"Se paga por la música, las flores y la cera, y por qué no por los costaleros"

El capataz de las Angustias pretende que quienes asistan al pregón entiendan que el costal "no es un deporte sacro, ya que las cofradías nos legan lo más preciado"

Ochoa, delante de una fotografía con la imagen de la Virgen de las Angustias.
Rafael C. Mendoza

06 de marzo 2010 - 01:00

José Luis Ochoa es, por su amplio curriculum como capataz, una de las personas más acreditadas para referirse a este capítulo. Y hoy, a las 21:30 en la iglesia de la Magdalena, tiene la oportunidad de que se escuche la opinión que le merece la Semana Santa de Córdoba y el mundo del costal en particular. Ochoa, hermano y capataz de la Hermandad de la Virgen de las Angustias, se convierte así en el quinto exaltador en situarse detrás de este atril. Sus predecesores fueron Carlos Herencia, Ángel Varo -que además es su presentador-, Eduardo Molero y José Fernández.

-Éste será su primer pregón. ¿Le sorprendió el nombramiento?

-Tan poco me lo creía que lo rechacé en un primer momento. Soy malo para la poesía y pensé que no iba a estar a la altura de las circunstancias, pero fue Ángel Varo la persona que me convenció. Él me dijo que, más que poesía, lo que tengo que hacer es contar mis vivencias.

-¿Eso fue lo que le hizo decantarse por Varo como presentador?

-Y porque me hace sentirme muy abrigado. Es además mi maestro en el taller en el que trabajo.

-¿Tiene algún capataz de referencia?

-Tanto Javier Romero como Lorenzo de Juan me han enseñado todo lo que sé. También vale la experiencia que he tenido en Sevilla como costalero de la Hermandad de la Trinidad.

-¿Se siente influenciado por la Semana Santa sevillana?

-Toda la Semana Santa de Andalucía está sevillanizada y el costalero en Córdoba ya no puede ser más sevillano de lo que es. Nunca he dicho "mi arma", pero sí es verdad que utilizo el argot de allí para dirigir los pasos. No cabe duda de que el modelo es Sevilla.

-¿Cómo se define como capataz?

-Debería ser otra persona la que hablara de mí, pero me considero que soy un capataz serio y sin estridencias. No me gusta levantar demasiado la voz cuanto estoy al frente de un paso.

-¿Alguna vez se le ha rebelado un costalero?

-En este mundo es bastante normal que pasen cosas así, porque cada uno de los 100 hombres con los que cuentas es de su padre y de su madre.

-¿Ve a las cuadrillas como grupos de presión en las cofradías?

-Llegan a ser grupos de presión precisamente por esa necesidad que tienen las cofradías de tener costaleros. Las hermandades no se han apretado los machos por la falta de personal y se ven obligadas a tragar en muchas ocasiones, pero la culpa es de las mismas cofradías.

-¿Tiene usted la solución para atajar este problema?

-Si la hermandad tiene dinero podría plantearse la contratación de una cuadrilla.

-¿Es partidario de esta medida?

-Hay que ser realistas. Igual que se paga por una banda de música, las flores o la cera, por qué no se paga por los costaleros.

-¿Hay profesionales en Córdoba?

-No sé si se llega a cobrar o no, pero lo que sí sé es que no dan problemas. Puedo hablar, por ejemplo del caso de Curro, el capataz. Eel Perdón y el Santo Sepulcro han encontrado en él un respiro.

-¿Qué mensaje pretende que se lleven los asistentes a su pregón?

-Que tengamos en cuenta la responsabilidad que tenemos entre las manos. Ser costalero no es un deporte sacro, ya que las cofradías nos legan lo más preciado que tienen.

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