Religión

El obispo de Córdoba recuerda que la Iglesia defiende "un trabajo que dignifique a la persona, nada de esclavitud"

  • Demetrio Fernández pide un trabajo sin "horarios inhumanos" y un "salario justo"

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández.

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. / El Día

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, con motivo de la celebración el próximo 1 de mayo de la fiesta de San José Obrero, ha recordado que la doctrina social de la Iglesia Católica aboga por "un trabajo digno, un salario justo, y un trabajo que dignifique a la persona", es decir, "nada de esclavitud, ni de horarios inhumanos, y menos aún con los más desfavorecidos, que tienen que aceptarlo porque no hay otra cosa".

En su carta pastoral semanal, el prelado ha explicado que "el 1 de mayo tiene una larga historia en relación con el movimiento obrero mundial, que, a raíz de la revolución industrial del siglo XIX, busca satisfacer los derechos de los obreros. No en vano, el Papa Pío XII instituyó en 1955 el 1 de mayo como fiesta de San José Obrero, con el deseo de cristianizar ese movimiento obrero, inyectándole el espíritu católico".

La cuestión, según ha argumentado, es que el 1 de mayo es "el día del trabajo, y nos invita a la solidaridad con todos los trabajadores; los de la industria y los del campo, los de la universidad y los de los servicios, los de la fábrica y los de talleres, y nos recuerda que no todos tienen trabajo, que vivimos con una alta tasa de paro, y hemos de apostar entre todos para que todo el mundo tenga un puesto de trabajo que le dignifique".

Por ello, ha animado al Secretariado Diocesano para la Pastoral del Trabajo "a que difunda la doctrina social de la Iglesia, y nos haga sensibles a las problemáticas que sufren los trabajadores en cualquiera de sus áreas y necesidades".

También ha instado a "los grupos cristianos a que trabajan en el mundo del trabajo, a que hagan presente la redención del trabajo que Cristo divino obrero ha alcanzado para todos. Un trabajo digno, un salario justo, un trabajo que dignifique a la persona. Nada de esclavitud ni de horarios inhumanos, y menos aún con los más desfavorecidos, que tienen que aceptarlo porque no hay otra cosa".

Junto a ello, Fernández ha expresado "un agradecimiento social a quienes crean nuevos puestos de trabajo en una sociedad en la que escasean", a la vez que ha hecho "una llamada a todos los trabajadores a que cumplan sus compromisos de producción y servicio, a la responsabilidad de quienes están construyendo un mundo nuevo. El trabajo no debe ser nunca un lugar de conflicto, sino un lugar de encuentro y de amistad social entre las personas". 

Ante la celebración este jueves 28 abril del Día Mundial por la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el obispo ha explicado que, "como Iglesia Católica, nos unimos a ese gran movimiento de solidaridad para hacer que el trabajo no sea la causa inmediata de la muerte".

Así, ha recordado que el Papa Francisco, en la pasada Misa de Nochebuena, exclamó: "no más muertes en el trabajo, y esforcémonos por lograrlo", algo que Fernández considera importante, pues "en España se registran cada año más de un millón de accidentes laborales, de los que más de 700 fueron muertes por accidente laboral".

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