Un rincón con el sello de la leyenda histórica

La casa nobiliaria se derribó hace casi cuatro décadas y de su solar salieron numerosos bloques de viviendas

J. Cabrera

22 de enero 2009 - 01:00

La casa de los condes de Priego gozó de una superficie extraordinaria en pleno corazón del barrio de Santa Marina. Lo que quedaba de este edificio fue derribado a principios de la década de los 70 del pasado siglo, no sin las quejas de diversos sectores sociales que veían cómo desaparecía una parte importante del patrimonio cordobés en donde se ambientó la leyenda de los comendadores que después recrearía Lope de Vega en una obra de teatro.

En aquel entonces no quedaba la totalidad de lo que históricamente había sido este edificio, aunque de su solar salieron varios bloques de edificios dando a la plaza que hay frente a la parroquia de Santa Marina. Además, el huerto del caserón se convirtió en una serie de adosados recayentes a la calle Marroquíes.

La denominación de callejones se aplicó en Córdoba a las callejas que rodeaban parte de un convento. Por esta razón, una de sus aceras estaba formada por altos muros blanqueados en los que es prácticamente inexistente la apertura de vanos. En Córdoba subsisten aún tres de estos callejones: el de Fitero, junto al convento de Capuchinas; el de Santa Marta, junto al de monjas jerónimas, y éste del Conde de Priego que rodea el de Santa Isabel de los Ángeles de monjas clarisas.

En la acera contraria se encuentra actualmente el conjunto de viviendas conocido como Pasaje de la Estrella, ocupando el solar que fue la casa del marqués de Guadalcázar. Ésta desapareció bajo la piqueta, aunque su escalera de mármol blanco se encuentra actualmente en la Diputación Provincial y la cancela es la que cierra el patio del Reloj de esta institución.

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