El obispo elude aclarar su crítica contra la reproducción asistida

Tras levantar grandes críticas por sus palabras contra las técnicas de reproducción asistida, el obispo de la Diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, ahora calla. Fernández, que ofreció una rueda de prensa en el Obispado para hablar sobre nulidad matrimonial, consideró que no era el momento para tratar sobre su controvertida carta pastoral de la semana pasada. El máximo responsable de la Diócesis cordobesa afirmó que el tema que se trataba en ese momento era "más importante" que su carga contra la fecundación in vitro y su diferenciación entre las cualidades de hombres y mujeres, por lo que no permitió preguntas sobre la citada carta.

Cabe recordar que el obispo lanzó una misiva la semana pasada titulada Navidad y familia en la que afirmaba que los hijos son fruto del "abrazo amoroso de los esposos" y que "no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio". El prelado calificó las técnicas de reproducción asistida como un "aquelarre químico" y apuntó que "todo tipo" de fecundación artificial "rompe la armonía de la creación".

Los reproches al obispo, que vinieron de todos los puntos del país, no se quedaron únicamente en el punto de la reproducción asistida. En su concepción de familia, Fernández expresó en su misiva las que a su consideración deben ser las cualidades de hombre y mujer para que todo marche bien. Al hombre le atribuyó el don de la fortaleza y su aportación de seguridad, además, manifestó que "cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa". En cambio, a la mujer no la dotó con esos atributos, sino con los de "dar calor al hogar, acogida y ternura" y es que, según Fernández, "cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos". A pesar del gran calado que tuvieron estas palabras, el obispo evitó ayer dar explicación alguna sobre lo que dijo, ni se reafirmó, ni echó marcha atrás.

Sobre el tema de las nulidades, Fernández informó de que a partir del 2 de enero comenzará a funcionar el Tribunal Eclesiástico de Córdoba y aquellos que lo soliciten no tendrán que acudir al de Sevilla, como se lleva haciendo 33 años. Dicho órgano viene decretado por orden directa del Papa Francisco a fin de agilizar los trámites para obtener la nulidad matrimonial, si bien hay que recordar que Córdoba ya había solicitado previamente contar con el tribunal.

El vicario judicial de la Diócesis, Antonio Jesús Morales, explicó que el proceso hasta ahora siempre ha sido largo y reconoció que muchos consideran que tan solo aquellos con medios económicos altos podían conseguirla. Para Morales este hecho hay que desmitificarlo y alabó la iniciativa del obispo Bergoglio de facilitar la constitución de los tribunales para que cada diócesis pueda actuar independientemente. Además de agilizar el trámite, explicó el vicario judicial, este órgano también permitirá "un trato más personal" con aquellos que soliciten la nulidad.

Morales recordó que siempre ha existido la ayuda para estos casos y que incluso para aquellos sin ningún recurso las costas se le pueden cubrir un 100%. Todo proceso judicial, incluida la nulidad matrimonial, requiere una serie de gastos (abogados, peritos, psicólogos), pero el responsable judicial de la Diócesis de Córdoba comentó que la Iglesia "tiene que garantizar que una persona sin recursos, pueda acercarse al tribunal".

Por su parte, el vicario judicial adjunto de la Diócesis, Domingo Moreno, apuntó que a partir de ahora existirá un proceso breve, aparte del ordinario. En el breve, las pruebas para conseguir el fin eclesiástico del matrimonio tienen que ser muy claras y si todo sale bien, en un mes estaría listo (después de que el obispo dicte sentencia ya que éste tiene la potestad para hacerlo). En el ordinario, la novedad es que ahora no es obligatorio acudir a la segunda instancia -hasta ahora sí lo era-, por lo que también se agilizarán los plazos de forma considerable.