Los dos profesores acusados tras la muerte del niño ahogado en Córdoba dicen que estuvieron "vigilando"

Tribunales

Los docentes aseguran en el juicio que no escucharon "voces de socorro"

La madre del menor, que firmó la autorización de la actividad, destaca que su hijo "no tenía la destreza de nadar"

Un momento del juicio.
Un momento del juicio. / E. P.
E. P.

01 de junio 2021 - 14:28

Los dos profesores acusados de un delito de homicidio imprudente tras la muerte de Juan David, un niño de unos 13 años ahogado en la zona de los Baños de Popea durante una excursión de un instituto en mayo de 2018, han defendido que estuvieron "vigilando" a los menores, sobre quienes no notaron que tuvieran problemas para nadar, ni les avisaron de que fuera así, tras contar con las autorizaciones, a la vez que "nadie" advirtió de que la zona fuera peligrosa, ni había señal al efecto.

Así lo han manifestado en el juicio del Juzgado de lo Penal número 4 de Córdoba, donde los dos procesados, que han lamentado los hechos, han declarado que no escucharon "el más mínimo ruido, manotazo, aspaviento" o "voces de socorro", porque de lo contrario habrían "reaccionado", a lo que han agregado que "ninguno de los niños" con los que estaba nadando Juan David dijo "nada", aunque uno de ellos comentó tras su ausencia que "había bromeado a lo largo del día diciendo que se ahogaba", según el testimonio de los profesores.

Mientras, la madre de Juan David ha explicado que firmó la autorización de la actividad en los Baños de Popea, pero "no donde fue" su hijo, porque "si hubiera conocido la zona, no lo habría autorizado", a lo que ha agregado que su hijo "no tenía la destreza de nadar".

"Le dejaron ahogarse en una poza", ha dicho la progenitora, quien ha subrayado que aunque hubiera ido con ella, "no le habría dejado" bañarse, precisando que en la actividad anterior a los hechos iban "con los trajes de neopreno" y el material para la espeleología. La madre reclama la indemnización que corresponda.

La Fiscalía pide para cada uno de los profesores cuatro años de cárcel y otros tantos de inhabilitación para ejercer su profesión. Según recoge su calificación, en octubre de 2017 se aprobó por el Consejo Escolar del instituto la programación anual de actividades extraescolares previstas para el curso, entre las que estaba la actividad 'Villares-Baños de Popea-espeleología' para los alumnos de segundo de Secundaria a realizar en mayo.

La actividad precisaba de autorización paterna, en la que se informaba a los padres de los pormenores de la misma para prestar el consentimiento a que sus hijos participaran. Así, los menores saldrían a las 08:30 en autobús hacia Los Villares, donde realizarían una actividad de orientación con brújula y mapa, además de juegos.

La segunda actividad comenzaría sobre las 16:00 y consistía en una visita a cuevas naturales para lo que los menores irían equipados con el material adecuado para realizar la espeleología programada en el interior de dichas cuevas, acompañados de guías contratados de una empresa. Todo se iba a realizar con 71 niños distribuidos entre los días 28 y 29 de mayo de 2018.

Salida de la cueva

Así, una vez realizada la actividad con 36 niños el 28, al día siguiente 35 menores del instituto se desplazaron hacia Los Villares para la primera referida actividad, acompañados por los dos profesores, tras lo cual, entre las 14:00 y 14:30, un autobús los llevó a un camino que conecta los Arenales con Trasierra y desde allí estuvieron andando unos 300 metros hasta llegar a la Cueva de Fato.

En la zona estaban esperando los monitores de la empresa de aventuras para realizar la actividad de espeleología, quienes les entregaron el material para ello y de allí bajaron por un sendero empinado y abrupto hasta la orilla del río, junto a la cueva. Los cinco monitores ayudaron a colocar a los menores la equipación, a la vez que los dividieron en dos grupos.

Así, sobre las 14:45 y 15:00 el primer grupo se dirigió al interior de la cueva, acompañados por el profesor procesado, entre otros monitores, mientras que el resto quedó bajo la supervisión de la profesora procesada en un remanso del río, a unos diez o 15 metros de la salida de las cuevas.

Una vez realizada la espeleología con el primer grupo y como la salida de la cueva daba a río abierto, los menores tuvieron que nadar hasta acercarse a la orilla, donde estaba la profesora esperando. En concreto, unos monitores se colocaban a la salida de la cueva, indicando a cada alumno cómo debía salir y empezar a nadar, y otros detrás, para asegurarse que todos los niños llegaban a la orilla sin problema, entre ellos Juan David.

Entre las 17:15 y las 17:30 terminaron la actividad y alcanzaron todos la orilla, ayudando los monitores a los menores a despojarse del equipo para colocárselo al segundo grupo que empezaba la espeleología. En esta ocasión, los dos procesados permanecieron en la orilla de río Guadiato supervisando a los 17 menores que aprovechaban para "comer, jugar y bañarse", según detalla el fiscal.

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