"El cambio político podría haber llegado a Andalucía a mediados de los 90"

Ex dirigentes de los cuatro partidos representados en el Parlamento Andaluz apuntan que el PSOE vivió sus peores momentos tras las autonómicas de 1994, pero los partidos de la oposición no supieron gestionar bien el mensaje de los votantes

Participantes en el encuentro del Palacio del Bailío.
Participantes en el encuentro del Palacio del Bailío.
Francisco Javier Domínguez

10 de febrero 2008 - 01:00

La supremacía del PSOE en Andalucía tuvo una importante fractura a mediados de los años 90 que el resto de los partidos del arco parlamentario andaluz no supieron aprovechar. Ésta es una de las conclusiones que se pueden extraer del encuentro preelectoral organizado por el Día en el hotel Hospes Palacio del Bailío con ex dirigentes de las cuatro principales formaciones políticas de Andalucía. José Miguel Salinas (PSOE), Juan Ojeda (PP), Luis Carlos Rejón (IU) y José Calvo Poyato (PA) se prestaron a un debate en el que se abordaron múltiples cuestiones de la política nacional y autonómica y expresaron sus opiniones desde la visión privilegiada que da la distancia. Los cambios de ciclo de la política andaluza, la valoración de las legislaturas y de los parlamentarios participantes, la política actual en comparación con la de las últimas tres décadas, la crispación, las políticas de Estado en ámbitos como la Educación, el terrorismo o la Sanidad o las sensaciones sobre las elecciones de dentro de un mes son las claves de la conversación.

la oportunidad de haber vencido al PSOE. La supremacía política de los socialistas estuvo a punto de quebrarse tras las elecciones de 1994. Los cuatro participantes en el debate coinciden en esta valoración. Y es precisamente José Miguel Salinas quien introduce este análisis: "Aquí se habla continuamente de que el PSOE es invencible en Andalucía y no es así, porque en 1994 hubo un claro cambio de ciclo que podría haber sido aprovechado por los otros tres partidos, que no gestionaron bien la situación". Rejón, Ojeda y Calvo Poyato coinciden con esta afirmación. El ex dirigente de IU, Luis Carlos Rejón, que consiguió entonces entonces 20 parlamentarios por los 41 del PP y los 45 del PSOE, y el entonces secretario general de PP-A, Juan Ojeda, protagonizaron lo que en ese momento se denominó la pinza, que se fundamentó en un acoso a un PSOE debilitado. IU dio la espalda al PSOE porque "sabíamos que le estábamos echando el aliento en el cogote a los socialistas", afirma Rejón. Por eso, tras las elecciones municipales de 1995 la coalición de izquierdas renunció a pactos con el PSOE en Córdoba y Málaga -IU ofrecía la Alcaldía de Huelva y la Diputación de Almería-, con lo que el camino quedaba libre para el PP, que se situó al frente del gobierno municipal de las ocho capitales de provincia. "A nosotros nos sorprendió aquello y nos vimos con más alcaldes de los esperados", sostiene entre risas Ojeda. Al final IU quedó en la oposición y, según Salinas, "mandó un mensaje negativo al electorado de izquierdas, porque los ciudadanos le dieron la llave para gobernar y no lo hizo, prefirió mantener el acoso al PSOE con el PP". Ojeda tercia y señala que IU y PP "cometimos errores porque hicimos excesiva ostentación de la situación creada, de cómo se encontraba el PSOE y vosotros -por IU- hicisteis demasiado visible que el PSOE no podía gobernar porque el acuerdo IU-PP bloqueaba la situación". Mientras tanto, en el PA, "estábamos como siempre, con nuestros líos internos", subraya Calvo Poyato. Ante esta situación, Chaves convocó elecciones anticipadas en 1996, para que coincidieran con las generales. Rejón intentó frenar la propuesta mediante una proposición de ley por la que se pedía que la convocatoria de elecciones tuviera el refrendo del Parlamento: "Arenas dijo sí y Aznar no, porque el presidente creía que se la íbamos a llevar a todos lados", explica Rejón, quien emplaza a Ojeda a que explique cómo el PP mantuvo conversaciones con el PSOE para pactar una abstención en los Presupuestos de 1996, lo que hubiera diluido cualquier posibilidad de adelantar los comicios. En este escenario, Rejón dice haberse sentido engañado por el PP y Ojeda reconoce que habló entonces con Luis Planas, hombre fuerte de la Junta. El ex del PP cuenta cómo "Planas nos propuso que si nos absteníamos no habría elecciones adelantadas y pactaríamos un calendario electoral, pero tuvimos un debate interno en el partido y se decidió no alcanzar el acuerdo. Yo era partidario de la abstención porque evitábamos unas elecciones coincidentes y afrontaríamos unos comicios gobernando en Madrid, lo que nos hubiera dado mucha venta, pero eso no fue así por las razones que sean". "¿Y cuáles eran esas razones?", pregunta Calvo Poyato. "Las prisas", sentencia con sencillez Ojeda. Para Salinas, "en aquél momento podría haberse dado la vuelta a la tortilla, pero ni IU ni PP gestionaron bien las responsabilidades de gobierno que le habían dado los ciudadanos y eso lo pagaron. Además, al PSOE le funcionó el victimismo de la pinza". Y es que Chaves tenía encuestas que le decían que ganaba las elecciones de 1996, por eso convocó y obtuvo 52 diputados, 12 más que el PP. La conclusión de todo ello, en la que coinciden los cuatro ex parlamentarios, se centra en que cuando a un partido con una representación como la obtenida por PP e IU en 1994 se le manda un mensaje de gobierno, "no puedes hacer tonterías porque la confianza se esfuma".

