El misterio sube a la escena
Querida Agatha Christie | Crítica de teatro
La ficha
**** Querida Agatha Christie. Autor: Juan Carlos Rubio. Producción: Txalo, Olimpia y La Alegría Producciones. Reparto: Carmen Morales y Juan Meseguer. Texto y dirección: Juan Carlos Rubio. Fecha: Sábado, 1 de noviembre. Lugar: Teatro Góngora. Lleno.
El público de la ciudad no defraudó y llenó el Teatro Góngora para ver Querida Agatha Christie, último espectáculo estrenado de nuestro paisano Juan Carlos Rubio. Tomando como referencia los meses que estuvo viviendo en 1927 la famosa escritora en las Islas Canarias y el novelista más insigne nacido en Las Palmas, Rubio exprime su genialidad para recrear un encuentro entre autores del más alto nivel. Agatha Christie y Benito Pérez Galdós, alojados en habitaciones contiguas del Hotel Taoro de Tenerife, protagonizan una noche marcada por dos tormentas: la exterior visible a través del ventanal y la interior que sufre Agatha ante el rechazo de su esposo y el duelo que aún mantiene por la muerte de su madre.
Juntos vivirán una noche para compartir el talento que los encumbró como referentes de la literatura del pasado siglo, pero sobre todo su faceta más humana y personal. Es ahí, despojados del halo de la fama que les envuelve, donde afloran los sentimientos y es posible encontrar paz tras la tormenta.
Para llevar a cabo esta bonita historia colmada de emoción e intriga (que por respeto no revelaremos) la producción cuenta con profesionales de primera categoría habituales en los espectáculos del autor montillano: la escenografía de Estudio DeDos que nos adentra con todo detalle en una habitación de hotel de los años 20, el certero diseño de iluminación de José Manuel Guerra y el exquisito espacio sonoro compuesto por Miguel Linares aportan los elementos precisos para que la fabulosa pareja formada por Carmen Morales y Juan Meseguer suba en tándem a la tabla y logre surfear una ola de 80 minutos donde sus personajes nos regalan momentos entrañables.
¿Qué pasa por nuestra mente cuando creemos que todo está perdido? Si la respuesta es desaparecer, pocas manos quedarían sin alzar para darla como válida. Sin embargo, la experiencia demuestra que allá donde somos incapaces de ver esperanza puede existir una mano, amiga o anónima, real o imaginada, que comparta nuestra carga. Ese es uno de los más fabulosos misterios que nos ofrece la vida.
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