Religión

Una nueva iglesia para Córdoba en Poniente Sur

  • El obispo bendice el templo Beato Cristóbal de Santa Catalina, que fundó en 1673 el Hospital de Jesús Nazareno

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, bendice el nuevo templo.

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, bendice el nuevo templo. / Juan Ayala

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha bendecido la iglesia Beato Cristóbal de Santa Catalina, nuevo templo auxiliar de la parroquia de Beato Álvaro de Córdoba. En su homilía, el prelado ha  agradecido a Vimpyca la generosidad por la cesión del local consagrado como nueva iglesia que desde ahora es "casa de Dios donde las personas pueden encontrarse".

El obispo, además, ha pedido que este espacio, localizado en la zona de crecimiento de la ciudad, "sea casa de Dios y lleve a la salvación de nuestros corazones". El templo se encuentra ubicado en la zona de Poniente Sur.

Con la bendición de la iglesia, dedicada al padre Cristóbal de Santa Catalina, este nuevo templo se convierte en lugar de culto local al beato Cristóbal de Santa Catalina, por eso Fernández ha querido felicitar a la congregación de las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, porque en adelante será más conocido un sacerdote que "abrió su corazón a la caridad para los cordobeses". La celebración se ha llevado a cabo el 23 de julio, un día antes de la fiesta del padre Cristóbal de Santa Catalina y dos días antes de la fecha de su nacimiento.

Este nuevo templo rinde homenaje al beato emeritense que murió en Córdoba contagiado por los enfermos a los que atendía sin descanso. Fue un sacerdote eremita, fundador en 1673 del Hospital de Jesús Nazareno, y de las congregaciones Franciscanas de Hermanos y Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno.

Tras una vida de oración y penitencia, en Córdoba descubrió una nueva vocación al servicio de pobres y enfermos. Benedicto XVI aprobó el milagro que conduciría a su beatificación el 7 de abril de 2013, siendo Papa Francisco. Es la primera beatificación celebrada en la Catedral de la diócesis de Córdoba.

Una construcción actual

Un momento de la misa celebrada. Un momento de la misa celebrada.

Un momento de la misa celebrada. / Juan Ayala

La nueva iglesia Beato Cristóbal de Santa Catalina se erige en el terreno cedido en uso por Vimpyca a la Diócesis de Córdoba con una superficie total de 192,34 metros cuadrados. Situada entre la calle Concha Espina y la esquina Escritora Cecilia Böhl de Faber, el acceso principal se encuentra en la misma esquina conformando un chaflán. 

El diseño es obra del arquitecto diocesano Miguel García Madueño, que ha conseguido una sencillez formal mediante el uso del blanco sobre madera creando un espacio moderno y cálido al mismo tiempo. Se le ha dado el mismo tratamiento al panel en el que se encuentra la cruz central y el Sagrario, que destaca por su geometría sobresaliente del muro donde se ubica.

El Sagrario tiene la originalidad de reproducir el crismón, símbolo por excelencia del cristianismo en época prerrománica, aparecido en relieve en un ladrillo visigodo de barro cocido perteneciente a los fondos del Museo Diocesano de Córdoba e inventariado con el número 296, donación del que ha sido canónigo archivero de la Catedral, Manuel Nieto Cumplido. Se trata de una pieza singular de uso funerario cuyo original se exhibe en el Palacio Episcopal, fechada entre los siglos VI-VII d. C. y procedente de Santaella.

La comunidad de Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno

La comunidad de Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, consagradas al cuidado de ancianos en cuatro residencias de la Diócesis cordobesa ha celebrado la dedicación al beato Cristóbal de Santa Catalina de esta nueva iglesia en la ciudad.

La superiora de la Residencia de Ancianos Jesús Nazareno de Córdoba, casa madre de la congregación fundada por el beato Cristóbal de Santa Catalina, María del Carmen Pérez Gallego, ha expresado su alegría porque el padre Cristóbal sea titular de una iglesia en la ciudad “una iglesia sencilla, como era él”, añade.

Para esta comunidad, todo lo que sea dar a conocer al beato es muy importante porque es “ejemplo y estímulo permanente” en este tiempo de pandemia, ya que como relata su biógrafo, el padre Posadas, “no hay pena que no hiciese suya”. Para las hermanas en este momento de tanta necesidad, la bendición de esta iglesia hace sonar su nombre como el de la “persona que se entregó a los necesitados”.

Según la información facilitada por la Diócesis de Córdoba, la familia de un niño sobre el que se verificó el milagro que condujo a la beatificación del padre Cristóbal pertenece a la parroquia del Beato Álvaro de Córdoba, de la que esta iglesia es templo auxiliar. Así, una madre, entonces embarazada, acudió a la intercesión del padre Cristóbal cuando le anunciaron que la gestación no acabaría en alumbramiento del hijo que esperaba; entonces “oró al Señor a través del padre Cristóbal y oramos las hermanas, y todo el mundo conocido” y finalmente el bebé nació perfectamente, contra el pronóstico adverso de los médicos, “como vida que florece por la intercesión de los santos”.

En el nuevo templo, junto al Sagrario, estará una reliquia del padre Cristóbal para su veneración pública, aunque los fieles visitan sus restos que reposan en la celda donde murió en la Capilla de Jesús Nazareno, en la casa madre donde inició su vida de servicio y amor a los pobres.

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