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El origen del belén, el árbol de Navidad y otras tradiciones que construyeron nuestras Navidades

Historias

Desde aquel primer pesebre que san Francisco levantó en Greccio en 1223 hasta las felicitaciones instantáneas enviadas por WhatsApp, la Navidad ha recorrido un camino de siglos

Figuras del belén de Cajasol en Córdoba. / Miguel Ángel Salas
Alejandro Aguilar
- Historiador

Córdoba, 22 de diciembre 2025 - 06:59

Desde aquel primer pesebre que san Francisco levantó en Greccio en 1223 hasta las felicitaciones instantáneas enviadas por WhatsApp, la Navidad ha recorrido un camino de siglos en el que se han ido entremezclando devoción, tradición y modernidad.

En 1223 se cuenta que san Francisco de Asís realizó la primera recreación viviente de un pesebre en la localidad italiana de Greccio, situada a unos cien kilómetros al norte de Asís. Para ello pidió una dispensa al papa Honorio III. Aquella escenificación de la Natividad, concebida únicamente como un acto devocional para sus hermanos franciscanos, acabaría inspirando durante siglos a iglesias, conventos, capillas y hogares de toda la cristiandad.

Italia popularizó la costumbre del pesebre a partir del siglo XV. Uno de los más célebres fue el que Carlos III encargó en 1760 en Nápoles: una estructura monumental de 12 metros de anchura, diez de profundidad y cuatro de altura, con más de 500 figuras humanas y 200 animales, elaboradas en madera o cera por artesanos napolitanos. El propio Carlos III introdujo en Madrid este belén napolitano, compuesto por casi seis mil figuras —5.960 exactamente—.

En España, los pesebres han sido siempre muy variados en su forma y esplendor. En Cataluña, la tradición llegó desde Italia a través de mercaderes y marineros entre los siglos XVII y XVIII. Castilla, por su parte, recibió la influencia alemana gracias a las figuras que llegaron con el séquito del emperador Carlos V, como demuestra el célebre belén de la Catedral de León.

Todas las regiones españolas desarrollaron su propio estilo, y Andalucía fue siempre especialmente cultivadora de los belenes. Sevilla, Córdoba y Granada sobresalieron a lo largo de los siglos como entusiastas celebrantes de la representación del Nacimiento. Cataluña, Levante y Andalucía son, hasta hoy, los territorios donde la tradición pesebrista ha estado más arraigada. En Córdoba, la fundación de la Asociación Cultural Belenista en 1979 consolidó ese fenómeno. Ya a mediados de los años cincuenta, el profesor Dionisio Ortiz Juárez señalaba la notable evolución de los nacimientos cordobeses, que mostraban una mayor calidad en las figuras y un realismo creciente en los paisajes. Este cambio se debió, en buena medida, a la influencia catalana, especialmente en la escenografía y en el predominio de ambientes naturales cuidadosamente elaborados.

¿Cómo surgió el árbol de Navidad?

La tradición del árbol de Navidad tiene también una historia larga y fascinante. Sus raíces se encuentran en diversas costumbres del norte y centro de Europa. Las primeras referencias documentales aparecen en Alsacia en 1557 y 1561, y otra mención de 1604 —en el Memorabilia quaedam Argentorati observata— describe la tradición de adornar un pequeño árbol con luces en Estrasburgo. El escritor Goethe relata en Las penas del joven Werther que vio su primer árbol de Navidad en 1765, en Leipzig.

A finales del siglo XVIII hay indicios de árboles navideños en Berlín, aunque en el ámbito rural la costumbre tardó décadas en consolidarse. Para 1830 ya se conocen árboles adornados con velas y pequeñas esferas, populares gracias al trabajo de los vidrieros de Lauscha, en Turingia, que elaboraban con vidrio lo que no podían permitirse comprar en metal u otros materiales. Hacia 1869 era común encontrarlos en mercados, y para 1890 el comercio de abetos y pinos navideños estaba plenamente establecido. La tradición se expandió rápidamente por el mundo gracias a la emigración alemana a Estados Unidos y América Latina.

La corte británica adoptó el árbol en la década de 1840, y las representaciones difundidas por la prensa victoriana contribuyeron de forma decisiva a su popularización internacional. En España, hacia 1960 aún era una costumbre relativamente poco extendida, aunque comenzó a ganar presencia gracias a residentes extranjeros y a la progresiva influencia cultural europea.

¿Desde cuándo se envían 'christmas'?

Otra tradición navideña relativamente reciente es la de los christmas o tarjetas de felicitación. Se introdujeron en España en la década de 1950 y se expandieron rápidamente en los años sesenta, hasta provocar verdaderas aglomeraciones en las tiendas para su adquisición. Procedían de Inglaterra, donde surgieron en el siglo XIX. El primer Christmas conocido fue diseñado por el pintor John Callcott Horsley en 1843 y contenía el mensaje: “Feliz Navidad y un buen año para vosotros”.

Finalmente, merece recordarse un uso hoy desaparecido: el aguinaldo navideño a los guardias de circulación, responsables en aquellos años de ordenar el tráfico de peatones y vehículos, como recogen diversas crónicas de la época. Eran otros tiempos, pero forman parte del mosaico de costumbres que fueron dando forma a la Navidad tal como la conocemos.

Hoy, la inmediatez se ha impuesto. La tradición permanece, pero el soporte cambia: de la tarjeta ilustrada al mensaje de WhatsApp, del buzón al móvil. Lo esencial, sin embargo, sigue siendo el deseo sincero de compartir cercanía y buenos propósitos.

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