Ricardo Córdoba de la Llave: "La Historia trabaja para el futuro con materiales del pasado"

Entrevista al decano de Filosofía y Letras

Asegura sin tapujos que está tan entusiasmado por dejar de ser decano como hace ocho años lo estaba por serlo y avanza que una vez que deje el cargo continuará enseñando, investigando y escribiendo, que es "a lo que me dedico"

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El decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Ricardo Córdoba de la Llave
El decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Ricardo Córdoba de la Llave / Miguel Ángel Salas

Córdoba/Su pasión por la historia comenzó desde bien pequeño cuando su madre le regaló su primer libro: Las Cruzadas. Aunque por momentos no descartó la idea de convertirse en ingeniero, el buen trabajo de uno de sus profesores del instituto Averroes le llevó a descubrir su amor por la Historia y, desde entonces, no paró. Ricardo Córdoba de la Llave, catedrático de Historia Medieval, apura ahora sus últimas semanas al frente del Decanato de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba y asegura que una vez que deje el despacho principal del centro de la plaza del Cardenal Salazar seguirá investigando y dando clases.

Pregunta.Antes de ser historiador, quería ser ingeniero, ¿a qué vino ese cambio de vocación?

Respuesta.De chiquillo me sonaba muy bien la palabra ingeniero. Cuando fui creciendo, me di cuenta de que la Ingeniería tenía un componente de disciplinas científicas, Matemáticas, Física, etc., que no eran mi vocación. Eso vino a coincidir con un periodo en el que estudié en el Instituto Averroes y me dio clase el Profesor de Historia José María Zapico, un profesor excelente, que acabó de definir mi afición por la Historia. Afición que, en realidad, tenía desde mucho antes, porque como materia escolar siempre se me dio muy bien y me interesó mucho.

P.Y cuando finalmente estudió la titulación de Historia en la Universidad de Córdoba, ¿qué descubrió, qué le sorprendió más?

R.Pues que para la mayor parte de los profanos la Historia es una disciplina que estudia el pasado y que pretende conocer los acontecimientos del pasado, los hechos, las sociedades, los materiales, y aplicar ese conocimiento a la comprensión del presente. Y no, no, la Historia no es solo eso.

P.Entonces, ¿qué es?

R.La Historia es una disciplina que trabaja para el futuro con materiales del pasado. Se lo escuché a mi colega, Enrique Soria, Catedrático de Historia Moderna, en una graduación en el Campus Rabanales. Pero realmente es lo que descubrí también en mis estudios, que la Historia no es solo una ciencia que procura entender el pasado, que trabaja e investiga sobre el pasado para conocerlo. No, la Historia es una disciplina que trabaja con materiales del pasado, pero que trabaja con esos materiales del pasado para el presente y para el futuro. Lo que los historiadores hacemos es aprovechar el patrimonio que se ha conservado, los restos arqueológicos, la documentación de archivo, los manuscritos... Y trabajar con todos esos materiales, sin duda para conocer el pasado y poder valorar cómo evoluciona la sociedad, porque conocerlo da las claves para comprender la realidad del presente. Pero la formación que tenemos los historiadores nos permite también saber leer los documentos escritos en pergamino con letra del siglo XIV, a través de la Paleografía, los textos latinos escritos sobre piedra, mediante la Epigrafía, o documentar un yacimiento arqueológico con la metodología apropiada.

P.Es catedrático de Historia Medieval, pero ¿tiene alguna otra etapa histórica que le guste tanto o más que la de su especialidad?

R.Los periodos extremos siempre me interesaron menos. La Prehistoria tiene una metodología y un enfoque un poco diferentes. Y el mundo contemporáneo, reciente, desde el siglo XVII, me ha interesado algo menos. Siempre me ha gustado mucho la Historia de la Antigüedad, del mundo clásico, la Historia de la Edad Media, de la época moderna, sobre todo de siglo XVI, la historia de América, en particular la del período colonial, la América hispana.

Un momento de la entrevista al decano de Filosofía y Letras
Un momento de la entrevista al decano de Filosofía y Letras / Miguel Ángel Salas

P.¿No se decanta por ningún otro periodo en concreto?

