Del calor estival a la lluvia otoñal en apenas 24 horas. Eso es lo que se espera que experimente toda la provincia de Córdoba en la penúltima semana del verano, cuando se verá azotada por los restos del huracán Danielle, convertido ya en una borrasca atlántica que dejará precipitaciones abundantes y una importante caída de las temperaturas en toda la Península.

De hecho, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha decretado el aviso amarillo por lluvias en Córdoba para el martes 13 de septiembre. La alerta, que afecta a las tres zonas en las que divide la provincia -Sierra y Los Pedroches, Campiña y Subbética-, se reduce a las primeras 12 horas del día, desde las 00:00 hasta las 11:59. La previsión es que puedan caer hasta 15 litros por metro cuadrado en una hora.

En cuanto a las temperaturas, el descenso puede alcanzar los 12 grados. Pues si este domingo la máxima ha superado los 40 grados, para el martes se espera que los termómetros no pasen de los 27. Esta tendencia se mantendrá en el resto de la semana y también afectará a las mínimas. De hecho, el próximo viernes está previsto que bajen hasta los 14 grados, siete menos de los 21 que podrían llegar a marcarse este lunes.

Esta situación contrasta con el calor veraniego de este fin de semana, que ha dejado temperaturas de entre 34 y 40 grados en la mitad sur peninsular, el valle del Ebro, el interior de la meseta norte y el Cantábrico oriental. De hecho, como ya ocurriera el sábado, las máximas nacionales se han registrado en Córdoba; Fuente Palmera ha marcado 40,5 grados, mismo registro que la capital, mientras que La Rambla (39,9) y Montoro (39,6) han rozado la barrera de los 40.

Sin duda, unos cambios que serán bien recibidos, sobre todo las lluvias, que serán muy bien recibidas. Sin embargo, los pronósticos de la Aemet apuntan a que septiembre, octubre y noviembre serán más secos de lo normal, con mayor incidencia en el oeste y el centro de la Península. Una previsión que dibuja un horizonte nada halagüeño, pues a 12 días del inicio de otoño, la situación de sequía se agudiza en casi todo el país, con los embalses al 35% de su capacidad total, el peor registro para estas fechas desde 2005, y una merma del 26% en la media de precipitaciones.