El puente de Ibn Firnás, con los nuevos barrios de Poniente al fondo
El puente de Ibn Firnás, con los nuevos barrios de Poniente al fondo

El periódico de la Córdoba del siglo XXI

Nada de cuanto ocurre en la capital y la provincia es ajeno a un periódico que toma cada día el pulso de una realidad que cambia a velocidad de vértigo

Una Córdoba más sostenible, más industrializada, más verde y con más oportunidades. La capital y la provincia han cambiado de manera sustancial en el último cuarto de siglo. Y desde que El Día de Córdoba llegó a los quioscos el 19 de noviembre del año 2000, a través de las páginas y web de este periódico hemos tenido la oportunidad de contar las transformaciones y los cambios de las ciudades y los pueblos cordobeses, ofreciendo un retrato certero de cómo la sociedad cordobesa entraba de lleno en el siglo XXI con todo lo que esto conlleva: digitalización, apertura, velocidad de vértigo. Es cierto que quedan retos pendientes y que los cambios no siempre se suceden a la velocidad demandada por la ciudadanía, pero es justo reconocer cómo el esfuerzo colectivo ha cincelado lo que Córdoba es ahora.

La redacción contactó desde el inicio con una sociedad que buscaba una visión plural de la realidad

Desde aquel histórico primer número en papel, el 19 de noviembre de 2000, Grupo Joly ha puesto en la calle más de 9.000 números de El Día de Córdoba. Ni la pandemia de Covid-19 que todo lo detuvo ni el más reciente apagón eléctrico impidieron la publicación del diario, primero exclusivamente en versión en papel y luego también en formato digital acorde a los tiempos. Y en ambas ediciones, desde sus inicios, la pluralidad, la independencia, la objetividad, la imparcialidad y la búsqueda de la justicia social han sido los emblemas que han movido el trabajo de la redacción, que se ha adaptado a los cambios y a las sensibilidades de una sociedad en constante evolución. Porque el buen periodismo –o el periodismo a secas– no puede mantenerse ajeno a su entorno: salir a la calle, estar en los pueblos, desentrañar lo que sucede en las instituciones y hablar con los protagonistas de las noticias han sido siempre nuestros objetivos.

Así que cientos, miles de nombres propios –unos conocidos y otros de personas anónimas– han protagonizado los textos y las imágenes del periódico desde aquella portada inicial protagonizada por la entonces alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, en aquel momento uno de los principales referentes de la izquierda en España. El Ayuntamiento de la capital, desde ese momento, ha estado regido por los distintos colores del arco político español, desde la izquierda a la derecha, con alcaldes y alcaldesas de todas las sensibilidades: Andrés Ocaña (IU, 2009-2011), José Antonio Nieto (PP, 2011-2015), Isabel Ambrosio (PSOE, 2015-2019) y José María Bellido (PP, desde 2019 a la actualidad). Es una pluralidad que ha permitido que la ciudad se construya uniendo proyectos heterogéneos.

Lo mismo ha ocurrido en los municipios, con mandatos en la Diputación protagonizados por Matías González (PSOE, 1999-2002), Francisco Pulido (PSOE, 2002-2011), María Luisa Ceballos (PP, 2011-2015), Antonio Ruiz (PSOE, 2015-2023) y Salvador Fuentes (2023 hasta la actualidad). Las iniciativas de unos y de otros han configurado la provincia actual tal y como ahora se conoce, más interconectada, más igualitaria y con más oportunidades.

José Bretón, durante la reconstrucción del doble asesinato en octubre de 2011
José Bretón, durante la reconstrucción del doble asesinato en octubre de 2011

Fechas que no se olvidan

En estos 25 años, El Día de Córdoba ha contado miles de noticias. Y hay varias historias que han dejado una profunda huella en la redacción y en la ciudad por su profunda carga emocional. La búsqueda de los hermanos Ruth y José mantuvo en vilo a toda la sociedad cordobesa desde la denuncia de su desaparición el 8 de octubre de 2011. Tras un año de investigaciones infructuosas, el forense Francisco Etxeberria, reputado científico con una larga trayectoria en la exhumación de fosas comunes, conseguía resolver el enigma al identificar como restos óseos humanos los pequeños fragmentos que la Policía había recuperado en una hoguera en la finca del padre de los menores, José Bretón. Un jurado popular lo condenaba más tarde por doble asesinato, y el progenitor fue sentenciado a 40 años de prisión, aunque la repudia social será eterna. Un detalle más: imposible olvidar la mirada vacía sin un ápice de humanidad del criminal durante la reconstrucción policial en el Parque Cruz Conde, lugar donde fingió perder a los pequeños, que entonces contaban con 6 y 2 años. Fue un momento que, seguido en directo por medios de comunicación de toda España, marcó a una generación de periodistas.

