Pareja estable

25 años después ‘El Día de Córdoba’ sigue aquí, pasado, presente y futuro de Córdoba, la ciudad que ha contado y cuenta desde los talones a la nuca, de las entrañas a su nuevo chute de bótox, desde todos los ángulos y perspectivas posibles

Fotograma de ‘Los Puentes de Madison’.

02 de octubre 2025 - 07:00

Todo se mide, todo se cuenta, y todo se analiza. Y en ocasiones con herramientas que no son las más apropiadas. Cada año, estoy muy atento a cuando publican los datos relativos a nuestras relaciones afectivas. Y eso que el amor y la estadística no deberían casar bien, nunca mejor dicho. Porque en el amor, en los afectos, no tendría que primar la cantidad, y sí la calidad. Que les pregunten a Clint Eastwood y Meryl Streep, o mejor a sus personajes, en esos cuatro días fabulosos, de amor torrencial y secreto, que vivieron en ‘Los puentes de Madison’. Solo cuatro días, pero vaya cuatro días, que en descarga amorosa tal vez fue similar a la de ocho años de otras parejas, más calmadas en los afectos. Pero como eso no se puede medir, la calidad/intensidad, acudamos a la media numérica. Nos dice que las parejas, españolas, andaluzas, cordobesas, que superan los 16 años, lo más lógico es que ya mantengan la relación, de forma estable, para los restos. Según esto, El Día y Córdoba están encaminados a entenderse, y hasta a quererse, para siempre. Se cumplen 25 años, que no es poca cosa, Bodas de Plata en términos de pareja, que se suelen celebrar con alborozo, bombo y tronío, ajustándose en algunos casos (quienes pueden) los vestidos y trajes originales. Motivos por los que brindar. El amor permanece.

Si tenemos en cuenta los últimos que han tenido (también valen “sufrido” o “padecido”) los medios de comunicación, los periódicos, en constante y atropellada evolución, en un intento, a ratos desesperado, por adaptarse a la velocidad y modas de los nuevos tiempos, con sus redes sociales, la definitiva eclosión de Internet, la tormenta del papel, los diferentes usos y formatos periodísticos, etcétera, porque son muchos y muy varios los etcéteras, 25 años es una odisea, casi un milagro. 25 años después El Día de Córdoba sigue aquí, pasado, presente y futuro de Córdoba, la ciudad que ha contado y cuenta desde los talones a la nuca, de las entrañas a su nuevo chute de bótox, desde todos los ángulos y perspectivas posibles. Es más meritorio de lo que imaginamos, ya que no solo ha sido un ejercicio continuado de pervivencia, incluso de supervivencia o de adaptación al medio y al espacio, la resiliencia de hoy ha sido tener la capacidad de establecer vínculos, ya muy arraigados, con Córdoba y los cordobeses. Eso es mucho más que resistir. Es adaptarse, aceptar y abrazarse al nuevo elemento con el que debes convivir, en armonía, tal y como ha sido. Inteligente y ajustado al medio, como esos peces que crecen en función de la pecera que los acoge, así ha hecho El Día con Córdoba, y los resultados no pueden ser más evidentes y satisfactorios.

Recuerdo perfectamente aquella primera noche de El Día de Córdoba, su presentación en sociedad, el número de ese domingo. Desde ese día, 25 años han pasado, mi firma está ligada a la de este diario. También yo he superado esa media de las parejas que permanecen en el tiempo, y la verdad es que sin grandes broncas, sin tener que soportarse, y sin reproches. En cierto modo, hasta somos una pareja abierta, siguiendo los modos de este nuevo tiempo. En estos 25 años hemos visto pasar una buena colección de alcaldes, alcaldesas, responsables públicos de las diferentes administraciones, famosos, famosetes, artistas emergentes, ascensos y fracasos, y hasta a algún asesino (que pasará a la historia por su extrema crueldad). Y El Día de Córdoba ha sabido a todos contarlos y mostrarlos, con la atención debida, con el tamaño de letra que se merecían. Tal vez el secreto de esta relación estable sea eso, tan simple, seguir los códigos del periodismo, no distanciarse de la independencia y no renunciar a la información, desde la transparencia y el rigor. Cuando los cimientos de una relación son sólidos, y cuando ambas partes se aceptan, y hasta se quieren, el tiempo pasa y el adiós no llega. No tiene por qué hacerlo. Tal y como sucede con El Día y Córdoba, una pareja estable. A por otros 25 o 100 años más, que hay relaciones que son para siempre.

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