Así fue la restauración de la Virgen de la Merced de Córdoba

La hermandad de la Merced, que ha estrenado camarín en la parroquia de San Antonio de Padua, ha celebrado una conferencia sobre la intervención llevada a cabo sobre su titular mariana. Este proceso llevado a cabo por Ana Infante de la Torre fue realizado desde finales de mayo hasta que la Virgen de la Merced regresó al culto con un traslado desde el Convento del Colodro hasta su sede canónica el pasado 2 de septiembre.

Como ha informado la cofradía del Lunes Santo, Ana Infante de la Torre se apoyó en diversas diapositivas para ofrecer "los pormenores de la intervención". Además, señaló que "el objetivo principal de la misma ha sido garantizar su conservación y frenar su deterioro". Antes de realizar la intervención, la imagen de la Virgen de la Merced fue sometida "a una serie de análisis científicos como luz ultravioleta o rayos x".

En el caso de la escultura de madera policromada, la radiografía se utiliza "para determinar el estado material y la amplitud de sus alteraciones e intervenciones anteriores, dando información sobre el soporte, preparación y policromía". De hecho, el soporte, en este caso, madera, informa "de las uniones o ensambles, roturas, elementos metálicos, que no se aprecian a simple vista...".

Por otro lado, entrando de lleno en la restauración, Ana Infante de la Torre precisó que la intervención se ha centrado siguiendo como criterio principal: "la actuación mínima". De hecho, el trabajo realizado ha seguido "una metodología repartida en diversas fases".

La primera fase fue "la eliminación de polvo y suciedad, mediante brochas de pelo suave". Posteriormente, fue el turno de la consolidación o fijación de policromía: "En primer lugar se han protegido las superficies donde se encontraban los levantamientos, utilizando para ello, papel japonés y cola animal, fijando la policromía y preparación al soporte mediante la utilización de la espátula caliente".

Otro aspecto clave fue "la eliminación de zonas ennegrecidas, para lo que se eligió la saliva sintética, que es una solución acuosa de una proteína, la mucina, y de los quelantes sodio y triamonio citrato, y reproduce las características detergentes y emulsionantes de la saliva natural, empleada para limpiezas ligeras". "En las zonas donde hubo que insistir algo más con la limpieza, se utilizó citrato de amonio en agua desmineralizada y Contrad 2000, que es un gel neutro disuelto en agua desmineralizada en distintas proporciones", informó la cofradía del Lunes Santo tras la conferencia de Ana Infante de la Torre.

Por otro lado, estaba "el estucado de lagunas, realizado con estuco tradicional (sulfato cálcico + cola de conejo) aplicado con pincel o espátula y nivelado de la superficie con bisturí". También se llevó a cabo "la reintegración cromática de lagunas en policromía, mediante la utilización de un medio acuoso como las acuarelas, matizando las lagunas con pigmentos al barniz". Para acabar con "la protección final, utilizando para ello un barniz satinado pulverizado para la protección de la policromía".

Por último, la restauradora ha señalado que "las actuaciones llevadas a cabo son totalmente reversibles, no alterando o modificando el aspecto original de la obra". Además, utilizó durante la intervención "productos fiables y testados para asegurar su inocuidad y perdurabilidad".