdoba, aunque no sea su único destino. El plan más repetido es hacer un tour por más provincias andaluzas y, entre ellas, se encuentra Córdoba. 

Es el caso de la pareja formada por los barceloneses Xavier Pons y Montse Griñó, que este año han dejado atrás la Costa Brava y se han decidido a hacer una tournée por Sevilla, Granada, Cádiz y Córdoba. A pesar de la belleza que afirman encontrar en Córdoba, hay un factor con el que no contaban: el calor asfixiante.

Por muy previsibles que sean las altas temperaturas del estío cordobés, hay turistas -sobre todo procedentes del norte del país- que no están acostumbrados a lidiar con este clima. "Todo el mundo nos decía que cuando abriésemos la puerta no íbamos a querer salir. Pensábamos que eran unos exagerados, pero la verdad es que llevaban razón", afirma Montse entre risas. 

La pareja llegó a Córdoba a las 15:30 de la tarde del viernes y fueron directos al hotel: "Hasta las 19:00 no salimos y duramos media hora en la calle. Volvimos al hotel y la reserva que teníamos en una terraza para cenar la cancelamos". Viendo el plan, la pareja ha optado por madrugar y hacer turismo a primera y última hora de la noche, y resguardarse así de las horas centrales. 

Una pareja de turistas se resguarda del calor bajo un paraguas. Una pareja de turistas se resguarda del calor bajo un paraguas.

Una pareja de turistas se resguarda del calor bajo un paraguas. / Miguel Ángel Salas

Algo parecido le ha ocurrido a la familia Castro, procedente de Madrid: "Salimos a media tarde y nos ha sorprendido ver tan poca gente. Hemos pensado que los cordobeses salen al final del día, cuando es de noche". Esta familia que viaja con dos niños pequeños ha parado en Córdoba durante una noche tras finalizar sus vacaciones en la Costa del Sol.

Este domingo 31 de julio, el mercurio llega de nuevo a los 41 grados, una temperatura que se mantendrá el primer día de agosto, mientras que para el martes día 2 subirán a 43 grados. En las siguientes jornadas de la semana las máximas alcanzarán una media de 42 grados, según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). 

Un grupo de valientes

El calor no ha frenado a un grupo de familias de 16 personas procedentes de Barcelona que se fotografiaban sonrientes al salir de su visita de la Mezquita-Catedral. “A pesar de la calor, es una ciudad muy bonita y muy limpia”, reconocen. Su visita también es de pasada, ya que completarán sus vacaciones en Chiclana de la Frontera, por lo que tienen pendiente volver a la capital cordobesa, “pero no en agosto”, remarcan entre risas. “Tenemos que volver para ver Medina Azahara”, indica otro joven del grupo.

No todos los turistas resultan sorprendidos por enfrentarse a esta calor. Hay quienes conviven con temperaturas parecidas en su ciudad. Paula ha pasado una semana en Málaga con su familia y antes de volver a Extremadura han realizado una parada en Córdoba. “Más o menos es el mismo calor que en nuestra tierra y estamos acostumbrados”, dicen.

La familia descansa sentada en la fuente del Patio de los Naranjos tras su visita a la Mezquita, de la que inciden en que “impresiona bastante”. Entrar en este templo monumental les aleja del calor del exterior, aunque estos visitantes aseguran que “hacía bastante bochorno”. 

El entorno de la Judería y el Patio de los Naranjos resguarda a turistas que, entre paseo y paseo, descansan sentados en los escalones a la sombra que encuentran a su paso y con botellas de agua en mano. Es imprescindible.

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