Estilo de vida

Más de 80.000 personas viven solas en Córdoba: ¿elección u obligación?

  • Los hogares unipersonales suponen ya uno de cada cuatro en la provincia; la proyección sitúa este modo de vida en los 100.000 en 2035

Una joven descansa en su hogar mientras se toma un café.

Una joven descansa en su hogar mientras se toma un café. / Pixabay

Las casas llenas de chiquillos, las grandes ollas de comida a la hora del almuerzo o los coches hasta arriba de maletas –baca incluida– a la hora de emprender un viaje, imágenes de hace apenas un puñado de años en cualquier hogar, difícilmente se ven hoy en España. Los estilos de vida son otros en una sociedad cada vez más moderna, en la que la elección personal choca, a menudo, con la dificultad por factores económicos, ante los problemas para compensar gastos e ingresos cuando la familia crece.

Pero a pesar de esta situación, puede llegar a sorprender el crecimiento experimentado en lo que va de siglo XXI de los hogares de carácter unipersonal. En Córdoba, la cifra de personas que vive sola –por elección o ley de vida– se ha doblado en los últimos 20 años y ya son más de 80.000, convirtiéndose así en el segundo tipo de forma de vida prioritario en la provincia. Son hogares compuestos por una sola persona, hombres y mujeres, en su mayoría solteros, separados, divorciados o viudos que no comparten vivienda con nadie. Son sobre todo, jóvenes o adultos que llegan a otra ciudad a estudiar o trabajar, otros que buscan algo más de independencia y, principalmente, abuelos que han perdido a su pareja de toda la vida.

Según la última actualización del Instituto Nacional de Estadística, 80.008 cordobeses viven solos. Teniendo en cuenta que en la provincia hay contabilizados 309.962 hogares, esto supone que uno de cada cuatro es unipersonal. Una tendencia alcista que especialmente se ha multiplicado en la última década. Porque en 2002, cuando el organismo estatal empezó a dar los datos, el porcentaje era del 17,6% –44.854 del total de 254.304–, mientras que en 2012 ya subió al 20,5% (60.628 de 295.376). Y ahí no queda la cosa, pues la previsión realizada por el INE dice que en 2035 habrá 96.020 de los 318.060, lo que vendría a ser un 30,1%.

Con todo, el tipo de vida preferente en la provincia cordobesa es el más habitual: hogares formados por dos miembros, aunque con algún matiz. Porque no necesariamente tienen que ser parejas sin hijos, sino que también hay lugar para madres o padres separados, divorciados o viudos con un menor a su cargo, o incluso abuelos que viven con uno de sus hijos. Son un total de 93.534 hogares en Córdoba, de los que el llamado hogar monoparental (familia constituida por un solo adulto y al menos un menor) ocupa un tercio.

De las parejas con hijos que convivan aún en el hogar, las más numerosas son las que tienen un par de menores, con más de 55.000, seguidas de las que han optado por el hijo único, con 50.000. Con tres o más vástagos apenas hay algo más de 13.000 hogares en la provincia. Por debajo de éstas solo quedan las 8.800 viviendas con un núcleo familiar con otras personas que no forman núcleo familiar, y otros 6.300 hogares con personas que no forman ningún núcleo familiar entre sí; en último lugar quedan los 2.300 hogares con dos o más núcleos familiares.

Con todos estos datos, el tamaño medio de los hogares ha perdido medio punto en los últimos 20 años. Así, si en 2002 era de 2,98 personas, en la actualidad apenas es de 2,48 y en el futuro la cifra seguirá disminuyendo, hasta situarse en 2,29 en el horizonte de 2035. Una caída libre, sin aparente freno, que va de la mano de ese mundo cada vez más impersonal y globalizado que se dibuja, hasta el punto de que la tendencia observada en Córdoba es común en el resto del país y lleva ya desde hace algún tiempo a las constructoras y empresas inmobiliarias a lanzar productos para ese tipo de cliente, si bien aún no de forma mayoritaria...

Porque ahí entra en juego un factor tan importante como el económico, pues no hay que olvidar que, según diversos estudios, la emancipación es cada día más complicada porque hay que destinar casi medio sueldo al alquiler (qué no decir a la hora de comprar una vivienda y lidiar, durante décadas, con una hipoteca). Con todo, en tiempos tan convulsos como los que corren, hay que poner en foco otros puntos más sociales y emocionales que van de la mano de la vida en solitario. Un estilo que se mueve entre la preferencia y la ley de vida, según cada cual.

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