R.Entre todos esos ámbitos no sé destacar uno concreto. La primera área con la que colaboré siendo alumno fue Historia Antigua, la segunda Historia Moderna y la tercera, Historia Medieval. Y es muy probable que, si no hubiera tenido para entonces la relación que tuve con el Catedrático Emilio Cabrera, hubiera acabado por estudiar Historia de América, porque me gustaba mucho, en particular, como le digo, la Historia de la América hispana.

P.¿Cómo era la Córdoba medieval?

R.Hay dos Córdobas en ese período, la Córdoba islámica y la cristiana. La primera fue la capital de Al-Ándalus, el Estado más importante del Mediterráneo y de Europa occidental durante el siglo X ¿Y cuándo ha sido Córdoba la capital de un Estado? Nada más que entre los siglos VIII y X. Es como hablar de Madrid, Washington o Londres, la ciudad era capital del Estado más importante. En la época tardía islámica, que es larga, porque va desde el año 1031 hasta 1236, ya no tuvo esa importancia, pero bueno, aparece una realidad que es el Reino de Córdoba, que prácticamente coincide con la identidad territorial de nuestra provincia y es lo que conquista Fernando III. De ahí la importancia del siglo XI, la ciudad pierde protagonismo con la desaparición del Califato, pero surge el Reino de Córdoba que se conserva hasta la época de los Borbones, casi hasta el siglo XIX como realidad administrativa.

P.Como historiador, ¿cree que se repiten los hechos de la historia?

R.Los seres humanos somos lo que somos. Todas las sociedades tienen un gran etnocentrismo cultural, lo tenemos todos los pueblos del mundo. Y nos parece que no hay mejor época ni mejor lugar como aquel en el que nosotros vivimos y lo que nosotros somos y hacemos. No creo que aprendamos de los errores históricos, porque en cada momento pensamos estar en posesión de la verdad, que tenemos un desarrollo cultural superior o más respetuoso, esto se ha pensado en todos los tiempos ¿Puede haber diferencias en nuestra forma de vida? Pues seguro que sí, desde el punto de vista material claro que vivimos mejor que en la Edad Media o en la época antigua en numerosos aspectos, pero también es seguro que en otros muchos aspectos no vivimos tan bien y no somos capaces de apreciarlo.

Todas las sociedades tienen un gran etnocentrismo cultural"

P.Desde 2017 está al frente del Decanato de la Facultad de Filosofía y Letras, ¿qué balance ahora que se marcha?

R.La gestión universitaria no consiste en llegar y solucionar, resolver y zanjar los problemas para siempre, sino en mejorar de continuo porque siempre hay algo pendiente. Cuando resuelves un tema, ya hay otro por delante, y cuando te dedicas de forma preferente a algo, seguramente estás dejando de hacer otra cosa. Entonces, no es ninguna tontería decir que queda todo por hacer. Conmigo, la Facultad no ha crecido en extensión física, pero se ha impulsado la búsqueda de nuevos espacios, porque es el principal reto que el Centro tiene desde hace años. Lo que he hecho ha sido habilitar nuevos espacios, nuevas aulas, nuevas salas para reuniones, en definitiva, intentar adaptar lo más posible un edificio cuyas costuras están a punto de estallar. En estos años, la Facultad ha multiplicado sus necesidades, tanto desde el punto de vista de espacios para clases como de despachos para el profesorado.

P.¿Se ha quedado algo por hacer?

R.Seguir aumentando la vinculación con las empresas y las instituciones. Antes teníamos pocas relaciones, pero ahora, desde que tenemos estudiantes en prácticas en todos los Grados y con el fomento de la empleabilidad, entiendo que seguimos siendo muy deficitarios en la relación que mantenemos con empresas de carácter humanístico.

P.Pero ¿por parte de las empresas o por parte de la Facultad?

