"En este país se ha gastado todo lo que tenemos más lo que nos han prestado después"
La directora de Renta4 Córdoba augura una travesía difícil hasta que España consiga implantar un modelo económico productivo y con capacidad de exportar
HASTA qué punto los viejos buenos tiempos no volverán lo pone muy claro María Suárez-Bárcena, una mujer que se maneja entre las cifras, los mercados, las rentas y los planes de futuro como un lince entre gatos comunes. La directora de Renta 4 en Córdoba pinta un panorama poco halagüeño y un futuro inmediato en el que ya no vale jugar a ciegas al Monopoly.
-¿Dónde nació usted?
-Soy de Villablanca de Huelva, un pueblo de unos 2.000 habitantes.
-¿Cómo se llega desde un pueblecito a la macroeconomía?
-Siempre me ha gustado la economía, me viene de familia. En mi casa siempre ha habido tradición bursátil; mi padre conserva acciones que tenía mi abuelo de diversas compañías. Imagínate, al precio irrisorio de aquellos tiempos... En la familia ha habido desde siempre una tradición inversora.
-¿Me permite que la llame economista o eso, con los tiempos que corren, le causará problemas a la hora de comprar pan en su barrio?
-No, a mí no me causa ningún problema. Quizá algunas personas cuando les hablas de mercados financieros les resulta muy estrambótico, pero no creo que sea algo de fuera de la realidad. Además, creo que cada vez más la inversión se va acercando a todo tipo de personas: el ahorrador se interesa más por lo que pasa a su alrededor y quiere pasar a ser inversor. El porcentaje en España de activos financieros sobre el ahorro total de las familias es de un 21 %; en otros países, como Francia o Alemania, está sobre el 35%. Mantenemos distancias pero, cada vez más, se van acortando.
-¿Cuando usted empezó esto era otro mundo?
-Los pequeños inversores antes no percibían el riesgo de la misma manera. En los depósitos ha disminuido bastante la percepción de "rentabilidad sin riesgo". Después de esta crisis, cuando una persona contrata un fondo de inversión quiere saber qué hay dentro de ese fondo, quiere saber lo que es una preferente, una deuda subordinada o una deuda senior. Antes iban a su sucursal y compraban lo que les aconsejaba el director de su oficina sin interesarse por las características del producto; ahora el inversor tiene interés por conocer y eso es lo que más ha cambiado.
-¿La crisis del ladrillo también ha contribuido a que la gente meta su dinero en otros sitios?
-La gente ya es consciente de que los pisos no son una solución segura y ha comprendido la importancia de diversificar y contar con activos líquidos en el patrimonio. Nuestra máxima competencia estos años atrás ha sido el ladrillo, ahora ya no y eso se nota en nuestra empresa, por ejemplo. El año pasado fue el de mayor entrada de patrimonio en la casa y este año que ha terminado, a fecha de septiembre, teníamos un 50% más que el año pasado.
-Pero parece que el ladrillo no estaba tan mal visto, a pesar de todo, y de este tipo de empresas de asesoría parece que se habla como especuladores, como de gente casi amoral.
-Mi percepción es que se nos ve como lo que somos, asesores y gestores de patrimonios, especialistas en inversión. Si ya nos ponemos a hablar de malvados mercados tenemos que pensar que los mercados somos todos. Cuando se dice que los mercados no quieren deuda española es muy relativo. Hace unas semanas cuando se pagaban las letras del tesoro a un año por encima del 5% todo el mundo quería deuda española, pero, claro, al 3% no se quiere. Los mercados no van a un país para destrozarlo, los mercados, los inversores, tienen todo el mundo para invertir y distinguen. Según el binomio de la rentabilidad-riesgo, así hacen. De todas maneras, los que piensan así quizá deberían reflexionar un poquito porque todo el país ha estado especulando con lo básico como la vivienda, y no con activos financieros que al final están contribuyendo al desarrollo de un país y a financiar las empresas.
-El año pasado decía Julio Anguita en una entrevista que un economista servía para decir qué ha pasado cuando ya ha pasado. ¿Es así?
-Con todo mi respeto hacia el señor Anguita, pienso que no siempre es así y que muchas veces no queremos escuchar lo que no nos gusta o no nos interesa. Cuando ya en el año 2001 el antiguo Gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, advirtió de que la vivienda estaba sobrevalorada un 20% salieron voces que decían que no pasaba nada y que vivíamos en el mejor de los mundos, pero la advertencia estaba ahí para quien la quisiera escuchar. En todo caso la Economía es una ciencia social y empírica, no un juego de adivinanzas.
-¿No tiene nada de adivina?
-Nada. Una cosa es hacer previsiones observando lo que hay a tu alrededor y otra muy distinta hacer predicciones.
-Keynes habla en 1936 de intervenir el Estado para regular el mercado. ¿Le hemos dado la vuelta a la tortilla y es el mercado el que controla a los estados? Ahí está el ejemplo italiano con un economista intentando salvar o dirigir el país.
-Una cosa es hablar de Keynes y de mercados organizados y regulados con lo que estoy totalmente de acuerdo y otra muy distinta dejar a los Estados, o mejor dicho a las administraciones públicas, gastar sin límite. Y no hace falta irse al caso de Italia, nos podemos quedar en España, con 17 autonomías, cada una con su administración pública y cada una con un gasto insostenible. Es lógico que los inversores a la hora de poner su dinero en el país pidan austeridad. Es que resulta que nos hemos gastado todo lo que teníamos más lo que nos han prestado. Ese dinero habrá que devolverlo, a ver como lo hacemos si seguimos con la fiesta. ¿Es que los mercados mandan? No, pero nos financiamos en ellos y como es lógico ponen sus condiciones, como hace cualquiera, y compran la deuda que más les compense, sopesando riesgos y rentabilidad.
