Mercedes Luján: "Nunca había visto a una mujer tocar la guitarra flamenca y pensaba que no se podía”
Entrevista
La artista murciana es la primera guitarrista flamenca concertista que será cabeza de cartel en la historia de La Noche Blanca
La Noche Blanca del Flamenco de Córdoba unirá a artistas consolidados y a jóvenes promesas

Córdoba/Mercedes Luján (Lorca, Murcia, 1987) nació para romper barreras en el flamenco y, más concretamente, en la guitarra. Desde pequeña, tocaba a escondidas este instrumento porque pensaba que para las mujeres estaba prohibido, hasta que, con 12 años, su abuelo la escuchó tocando y la animó a seguir. Ahora, con 37 años, se ha convertido en una de las pocas mujeres concertistas de guitarra flamenca. Este sábado, 21 de junio, actuará a las 01:30 en el Cine Fuenseca dentro de La Noche Blanca del Flamenco de Córdoba, convirtiéndose en la primera mujer guitarrista que es cabeza de cartel en la historia de esta cita. Presentará Revolución, un espectáculo diverso, flamenco, actual y original.
Pregunta.La primera pregunta es obligada, ¿por qué se atrevió con en el mundo de la guitarra flamenca, tradicionalmente de hombres?
Respuesta.Siempre respondo: ¿por qué no? Cuando empecé a tocar la guitarra, nunca había visto a ninguna mujer tocar. Yo tocaba porque había visto la guitarra en mi casa desde que tengo uso de razón a través de mi abuelo, y mi abuelo intentó enseñar a mi hermano, a mis primos, a todos los varones de la casa. Un día, mi hermano, recibiendo una lección, me dejó la guitarra que yo ya en casa cogía a escondidas y mi abuelo me escuchó tocar. Volvió pensando que era mi hermano y para sorpresa de mi abuelo, era yo. Y sorpresa para mí, que me habían pillado porque yo pensaba que no podía hacer eso. Siempre he estado rodeada de flamenco por mi familia, pero nunca había visto a una mujer tocar y me he criado viendo festivales de flamenco y viendo flamenco en casa. El flamenco es un lenguaje más de mi casa, pero nunca había visto a una mujer tocar y pensaba que no se podía, que eso no era para mujeres. Así que, cuando ya se descubrió que yo tocaba, mi abuelo fue la primera persona en animarme y en decirme que yo no había visto mujeres tocar, pero él sí, que por desgracia no había muchas, pero las había y muy buenas, que yo tenía madera y facultades y que iba a ser una de ellas. Así empezó mi andadura con la guitarra.
P.¿Qué lecciones le enseñó su abuelo?
R.Todo. Muchas veces, cuando terminaba de tocar con él, estaba deseando de guardar la guitarra porque era una niña y quería irme a jugar o compartir un ratito con mi abuela. Me acuerdo que una de las veces me dijo: "guarda la guitarra, pero no te vas, la clase no ha terminado, ahora vas a escuchar". Yo le contestaba: "¿pero escuchar para qué?". Y me decía: "vas muy mal, tu verdadero trabajo no lo vas a hacer nunca con las manos, tu verdadero trabajo va a consistir en dejar de tener orejas para empezar a tener oídos". Me lo enseñó todo.