R.Hay muchas empresas en el ámbito de las Letras, de Arqueología, de Idiomas, de Lengua, de mil cosas diferentes y ha sido una de las cuestiones que más he intentado desarrollar. Todos los cursos hacemos jornadas de prácticas y empleabilidad, con una feria con empresas para que los estudiantes vean que en nuestro ámbito también hay mucha empleabilidad desde el punto de vista empresarial. Todos nuestros grados tienen que seguir desarrollando mucho más la vinculación con el mundo laboral y empresarial. Y otro tema de relieve es impulsar los programas de proyección, y no solo de captación de estudiantes, sino de difusión de la actividad que hacemos en el centro, a nivel tanto científico como institucional. Por ejemplo, incrementar las relaciones con los institutos de Secundaria para que los chavales vean el trabajo que se hace aquí.

P.En el caso del alumnado, son alrededor de 2.000 los que tiene el centro, no?

R.Sí, el número se mantiene en torno a 2.000 alumnos desde hace algún tiempo. Pero el centro ha crecido mucho en estos últimos ocho años: primero, en desdoble de asignaturas y de grupos y, segundo, en profesorado. En las elecciones de 2017, el censo de profesorado permanente no alcanzaba los 100 y ahora es de 125, además del no permanente.

P.Es decir, que la falta de espacio sigue siendo el principal problema de la facultad.

R.Sin duda. Los equipos rectorales han trabajado sobre este tema, han invertido en obras realizadas en la Facultad y, evidentemente, este último equipo lo ha encauzado con la compra de la antigua Zona Militar, que es la solución a los problemas actuales del centro, pero es una solución que va a tardar mucho tiempo en hacerse realidad y, mientras tanto, hay que sobrevivir.

La antigua Zona Militar es la solución a los problemas actuales del centro"

P.Otra opción que ha defendido ha sido utilizar la antigua Biblioteca Provincial para ganar espacio.

R.Es mucho más cercano, la intervención es mínima y no requiere obra. Fácilmente de las salas de lectura salen tres o cuatro aulas espléndidas para la Facultad y varios despachos.

P.Esta falta de espacio ha provocado que el futuro grado de Matemáticas y Filosofía se tenga que impartir en el Campus de Rabanales, ¿no?

R.Sí, como decano me parecía una buena idea, siempre que se impartiera en Rabanales. Porque se trata de un proyecto interesante y muy innovador, pero de imposible desarrollo en nuestro centro.

P.Hace unas semanas la decana de Ciencias, María Paz Aguilar destacó en una entrevista concedida a El Día de Córdoba la vinculación de ambas ciencias, ¿comparte este argumento?

R.Matemáticas y Filosofía son dos sistemas lógicos. Existe una vinculación muy grande entre ambas disciplinas y cualquier otro sistema de pensamiento, como el lenguaje. Por lo tanto, tiene todo el sentido la vinculación de las Matemáticas con la Filosofía e incluso con otras disciplinas humanísticas.

Ricardo Córdoba de la Llave responde a las preguntas
Ricardo Córdoba de la Llave responde a las preguntas / Miguel Ángel Salas

P.A raíz de la pandemia, la Filosofía se ha puesto de nuevo de moda, ¿a qué cree que se debe?

R.A que buscamos respuestas y queremos pensar que alguien o algo nos las va a proporcionar. Aspiramos a encontrar la llave que sepa responder a todas las preguntas, algo para lo que la Filosofía, el pensamiento, siempre han sido básicos, quizás durante un tiempo algo más olvidados otra vez han vuelto con fuerza.

P.En mayo se celebran las elecciones y deja de ser decano de Filosofía y Letras, ¿qué va a hacer a partir de entonces?

R.Estoy tan entusiasmado por dejar de ser decano como hace ocho años lo estaba por serlo (ríe). Uno de los grandes retos que tenemos en la vida en general, también en la profesional, es mantener el entusiasmo, la ilusión. Cuando me presenté al Decanato estaba muy ilusionado porque me iba a enfrentar a nuevos retos, nuevos desafíos, podía hacer algo por mejorar la situación. Ahora me hace la misma ilusión volver a mi trabajo habitual y continuar con mis proyectos sobre molinos, castillos, recetas … En fin, seguir enseñando, investigando y escribiendo, que a eso me dedico.

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