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Casting Lear | Crítica de teatro

Una escena de la obra 'Casting Lear'
Una escena de la obra 'Casting Lear' / IMAE / Rafa Alcaide
Máximo Ortega Capitán

Córdoba, 10 de mayo 2025 - 14:12

La ficha

***** Casting Lear. Producción: Barco Pirata y Teatro de la Abadía. Creación y texto: Andrea Jiménez. Dramaturgia: Olga Iglesias. Reparto: Andrea Jiménez y Juan Paños junto al actor que acompañe cada noche. Dirección: Andrea Jiménez y Úrsula Martínez. Fecha: viernes, 9 de mayo. Lugar: Teatro Góngora. Dos tercios de entrada.

Imaginen que una compañía de Teatro visita el Góngora y le ofrece participar en su representación como actor invitado. El título, aunque algo diferente, les hace pensar que el montaje representa en versión contemporánea una obra conocidísima de Shakespeare. Imaginen aceptar la invitación y, al preguntar por el calendario de ensayos la compañía responde que solo se verán dos horas antes de la función para compartir unas pautas sencillas y probar sonido. Imaginen que en lugar de hacer su aparición anecdótica (lógico de pensar, por las circunstancias), les toca interpretar el personaje protagonista y permanecer en escena durante noventa minutos. Esto le ocurrió a nuestro paisano Juan Carlos Villanueva en Casting Lear.

La propuesta firmada y dirigida en vivo (no podría ser de otra forma) de Andrea Jiménez parte de una experiencia análoga a la que vive el personaje de Cordelia en El rey Lear. Por su honestidad a la hora de responder a su padre cuando pregunta cuál de sus tres hijas lo quiere más y la magnitud de ese amor que le profesan, la joven se queda sin parte del reino que iba a repartir. Desheredada y repudiada, acepta la decisión.

Tal desprecio sería motivo sobrado para no perdonar a su padre jamás. Sin embargo, Cordelia es la única que acude a su auxilio cuando Lear lo traicionan y cae en desgracia. Una vez reconciliados, la recompensa a su amor incondicional es la muerte. Jiménez empatiza con Cordelia, pues ella también ha sufrido en sus carnes la crueldad de un padre déspota, incapaz de aceptar que su hija eligiera el teatro como forma de vida. Pasajes del texto original se intercalan con vivencias personales donde esta artista mayúscula nos entrega una maravillosa reflexión sobre el significado del amor, el respeto y el perdón en las relaciones paterno-filiales.

Cuando se trabaja con valores tan puros, llenar el escenario con artificios sería profanarlos. Es espacio desnudo con una pequeña tarima elevada, micrófonos y pinganillo para apuntar directrices al actor, algo de humo, notas musicales y lumínicas para ciertos momentos son los únicos recursos que precisa la producción. El resto lo proporciona el trio de intérpretes. Andrea Jiménez nos atrapa en su maravillosa ejecución como actriz-directora conduciéndonos por un terreno híbrido entre psicodrama y teatro.

Juan Paños, similar a un Koken del teatro Noh japonés capaz de intervenir e interpretar al mismo tiempo su ausencia, se convierte en el ayudante perfecto que apunta con precisión el texto y asiste a la pareja que interpreta. Juan Carlos Villanueva, sin saberlo, se convirtió en el octogésimo segundo protagonista de esta obra que, sin lugar a dudas, le ha regalado una revelación profesional y personal. El público asistente lo sintió de la misma forma. La entrega honesta y absoluta sin reparos, el abandono a las emociones sinceras convirtieron su trabajo en algo para recordar en mucho tiempo. Juntos recibieron la ovación de todo el público en pie acabada la función.

¿Qué ocurre cuándo no estamos a la altura de las expectativas de nuestros progenitores? ¿Hasta qué punto su decepción penetra para sentirnos culpables? Y, lo más importante, ¿por qué se creen con derecho a hacerlo? Preguntas que nos hacemos como hijos y, a veces, errores que cometemos cuando nos convertimos en padres.

Casting Lear nos invita a pensar en estos papeles que fácilmente hemos podido representar al menos una vez en la vida e, incluso, los dos si somos algo más mayores. Gracias por recordarlo.

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