P.Desde esas primeras clases con su abuelo hasta ahora, ¿cómo ha logrado hacerse un hueco en el flamenco?
R.Mi abuelo me enseñó la escuela que él había aprendido, la de Javier Molina, la escuela del Jerez antiguo, de hace 150 años. Pero claro, desde hace 150 años hasta hoy el flamenco ha sufrido una evolución, como todo en la vida. Mi andadura empieza con mi abuelo, él me enseñó todo lo que sabía, hasta que llega un punto en que la edad le hace mella, deja de poder enseñarme y me dice que lo que quedaba lo tenía que aprender yo sola. Entonces, ahí es donde aplico sus lecciones de escuchar mucho. El flamenco es un lenguaje y es como el que nunca ha estudiado un idioma, pero se va a un país y nada más que de hablarlo y de oírlo muchas cosas se le quedan. Entonces, yo ya tenía una base muy grande que mi abuelo me enseñó y que al ser el flamenco más antiguo, entendía muchas cosas del flamenco de hoy. Simplemente, veía la evolución y entendía de dónde venía porque tenía una base y unos cimientos que, por desgracia, hoy en día es muy difícil encontrar. Entonces, aprendí a acompañar al cante, a componer mis propios temas y a ser concertista de guitarra, con un registro de obras propias escritas para llevar a cabo en directo.
P.¿Cree que hacerse un hueco en la guitarra flamenca le ha costado más que si fuera un hombre?
R.España es el país de la guitarra: si te dedicas a la guitarra y vives en España, te enfrentas a un nicho de mercado muy grande. O sea, la competencia está, es real. Aquí, la guitarra es el instrumento nacional. Entonces, creo que la dificultad para dedicarse a ella, para hacerse un hueco, la tiene cualquiera, tanto los hombres como las mujeres. Es cierto que no se ven tantas mujeres, pero hay veces que lejos de ser una debilidad, es lo que te fortalece. Tienes que tener muchísimo amor por esta profesión porque no es una profesión que se estudie para tener una buena cantidad de trabajo y de dinero. Si se estudiara por hacerse rico, nadie la elegiría. La guitarra es 100% vocacional, es una necesidad que tienes de expresarte a través de ella. Cuesta mucho y hay que dedicarle muchas, muchas horas. Es muy sacrificada.

P.Por desgracia, no estamos acostumbrados a ver a una mujer como guitarrista flamenca, y menos como concertista. ¿Cómo la recibe el público?
R.Pues la verdad es que muy bien. Estoy muy orgullosa de la evolución que ha tenido este país con el paso de los años. Al principio de mi carrera me costaba más porque, al final, la juventud se tiene que pagar por algún lado. Ahora echas la vista atrás y entiendes también muchas cosas. Después de encerrarte horas y horas con esta compañera, miras atrás y ves que tenías frescura, ganas, motivación, pero a lo mejor te faltaba disciplina, te faltaban otras cosas. No estamos acostumbrados a ver mujeres guitarristas, pero al final el público me recibe muy bien. Estoy muy orgullosa, me abren las puertas en todos los sitios donde voy y la verdad es que estoy muy feliz.
P.¿Cómo cree que es la situación actual de la mujer en el flamenco? ¿Depende de cada disciplina?
R.Claro, yo creo que según la disciplina también se ha avanzado más o menos. Matriarcas, por ejemplo, en el cante siempre ha habido. Por ejemplo, Pastora Pavón. En el baile, desde tiempos históricos, pues también. Sin embargo, en la guitarra, por desgracia, no hay tanto ese matriarcado y sí se ve más ese patriarcado. Pero creo que la situación de la mujer con respecto al flamenco a día de hoy está con una igualdad bastante proporcional a los hombres. Hoy en día, gracias a Dios, estamos en un momento de la historia muy dulce. Hace poco me tropecé con un vídeo de la Tía Tijeras, una guitarrista espectacular, que tocaba en casa y tocaba a escondidas porque no estaba bien visto en la sociedad de aquel entonces por su cultura. Entonces, cuando hoy en día toco o tengo momentos de debilidad, de decir que la guitarra es muy difícil, pienso en esas mujeres y digo: ponte a tocar y dale, porque se lo debes a ellas que no han podido, que no han vivido en la misma época.
P.Es la primera mujer guitarrista flamenca, concertista, cabeza de cartel en la historia de La Noche Blanca del Flamenco.
R.¡No me digas! ¿En serio? Pues fíjate, yo no me había parado a investigar eso. Me das una alegría y a la vez una responsabilidad muy grande. Orgullosísima de ser la primera mujer cabeza de cartel en La Noche Blanca de Córdoba y espero que no sea la última. Espero que sirva para abrir una puerta por donde puedan entrar muchísimas más.
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