Religión

El obispo de Córdoba asegura que la intención de la ley de la Eutanasia es "eliminar a los abuelos cuando estorben"

  • Demetrio Fernández lamenta que la pandemia ha acentuado la experiencia de soledad entre los mayores

Una abuela abraza a su nieto durante un paseo.

Una abuela abraza a su nieto durante un paseo. / Miguel Ángel Salas

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha vuelto a cargar duramente contra la Ley de la Eutanasia y ha señalado que en esta norma, "una ley para la muerte, la intención es eliminar a los abuelos cuando estorben".

Así lo pone de manifiesto en su carta pastoral de cada semana y que, en esta ocasión, se centra en la celebración de San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús, que la Iglesia celebra este domingo 25 de julio. 

En su misiva, el prelado asegura que el de los abuelos "es uno de los recuerdos más bonitos de nuestra infancia" y expone que en sus visitas pastorales cuando se dirige a los pequeños y resalta el valor de los abuelos "se les iluminan los ojos a esos niños". "Prácticamente todos tienen una feliz experiencia de sus abuelos. Experiencia que se prolonga en la juventud y hasta que los abuelos sobreviven. Quizá una de las primeras frustraciones de la vida es vivir la muerte de los abuelos. He visto a nietos inconsolables ante la muerte de uno de los abuelos", detalla.

Fernández añade que en esa relación intergeneracional, "los abuelos ofrecen un ámbito de afecto y de ternura, que compensa la dureza de la vida". "La vida no siempre es fácil, los padres tienen la preciosa tarea de encauzar la vida de los hijos, unas veces con aplauso y apoyo y otras veces corrigiendo a tiempo. En los abuelos uno sólo encuentra apoyo y ternura", apunta.

En esta línea, endurece su mensaje y sostiene que "en esta temporada reciente se ha intensificado un fenómeno cada vez más frecuente: que los abuelos no tienen sitio en nuestra sociedad, no hay sitio para ellos en nuestras casas, no podemos atenderlos como necesitan, dado el ritmo de vida que llevamos y la prolongación de la vida".

A su juicio, "en los cambios progresistas de nuestra sociedad, los abuelos estorban, son como un obstáculo ya no sólo físico, sino un obstáculo en el cambio de mentalidad de una sociedad, que es fácilmente manipulable. Todo nos empuja a prescindir de los abuelos, a dar ese salto generacional precipitando la ruptura con el pasado".

El obispo también alude a la situación vivida durante la pandemia del coronavirus y el confinamiento y subraya que "ha sido muy evidente ese empujón que ha llevado a tantos abuelos a la muerte. Y en la ley de eutanasia, una ley para la muerte, la intención es eliminar a los abuelos cuando estorben".

En la misma carta, recuerda que el Papa Francisco ha instituido a partir de este año la Jornada Mundial de los abuelos y mayores, "para llamarnos a todos la atención sobre este hecho social con sus pros y sus contras" y detalla que "el Magisterio reciente de los Papas ha insistido en esta realidad y ha procurado iluminar la vida de los mayores, de manera que no queden descartados o incluso expulsados de la sociedad". Por ello, ha continuado, "esta Jornada Mundial puede ayudarnos a caer en la cuenta del papel de los abuelos en la familia y en la sociedad".

También hace referencia al versículo “Yo estoy contigo todos los días” (Mt 28,20), que es la promesa de Jesús a su Iglesia, a sus apóstoles, a cada uno de nosotros. "Este lema traído para esta Jornada Mundial nos está subrayando que Jesucristo no abandona a nadie, y que está especialmente presente con las personas que, dadas las circunstancias de la vida, se sienten solas", indica.

Con todo ello, el obispo de Córdoba insiste en que "la pandemia ha acentuado esta experiencia de soledad. Cuántos mayores han partido de este mundo desde la más absoluta soledad, que nunca podía imaginar. Cuántas personas, en sus casas y en residencias de ancianos, han vivido el confinamiento y los contagios de forma absolutamente recluida en la cuarentena. Cuánta soledad en el corazón humano, cuando más se necesita de compañía, porque faltan otros recursos de salud, de personas, de medios, etc".

Demetrio Fernández concluye su carta pastoral asegurando que "la Jornada Mundial de los abuelos y los mayores nos acerque a tales personas que viven en nuestro entorno. Y que las personas que viven esta etapa de sus vidas, quizá antes llenas de actividad y entrega y ahora más limitadas, puedan acoger esta palabra de Jesús, que se hace vida en sus vidas: Yo estoy contigo, yo estaré siempre contigo, no tengas miedo a la soledad, porque yo te acompañaré siempre".

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