El asesinato de Ruth y José dejó una profunda impresión en el alma de toda la sociedad cordobesa en 2011

Hay otras fechas tatuadas en el alma de Córdoba. Como el 18 de septiembre de 2003, cuando cinco albañiles de Aguilar de la Frontera que se trasladaban en su furgoneta de trabajo fallecieron en un brutal accidente de tráfico en la N-331; el suceso despertó una ola de indignación y supuso un punto de inflexión para la construcción de la autovía a Málaga. Por supuesto, el 11 de marzo de 2004, cuando el atentado islamista de Madrid dejó al mundo entero sin respiración; hubo tres víctimas cordobesas: María Victoria León Moyano, 28 años, de Encinas Reales; Francisco José Narváez de la Rosa, 28 años, de La Carlota, y Juan Muñoz Lara, de 32 años, de Guadalcázar. O el 21 de febrero de 2007, cuando la caída de una vivienda en la calle Palomares, en pleno casco antiguo de la ciudad, mataba a un matrimonio y dejaba malherido a su hijo menor; la tragedia abrió el debate sobre la infravivienda en la zona histórica y la necesidad de invertir en la rehabilitación para evitar el vaciado de los barrios. También ha habido numerosos titulares –demasiados– protagonizados por víctimas de la violencia de género, una lacra que no cesa.

Y cómo olvidar el 14 de marzo de 2020, data del decreto del primer estado de alarma de la era de la pandemia del Covid-19. Todo se detuvo y cobró aire de serie postapocalíptica con interminables episodios. Aprendimos a quedarnos en casa, a observar por ventanas y balcones, a teletrabajar, a jugar encerrados, a lavarnos las manos, a reunirnos por videollamada. El SARS-CoV-2 segó la vida de 1.700 personas en Córdoba y nos hizo vivir de una manera desconocida e inquietante, siempre en alerta, con secuelas y cambios que permanecen hasta este momento. Fue un punto y aparte para la sociedad moderna.

Se nos han ido también nombres propios imprescindibles para comprender la idiosincracia de lo cordobés. Como el exalcalde Julio Anguita, el dramaturgo Antonio Gala, el poeta Pablo García Baena, el pintor Ginés Liébana, el arquitecto Juan Serrano o el presidente de honor del Córdoba CF, Rafael Campanero, grandes nombres que han dejado una huella indeleble.

Una nueva epidermis

Y si ha cambiado el alma de Córdoba con todos estos acontecimientos, también se ha transformado su piel. Mucho más de lo que parece a simple vista. En El Día de Córdoba hemos contado cada cambio de un territorio en constante transformación. Uno de los más significativos, la inauguración del Vial Norte en diciembre de 2001, cuando este periódico daba sus primeros pasos. La apertura de la avenida de la Libertad suponía sanar la enorme cicatriz de las vías del tren, uniendo los barrios del Norte con el centro.

El Vial Norte, el Plan del Río, las peatonalizaciones, los barrios de Poniente o los nuevos puentes son logros urbanísticos

La capital entraba así en el siglo XXI. En estos 25 años, se ha vivido la transformación completa de Arroyo del Moro; se han construido los barrios del ensanche de Poniente, como el nuevo Zoco y Turruñuelos; se han inaugurado tres puentes sobre el Guadalquivir (Miraflores, Andalucía e Ibn Firnás); se ha creado el polo comercial de la carretera de Palma del Río; se han puesto las bases de la Base Logística del Ejército de Tierra, que debe empujar a Córdoba hacia el futuro, y todo el centro de la ciudad ha experimentado una profunda metamorfosis alentada por la peatonalización de un buen número de calles.

Terrenos que ocupará la Base Logística del Ejército de Tierra, ya urbanizados
Terrenos que ocupará la Base Logística del Ejército de Tierra, ya urbanizados

Resultaría escandaloso ahora pensar en cruzar en coche el Puente Romano, pero no fue hasta mayo de 2004 cuando el tráfico rodado cesó en la histórica pasarela. El plan del río lograba revitalizar el corazón de la Córdoba antigua, expulsando los coches del entorno y creando nuevas zonas peatonales como la Ribera y el entorno de la Mezquita-Catedral. La peatonalización de la calle Cruz Conde en abril de 2011 supuso otro hito, apostando definitivamente por una manera de entender la Córdoba del siglo XXI que en aquellos momentos fue muy cuestionada.

El Puente Romano en obras, en septiembre de 2007
El Puente Romano en obras, en septiembre de 2007

Fuera ya del urbanismo, Córdoba capital y la provincia tienen importantes retos pendientes. La pérdida poblacional es uno de los principales. Las administraciones, pese a los esfuerzos realizados, no han sido capaces de frenar la sangría demográfica que sufren sobre todo las comarcas de Los Pedroches y el Alto Guadiato. Desde que en 2011 la provincia alcanzara su tope poblacional, con 805.857 habitantes, el padrón no ha hecho sino menguar. Tanto que, a fecha actual, somos ahora 772.152 residentes. Cuando este periódico empezó a publicarse, la provincia tenía 769.237 habitantes, y tras un crecimiento que duró una década, en 2012 se produjo un punto de inflexión. La cifra actual, por tanto, es la más baja en más de una década.

