Un gran poeta del Siglo de Oro que murió pobre en Amsterdam

Cordobeses en la historia

Miguel de Barrios y Valle o Daniel Leví de Barrios nació judío converso, huyó de Montilla, vivió en Italia y envejeció en Holanda escribiendo poemas como sólo los andaluces saben

'La Novia Judía', de Rembrandt .
'La Novia Judía', de Rembrandt .
Matilde Cabello

06 de noviembre 2011 - 01:00

Aprincipios del XVII España era tierra de acogida de familias judías emigradas desde Portugal, en su mayoría personas de clase media adinerada, dedicadas al comercio. En Córdoba se establecen primordialmente en la Campiña: Aguilar, Lucena, Baena o Montilla. A esta última arribaron ascendientes del matrimonio, ahora judeo-converso, Simón de Barrios (en judío Jacob Leví), capitán de caballería, de importante prestigio económico y social, y Sebastiana del Valle (Sara Cohen de Sosa). Consecuencia de su enlace fue una numerosa prole, en cuyo número se debaten los estudiosos. En la brillantísima Memoria de Licenciatura de Inmaculada García Gavilán (La poesía amorosa en el Coro de las Musas de Miguel de Barrios), los hijos fueron cuatro niñas y cinco niños. Uno de estos se llamó Miguel (Daniel Leví) de Barrios y Valle, a la postre militar, escritor, filósofo y poeta, considerado injustamente menor, amante de Petrarca, y seguidor de Góngora, Lope y Quevedo.

Nacido en Montilla en 1625 según José Luís Sánchez Fernández, esta fecha es desmentida categóricamente por García Gavilán que se decanta por el otoño de 1635, más coherente a nuestro juicio por su partida de bautismo, del 3 de noviembre de 1635 en la Parroquia de Santiago de Montilla, publicada por Rafael Ramírez de Arellano. Allí vivió hasta la adolescencia y conoció el amor primero que inspiró luego su primer poemario. Pero a los 15 años, su vida y la de los suyos cambiaron radicalmente al ser acusados de judaizantes algunos miembros de su familia y él mismo, a pesar de su juventud. Coinciden los hechos con el año 1650, el reinado de Felipe IV y el poder del obispo e Inquisidor General Diego de Arce. Consecuencia de este ambiente, unos diez años más tarde, Miguel de Barrios y su familia hubieron de salir de la ciudad de Montilla; los padres y parte de los hermanos a África, y él hacia Niza, entonces territorio italiano. La diáspora les llevaría posiblemente a alguna de aquellas terribles expediciones por mar en las que muchos pasajeros acabaron arrojados por la borda, tras cobrarles el pasaje, cuando no descuartizados por los norteafricanos, con el objeto de extraerles las joyas o monedas que hubieran podido ingerir, pues a los expulsados no se les permitió llevar más objeto que la ropa.

Miguel de Barrios no volvería a ver a los padres, que mueren en Argel, ella en 1670 y en 1671 él. En Niza vivió con una tía paterna, Sara Leví de Torres, si bien la estancia no se prolongó por mucho tiempo. De ahí pasó a Liorna (Livorno), esta vez con su tía materna Raquel Cohen de Sosa. Hasta este momento, el muchacho expulsado de su tierra por judío, no se circuncida ni se convierte en judío practicante. Quizá allí conoció a su primera mujer, Débora Váez, argelina y cuñada de su hermana Esther. Aún no había publicado, pero iban con él los clásicos castellanos conocidos; Grecia, Roma y el germen de la literatura andalusí silenciada, posiblemente leídos en la biblioteca familiar expoliada tras el exilio.

En julio de 1660, continúa relatando Inmaculada García, "embarcó en la nave <> acompañado de su esposa, Débora, y de 150 judíos más…", en unas condiciones pésimas, sin apenas agua y soportando temperaturas altísimas. Ella falleció al llegar a Tobago, y él regresó de inmediato en el mismo barco, recalando en Amsterdam. Allí, una colonia de mercaderes sefardíes acogería su destino en 1661. Ejercía como capitán de caballería en Flandes, título seguramente heredado del padre, que compaginó con la intensa labor en pos de esta comunidad judía. Allí residió desde 1662 hasta su muerte y contrajo matrimonio, un 30 de agosto de ese año, con Abigail de Pina, madre de sus tres hijos: Simón Leví Caniso (1665), Raquel (1667) y Ribca (1670). La niña murió a los pocos días de nacer.

En 1665 el movimiento "mesiánico" de Sabatai Zebí le influye hasta el punto de crearle delirios místicos, que supera. Luego, su trabajo se repartió por igual entre su apasionada implicación en la vida de su comunidad espiritual, especializado en el estudio de la Torá, la fundación de la academia literaria de los Sitibundos, en 1676, o su tarea en la de Los Floridos, de la que llegó a ser mantenedor junto con su hijo Simón, entre otros. Ya habían aparecido una década antes en Bruselas sus primeras obras, las celebérrimas Flor de Apolo (1665) y Coro de las Musas (1672); esta última simultáneamente publicada en Amsterdam. Vendrían, en 1680, Luna Opulenta de Holanda y Libre Albedrío y Harmonía del Cuerpo por Disposición del Alma (sic), y en 1686 Estrella de Jacob sobre Flores de Lis y Bello Monte de Helicona, entre otras numerosísimas.

Según algunos estudiosos parte de su obra comenzó a imprimirse y publicarse en España, si bien con el sello editorial de Amsterdam, por problemas de censura.

Había cambiado su nombre por el de Daniel Leví de Barrios. Bajo esa identidad sufrió la falta de mecenazgo que le condujo a él y a su familia a la total pobreza y se llevó primero, en 1686, a Abigail y en 1688 a su hijo Simón. El poeta cordobés de Montilla fallecería en Amsterdam el 2 de marzo de 1701, donde sigue reposando, junto a su mujer, bajo un poema suyo que anhela el abrazo eterno.

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