El menú de cada procesión

Los bares cercanos a la carrera oficial aprovechan la Semana de Pasión para colocar barras y vender bocadillos, pipas y refrescos al paso de las hermandades

L. Chaparro

23 de abril 2011 - 01:00

La Semana Santa se convierte para los bares y tiendas de chucherías más cercanos a la carrera oficial en un buen reclamo para turistas y locales. El paso obligado de las cofradías son un gran atractivo para que este tipo de establecimientos hagan de cada Semana de Pasión su particular agosto con la venta de algo tan simple, al tiempo que necesario, como puede ser un bocadillo.

El bar La Campana, ubicado en la calle Claudio Marcelo y, por ende, en el punto estratégico de la Semana Santa, es uno de los locales que aprovecha el tirón. Sin embargo, este año las cosas no han ido del todo bien. La lluvia de los últimos días han provocado que las cofradías no pasen por este lugar más que privilegiado de cada Semana de Pasión, según contó ayer su cocinero, Eduardo Mora, quien reconoció que hasta la fecha el mejor día que han tenido ha sido el Domingo de Ramos "cuando vendimos más de 150 bocadillos y hamburguesas". "El Jueves Santo no se vendió nada y hoy -por ayer- la cosa pinta mal", añadió. Las hamburguesas, junto al bocadillo de lomo, el de tortilla de patatas y del jamón son los más solicitados por la clientela que estos días ha pasado por el restaurante, en el que ayer esperaban "comidas al mediodía de familias y matrimonios jóvenes", detalló. La crisis también ha pasado factura por La Campana -local en el que trabajan cinco personas- y, por eso, han tenido que bajar los precios. Así las cosas, comerse un bocata al tiempo que alguna cofradía hace estación de penitencia por la carrera oficial en este bar cuesta tres euros.

Otro de los clásicos bares de bocadillos de la Semana Santa es el Bocadi, ubicado en la calle Conde de Cárdenas. Desde 1959, este local sirve cientos y cientos de bocadillos, a diario, y aún más en estos días de procesiones. Uno de sus propietarios es Manuel Sánchez, quien también reconoció que la lluvia no ha venido demasiado bien al negocio. Aún así, continuó, "dentro de lo que cabe nos hemos salvado".

El Bocadi tiene su clientela fija de cada día, pero en Semana Santa sus visitantes aumentan de manera notable, ya que la carrera oficial está a escasos metros. "Todo cambia en Semana Santa porque no es lo mismo servir una mesa dentro a que venga alguien y te pida diez bocadillos diferentes para llevarse en una bolsa", relató Sánchez, quien no pudo calcular el número de bocatas que han podido servir estos días. "Son muchos", se limitó a decir. Tantos como puede ser la variedad bocadillos que tienen en su carta, que según el propietario pueden ser de "entre 90 ó 100". Eso sí, uno de los más solicitados estos días es del de atún con tomate. Para estos días, la plantilla en el Bocadi aumenta de manera considerable y, al tratarse de un negocio familiar, "vienen nuestros hijos a echarnos una mano porque tenemos que ampliar el horario", subrayó.

Alguna que otra cofradía es fiel cliente del Bocadi, según desveló Sánchez, quien como ejemplo puso el caso de la hermandad de El Caído. Para esta cofradía, el bar preparó "más de 1.200 bocadillos para el Jueves Santo", aseguró. Por cierto, que Sánchez también aludió a las lluvias del jueves, que hicieron imposible el paso de alguna hermandad. "No nos lo esperábamos y tuvimos gente a partir de las 22:00, cuando se dieron cuenta de que no había cofradías en la calle", explicó.

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