Sin rastro en el río del cocodrilo

La Policía descarta la presencia del reptil en Córdoba y apunta a una confusión con una nutria

Un hombre otea el curso del río Guadalquivir.
Un hombre otea el curso del río Guadalquivir.

"La policía está analizando unos excrementos encontrados en el río, pero al parecer son de nutria". Capitulares desencantada y en la ciudad una bocanada de decepción general. Y es que el historión propio de Le Carre ha quedado en que, por el momento, la mascota blanquiverde Koki es el único cocodrilo que hay en Córdoba. El pasado miércoles un vecino cordobés alertó al 112 de "un posible cocodrilo suelto" y desde entonces, la Policía Local rastrea la zona en busca de pistas que corroboren la presencia de éste. El dispositivo desplegado en las inmediaciones del Guadalquivir a su paso por Majaneque tiene por resultado hasta la fecha que las heces analizadas por la Policía no son de nutria, pero si de equino, y que no hay rastro alguno que pueda dilucidar si en Córdoba hay o no cocodrilo.

"No hay huellas. Se han llevado a cabo investigaciones en zonas de agua y no se ha encontrado nada", confirman fuentes del Consistorio. El informe inicial de la Policía da al traste con la novelesca teoría del animal ilegal fugitivo y la presencia de un reptil con carisma aventurero en aguas cordobesas. El capítulo, abierto tras la llamada al número de emergencia de un cordobés que avisaba de la posible presencia de un ejemplar de este reptil en las proximidades de Majaneque, cerca de la antigua carretera del aeropuerto, continúa presente en las calles de la ciudad. Al denunciante quizás le pasó como al de la canción y un día se fue a bañar, por la mañana temprano y vio un caimán muy singular. En el Guadalquivir, que se sepa, no hay reptiles de tal calibre y Córdoba, en vilo ante el testimonio de los vecinos que aseguran haberlo visto, llora lágrimas de cocodrilo temerosa y expectante. Más que cocodrilo, hasta el momento los cordobeses han encontrado un culebrón veraniego que revoluciona las redes sociales, en las que ya visualizan a las autoridades policiales como auténticos cazadores del pantano.

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