Tras alcanzar un tope poblacional de 805.000 habitantes en 2011, la provincia sufre un declive demográfico

Otro asunto irresoluto es la pobreza enquistada en tres barrios de la capital: Las Palmeras, Las Moreras y el Distrito Sur. Año tras año, aparecen en el listado de los diez barrios de España con las rentas más bajas, con todo lo que esto significa: elevados índices de desempleo, bolsas de marginalidad, exclusión, problemas de vivienda. El programa que se aplica a las denominadas zonas con necesidades de transformación social no ha sido suficiente para resolver una situación que, en medida similar, también afecta a barrios de Peñarroya-Pueblonuevo, Baena, Puente Genil y Palma del Río.

La adaptación al cambio climático es otra preocupación capital en una ciudad que, cada verano, registra de manera sistemática algunas de las temperaturas más elevadas de todo el continente europeo. Falta un transporte público más eficiente, una apuesta decidida por la bicicleta y un urbanismo más amable que deje atrás el exceso de granito en favor de los árboles y la vegetación. Es un discurso que, por suerte, ha calado en las instituciones, como lo demuestra el hecho de que la escasez de zonas verdes empieza a resolverse con el anillo de parques que circunda la ciudad. Será cuestión de años que el círculo se cierre y sea posible circunvalar Córdoba bajo las sombras de los árboles.

La gentrificación del Casco Histórico de Córdoba también inquieta. La proliferación de pisos turísticos y el cierre del comercio tradicional han expulsado a miles de vecinos del centro de la ciudad, al tiempo que las cajas de seguridad para guardar llaves de apartamentos vacacionales llenan las fachadas de edificios donde antes vivían familias. Y no es cuestión baladí buscar una solución que permita compaginar la actividad turística, uno de los motores económicos de la ciudad, con la vida diaria si no se quiere evitar que el entorno de la Mezquita-Catedral y los barrios históricos se conviertan en decorados. Algunas respuestas por parte de las administraciones han llegado en el último año: el Ayuntamiento ha aprobado una normativa por la que deja de dar licencias de pisos turísticos en 22 barrios saturados y la Junta de Andalucía ha retirado ya cerca de 700 permisos de alojamiento temporal.

Córdoba capital y su provincia avanzan, así, al ritmo de estos tiempos vertiginosos marcados por la digitalización. Quienes nacieron a la par que este periódico no recordarán que antes de 2002 se pagaba en pesetas y que, durante un tiempo, las calculadoras conversoras a euro fueron una herramienta indispensable para hacer la compra. Era, por supuesto, otra Córdoba. Se fumaba en los bares y dentro de los trenes; el matrimonio igualitario era una quimera; el carnet por puntos no existía y la violencia sobre la mujer no se abordaba como un problema social. Las páginas de El Día de Córdoba han dado cuenta de todos estos cambios legistativos que han modelado la sociedad en la que ahora vivimos.

Celebración de la declaración de los Patios como Patrimonio Mundial por la Unesco en diciembre de 2012
Celebración de la declaración de los Patios como Patrimonio Mundial por la Unesco en diciembre de 2012
El periódico ha visto nacer dos municipios, La Guijarrosa y Fuente Carreteros, de manera que ahora somos 77 municipios
Panorámica del C3A, con la Mezquita-Catedral de fondo: en la capital conviven lo contemporáneo y lo antiguo
Panorámica del C3A, con la Mezquita-Catedral de fondo: en la capital conviven lo contemporáneo y lo antiguo

Y, por supuesto, esta redacción ha contado un buen número de historias positivas que, como pequeños pasos, nos han hecho avanzar hacia lo que ahora somos. Hemos narrado la declaración de los Patios, de Medina Azahara y del toque de tambor de Baena como Patrimonio de la Humanidad; nos hemos emocionado con cada hito sanitario del Hospital Universitario Reina Sofía; hemos celebrado las medallas olímpicas del deporte cordobés y el ascenso a Primera del Córdoba CF; hemos estrenado el aeropuerto y batido récord de visitas a la Mezquita-Catedral; hemos asistido a la inauguración del C3A, del centro de ferias y convenciones, de la Ciudad de la Justicia y de la biblioteca de los Jardines de la Agricultura; hemos visto nacer proyectos de futuro como la base logística del Ejército de Tierra y hemos celebrado los logros de los artistas cordobeses, de Fosforito a Fernando Tejero, India Martínez, María José Llergo o Mercedes de Córdoba; hemos visto nacer dos municipios –La Guijarrosa y Fuente Carreteros– y hemos dado cuenta de las muchas alegrías del campo cordobés, con sus siete denominaciones de origen protegidas. Porque nada de cuanto ocurre en la capital y la provincia es ajeno a un diario que, desde sus inicios, toma cada día el pulso a una realidad que cambia a velocidad de vértigo.

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