-La política de recortes que se está imponiendo es contraproducente según otras voces y podría provocar más paro todavía. ¿Cómo lo ve usted?
-Mi opinión es que tenemos que ser austeros pero que sólo con esto no es suficiente y tendríamos también que devaluar. Todo parece indicar que vamos a estar una larga temporada con crecimiento muy bajo y por lo tanto creándose muy poco empleo, es un trance muy duro pero necesario. El modelo económico basado en construcción y consumo por efecto riqueza se ha agotado. Sustituirlo y avanzar hacia un modelo donde prime la productividad para ponernos a exportar no es algo que se haga en dos días.
-¿Qué aconseja para el que llega con intención de invertir un poquito, muy poquito, de dinero?
-Lo primero que nosotros hacemos es conocer a esa persona...
-¿Son ustedes psicólogos?
-Sí, hay que ser muy psicólogo porque conocer la persona es importantísimo. No es lo mismo una persona que invierte poco pero ese es todo el dinero que tiene, que una persona que invierte poco pero tiene detrás más dinero para defenderse. Depende de su perfil, no puedo hacer una recomendación sin conocer a una persona...
-¿Es decir, que se debe invertir sólo el dinero que sobra?
-Eso siempre, eso es básico. Hay que invertir el dinero que uno no va a necesitar.
-¿Qué ganancia tiene una empresa instalada en una de las provincias más pobres del país?
-A nosotros nos va bien. Abrimos en el año 2000 e incluso los años que la bolsa ha ido mal hemos estado ganando cuota de mercado con inversores que, preocupados, se acercaban a preguntarnos. Conocemos muy bien a nuestros clientes y puedo decir con satisfacción que confían en nosotros y son los primeros que recomiendan a amigos y familiares nuestros servicios.
-¿A la hora de invertir, hay muchos cambios en los mercados financieros?
-Lo básico sigue siendo lo mismo, que es medir muy bien los riesgos. Pero los mercados ahora tienen una volatilidad tremenda, van cambiando, y hay que adaptarse, hay movimientos bruscos.
-¿Habrá estabilidad algún día?
-Algún día, pero parece es que la volatilidad ha llegado para quedarse.
-¿Quién hace las cuentas de sus casa?
-Yo, las hago yo.
-¿Qué ha aprendido de Córdoba estos años?
-No hay muchas diferencias entre un onubense y un cordobés, tenemos costumbres parecidas. Si tengo que hablar de la ciudad, me gusta porque es acogedora, donde se vive bien y sin problemas para desplazarte. Cuando llegué me advertían de que los cordobeses eran muy cerrados, pero yo eso no lo he visto, la verdad. La gente me ha abierto sus casas, los clientes de una edad me tratan como a una hija y los amigos como a una más.
-¿Qué le parecen esas empresas de calificación como Standart and Poor que se dedican a ponerle malas notas a alumnos -países, bancos...- que ni siquiera van a su escuela?
-Sus calificaciones son una herramienta más.
-¿Y son fiables?
-Son una herramienta más. Muy criticadas después de que Lehman con una calificación alta quebrara, pero ¿existía la posibilidad de quiebra? Mientras haya un uno por ciento de probabilidades de que una empresa quiebre esa la posibilidad existe por lo que clave está, como decía antes, en el control de riesgos ¿Que se podrían hacer las cosas mejor? Seguramente sí.
-¿Cuando fue el primer año que llegó a su casa y dijo "la que se va a liar"?
-Llegar a casa y decir la que se va a liar no, pero ser consciente de que teníamos una burbuja inmobiliaria grandísima y que de un momento a otro podía estallar sí me rondaba por la cabeza. Estallan en EEUU las subprime y ya hemos visto lo que ha ocurrido aquí, pero nuestro problema estaba ahí y con o sin subprime americana en España teníamos nuestros propios problemas. Aquello no era normal y ahora llamamos crisis a la vuelta a la normalidad.
-Tendremos que inventarnos una nueva palabra.
-Esto ya no es una crisis: es el fin de un modelo y el nacimiento de otro. Es el nacimiento de algo nuevo.
-¿Manda Merkel?
-En Europa, sí. Ellos son países acreedores y está claro que están en mejores condiciones que países deudores como nosotros. En última instancia habría más Unión Europea con tesoro único y eurobonos, aunque, a corto plazo, Alemania no está por la labor.
-¿Ya que está la cuesta de enero aquí puede anunciarnos cosas peores que nos queden por vivir?
-Me temo que nos quedan más recortes: Alemania dice que debemos subir el IVA, habrá que ver si realmente el déficit es del 8% o es mayor, habrá que ver qué pasa con las balanzas fiscales de las comunidades autónomas que al final tendrán que ver la realidad, que es que la recaudación extraordinaria por el ladrillo ya no la hay y que hay que ajustarse. Si vamos a más Europa, a ver qué pintan tantas legislaciones autonómicas diferentes...
-¿Aconseja que cada uno cuide de sí mismo por si el Estado acaba no garantizando las pensiones?
-Cualquier persona cuya edad actual sea inferior a 55 años ha de ser consciente que su nivel de vida una vez alcanzada la jubilación dependerá en gran medida de lo que haya conseguido ahorrar para esa etapa de su vida. Las pensiones públicas seguirán existiendo, pero inevitablemente su cuantía sufrirá una merma significativa.
-¿Cuando pequeña jugaba mucho al Monopoly?
-Cuando pequeña jugaba a todo al Monopoly , a las muñecas, y también a los coches. Quien piense que la inversión tiene algo que ver con el juego y con el Monopoly mejor que se dedique a otra cosa.
También te puede interesar
Lo último