eL CAMINO HACIA EL BIPARTIDISMO. Las encuestas sitúan ahora a IU y a PA en una situación muy complicada. Los participantes en el debate sostienen incluso que se puede dar la situación de que puedan quedar con apenas algún parlamentario porque "cuando la gente se olvida de ti la caída hacia el abismo no tiene freno y se llega a la hecatombe electoral". Rejón opina en este punto que "habrá un descenso de hasta no se sabe dónde de IU y PA, y cuando se empieza a descender, eso es imprevisible". Sobre esta premisa se establece el debate sobre el camino hacia el bipartidismo que se puede dar en Andalucía. Calvo Poyato manifiesta, en este sentido, que "tal y como está la realidad política en España quizá tenga más margen el andalucismo que IU, porque se plantea como una alternativa clara al bipartidismo, el problema es que hemos sido verdaderos especialistas en dividir en vez de pensar en rentabilizar los 800 concejales y 68 alcaldes que teníamos, y que no surgieron de la noche a la mañana". Pero las crisis no son una exclusiva del PA, porque en IU "no salíamos de un problema y ya estábamos en otro", dice Rejón, quien añade que "existe un importante hueco que puede tener posibilidades de futuro que es la izquierda junto al andalucismo; es más, mi vuelta al juego político estaría justificada en este sentido, en un partido andalucista con claros matices de izquierda". Pero Salinas cree que "la culpa de que en Andalucía se avance hacia el bipartidismo es de IU y del PA porque en Cataluña o en el País Vasco hay espacio para varios grupos". Y es que según insiste el ex dirigente socialista, los minoritarios "evidencian demasiado sus problemas y así no se puede gestionar nada". La única fórmula correctora del bipartidismo en España es, de momento, el nacionalismo. Esta tesis, apuntada por Juan Ojeda, sugiere que "en Cataluña y en el País Vasco hay más variedad de partidos por los nacionalismos, pero en aquellas regiones donde esta visión política no ha triunfado, el bipartidismo es casi perfecto, como en las dos Castillas o en Extremadura". "Son de las más pobres", afirma Rejón mientras Calvo Poyato remacha: "Eso es una realidad". Ojeda, sin querer entrar en concreciones, sostiene que "en Andalucía, la bandera del andalucismo y la de la defensa de esta tierra la cogió el PSOE, porque, además, el PA estuvo compartiendo labores de gobierno y no supo rentabilizar eso". Por alusiones, Calvo Poyato indica que más que no haber rentabilizado el gobierno en coalición, al PA le perjudicó "todo el follón de Pacheco y de Rojas Marcos, y la creación del PAP. Luego nos volvimos a reagrupar, pero es que entonces, en medio de todo esto teníamos 10 diputados". Salinas apunta que la presencia de un fuerza nacionalista potente en Andalucía fue posible, porque al principio, "el PA tenía una estructura muy consolidada, pero le faltaba un discurso de futuro, estratégico. Tenía la base pero le faltaba la argamasa por arriba y eso lo aprovechó el PSOE".

De la mejor a la peor legislatura. Los mejores años para el desarrollo de España y, sobre todo, de Andalucía fueron los comprendidos entre 1986 y 1990. Esta teoría, que fue asumida por los cuatro participantes en el debate, está sustentada en que "España entró en la UE, la democracia se había consolidado, el Parlamento andaluz ya tenía definidas sus responsabilidades y se produjo la llegada y el debate de los fondos europeos, sobre los que había mucho excepticismo por su aplicación en Italia, pero aquí se superó". Rejón entiende que en referencia a este periodo hay que romper una lanza en favor del entonces presidente de la Junta, José Rodríguez de la Borbolla, "porque aunque nos dijimos de todo, supo dejar a un lado los problemas que tenía en su partido y seguir al frente de la Junta, a la que sacó de la batalla política". En cuanto a la peor legislatura en Andalucía, Luis Carlos Rejón y José Miguel Salinas apuntan a la comprendida entre 1990 y 1994, fundamentalmente porque los problemas en el PSOE seguían, Manuel Chaves era un recién llegado y, como apunta Calvo Poyato, "allí andaban a palos". Ojeda, en este sentido, considera que "estos cuatro años fueron perdidos porque Chaves no tenía el control del partido y el Parlamento estaba controlado por los guerristas".

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