El otoño llega bajo templete

El inicio de la estación otoñal en la capital se anuncia no con el equinoccio, sino mediante el repicar de las campanas en la ermita del Socorro el último domingo del mes de septiembre. En la plaza que recibe su nombre por el templo, cientos de cordobeses devotos, así como curiosos y turistas, se congregaron para presenciar la salida de Nuestra Señora del Socorro Coronada, que este año estuvo acompañada por una figura del Arcángel custodio de la ciudad, San Rafael. Con motivo de la salida en procesión del ángel custodio, la comitiva dejó estampas únicas en el interior de la Mezquita-Catedral.

Por primera vez en más de 50 años, el también patrón de los peregrinos salió en procesión desde esta ermita para deleite de quienes se congregaron bajo la luz del atardecer en la plaza del Socorro. En esta ocasión, fue portado por los hombros de un grupo de jóvenes costaleros de entre 15 y 18 años, que a pesar de titubear un poco a la salida pudieron alzar al santo por encima de las cabezas de todos los presentes, quienes dieron un sonoro aplauso, y de los naranjos que custodian el templo.

Mientras la comitiva que acompañaba al Arcángel proseguía su camino hacia la plaza de la Almagra y la iglesia de San Pedro y el sonido de los tambores de la banda de Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Cena se alejaba, buena parte de los centenares de miradas allí presentes se centraron en el portón de la ermita, donde empezaban a aparecer los cirios y la cruz de guía procesional que anunciaban la salida de la Virgen del Socorro.

Tras ésta y un nutrido grupo de personas, entre ellos diversos cargos de la Policía Local, las voces de los capataces, los sonidos de esfuerzo de los costaleros y el olor a incienso anunciaban la salida de la alcaldesa perpetua de la ciudad. Bajo templete y sobre unos costaleros que alzaron a pulso a la Virgen a su salida del templo entre "vivas" de los devotos que se congregaron en este lugar, cercano a la plaza de la Corredera. Por ésta también pasó la comitiva procesional, ya de noche, ante las miradas de los turistas que visitaban este conocido enclave, momentos antes de volver a entrar a la iglesia esta imagen tan querida en la ciudad.