La fábrica de cemento de Córdoba, perteneciente al grupo Cimpor, está introduciendo mejoras medioambientales para reducir las emisiones, así como otras modificaciones para aumentar la producción de clínker con el fin de mantener su competitividad y su eficiencia. Estas obras, que comenzaron a principio de año, están causando molestias entre los vecinos de la zona de influencia de la cementera. Tanto es así que el Centro de Emergencias del 112 en Córdoba registró el pasado lunes más de una decenas de llamadas de ciudadanos alertados por "un humo blanquecino y por un fuerte olor a quemado", el cual les provocó algunas molestias sin gravedad, como dolor de cabeza y picor en la garganta.

Estos trabajos, que representan una inversión de 25 millones de euros, finalizarán antes de que termine el año y supondrán un aumento de la capacidad de producción de clínker de la fábrica, que pasará de 1.500 a 2.000 toneladas al día. De este modo, la cementera tiene previsto estar a pleno rendimiento en enero, por lo que actualmente está "parada y no se está produciendo clínker", con lo que "es imposible que haya habido un proceso de combustión", señalaron desde Cimpor. De este modo, la fábrica quiso zanjar así la polémica que se podía suscitar tras la denuncia de algunos vecinos por los trabajos que se están desarrollando.

Cimpor señaló en este sentido que el pasado lunes lo que se realizaron fueron trabajos de secado de varias infraestructuras construidas en hormigón, en concreto de la torre de intercambiador de calor y el enfriador de clínker. Para ello, la fábrica utilizó potentes máquinas que funcionan con gasóleo, lo que formó una cortina de vapor de agua que se tradujo en humo y en olor a quemado.

Por su parte, la Asociación de Vecinos Amanecer de Fátima señaló ayer que ha pedido una reunión urgente con la dirección de la fábrica para ver "cómo se están desarrollando estos trabajos".