Ojo con pisar el acelerador más de la cuenta. La reducción de velocidad acordada por el Gobierno central para intentar reducir el gasto en gasolina tendrá su consecuencia directa en 95 tramos de autovías en Córdoba, en los que el Ministerio de Fomento cambiará las señales de velocidad en los próximos días. Desde ahora, y durante cuatro meses prorrogables, el límite se establece en 110 kilómetros por hora, frente a los 120 que se permitían. La medida ha abierto un profundo debate en el que participan consumidores, profesionales y colectivos de automovilistas.
Estos últimos son los más críticos con la medida. El portavoz de la Asociación Española de Automovilistas (AEA), Mario Arnaldo, consideró que el Gobierno "no va a conseguir lo que se propone" con el tijeretazo a la velocidad. "No es creíble, sobre todo porque los ciudadanos no lo van a cumplir", dijo Arnaldo. "Poco meditada, precipitada e inadecuada" son algunos de los adjetivos con los que la AEA califica la propuesta. "Si lo que realmente se pretende conseguir es una reducción de consumo, se podría intentar rejuvenecer el parque automovilístico, ya que un vehículo fabricado actualmente consume un 30% menos que uno de hace cinco años", recordó. Además dudó de la legalidad de la medida, pues un real decreto, teóricamente, no puede modificar una ley.
En el extremo opuesto se situó el colectivo Stop Accidentes. Su delegado en Córdoba, Alfonso Maestre, valoró que la propuesta no sólo reducirá el consumo de combustible, sino que "disminuirá la siniestralidad". "Está comprobado que, a menor velocidad, hay menos probabilidad de que se produzcan accidentes porque el control del coche es mayor", recordó.
En los últimos días, numerosas voces han dudado de que la desaceleración sea efectiva para el recorte del gasto. La profesora de Ingeniería Térmica de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Córdoba, Pilar Dorado, tampoco lo ve claro. "El ahorro depende de la mecánica del automóvil, de la generación de tecnología mecánica que use. Para ver a qué régimen de revoluciones del eje se produce el menor consumo, hay que estudiar cada modelo y ver sus curvas de consumo. Lo lógico es que ese comportamiento sea distinto en motores de gasolina y de gasoil. Y, del mismo modo, el menor consumo no se produce a iguales revoluciones en un motor de menor cilindrada que en uno de mayor cilindrada", aclaró.
La experta emite su veredicto: "No creo que la medida suponga un ahorro significativo, pues el gasto depende de cada modelo. Es más, si el conductor acelera y frena mucho, consumirá más que si se circula a 120 kilómetros". Lo mismo ocurre si se circula "con marchas más cortas". Su conclusión es clara: "Sería más interesante enseñar a los conductores medidas encaminadas al ahorro energético y a la reducción de la contaminación que limitar en diez kilómetros la velocidad máxima en autovías."
El presidente de la Asociaciónde Autoescuelas, Rafael Pérez, también dudó de la efectividad: "Será más el ruido que las nueces", ya que de toda la red viaria "sólo el 5% son autovías y autopistas". Las editoriales, en todo caso, "tendrán que modificar los manuales".
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