La defensa del presunto asesino del Cerro aprecia cinco atenuantes

El abogado del hombre acusado de matar a una prostituta en abril de 2010 alega que el imputado padecía un trastorno mental transitorio y lo hizo en un arrebato

Un momento del levantamiento del cadáver, en la calle Rey Don Pelayo.
Ángel Robles

19 de febrero 2012 - 01:00

El letrado defensor de Salvador C. R., el hombre de 70 años acusado de matar a una prostituta en el Cerro en abril de 2010 y que el lunes se sienta en el banquillo, aprecia hasta cinco atenuantes en el comportamiento de su cliente, que asestó 91 cortes a su víctima con un cuchillo de cocina y un hocino. Según el escrito de defensa, elevado ya a la Audiencia Provincial, el individuo actuó bajo un trastorno mental transitorio y afectado por su adicción al alcohol. El letrado expone, además, que el imputado cometió la agresión llevado "por estímulos tan poderosos" que le produjeron un "arrebato u obcecación", pues el crimen se produjo supuestamente en el transcurso de una discusión, según esta versión, después de que la víctima lo insultara y se mofara de él.

El abogado enumera otras dos atenuantes más: la confesión, ya que fue detenido, según la defensa, cuando se dirigía camino a la comisaría de Campo Madre de Dios para entregarse, y la reparación del daño, pues ya ha mostrado su intención de indemnizar a los familiares de la fallecida. El letrado, quien califica los hechos como un homicidio, solicita una medida de seguridad consistente en internamiento en un centro adecuado o, de manera alternativa, una condena de entre cinco y diez años.

La Fiscalía, por su parte, solicita 17 años de prisión por un delito de asesinato. Según relata el Ministerio Público en su informe provisional, al menos desde el segundo semestre de 2009 la víctima ejercía la prostitución en las proximidades de la calle Rey Don Pelayo -donde residía el agresor-, y era adicta a la droga. En septiembre de 2009, la mujer conoció a Salvador C. R., sin antecedentes penales, quien concertó con ella la prestación de servicios sexuales en su domicilio. A partir de la citada fecha, el acusado y la víctima mantuvieron en diversas ocasiones relaciones, consintiendo el acusado que la mujer pernoctara "con frecuencia" en su domicilio. La relación, no obstante, era problemática y existían "numerosas discusiones" motivadas "por desacuerdos en el pago de los servicios".

En la madrugada de un día no determinado pero comprendido entre el 7 y el 9 de abril de 2010, se produjo una fuerte disputa. Según el fiscal, Salvador C. R. se dirigió a un armario, del que cogió un cuchillo con una hoja de 26 centímetros de longitud y cinco de ancho, así como un hocino. Se aproximó a la víctima, a la que "comenzó a asestar multitud de golpes en la cabeza, cuello, abdomen y extremidades superiores". La mujer intentó huir, pero el procesado lo evitó cerrando con llave la puerta. La Fiscalía relata que, acto seguido, el individuo continuó asestándole golpes, hasta 91. La multitud de heridas le causaron una hemorragia externa.

La vista oral comenzará el próximo 20 de febrero en la Sección Tercera de la Audiencia; un tribunal popular se encargará de analizar los hechos, en el que también intervienen como acusación la familia de la víctima y el abogado de la Junta de Andalucía. La acusación particular solicita 20 años de prisión por un delito de asesinato con la agravante de abuso de superioridad, mientras que la acusación popular eleva la pena hasta los 23 años al aplicar la agravante de alevosía, pues entiende que la víctima no tuvo la posibilidad de defenderse ante el "ataque inesperado".

La fallecida, de 33 años, era natural de Huelva y tenía cinco hijos. La Audiencia recoge en el auto de hechos justiciables que a la mujer "no se le conocían otros ingresos que los derivados del ejercicio de la prostitución, los cuales destinaba principalmente a su subsistencia y a adquirir drogas".

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