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Sanidad
El Sindicato Médico de Córdoba advierte que la salud mental y emocional de los profesionales sanitarios se encuentra en niveles de deterioro sin precedentes. La organización ha analizado un informe sobre el burnout(síndrome del trabajador quemado) en España que refleja que casi el 94% de los médicos presenta algún grado de desgaste profesional, lo que compromete la calidad asistencial, la seguridad del paciente y la sostenibilidad misma del sistema público.
En concreto, los datos analizados muestran que más de la mitad de los médicos jóvenes cumple criterios de burnout completo y que el 93,9 % presenta algún grado de desgaste profesional. "Esta cifra, inédita en nuestro país, confirma que ya no estamos ante un problema aislado o personal, sino ante un riesgo estructural que se extiende por todos los niveles asistenciales", señala el sindicato.
Los datos del Plan de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime) evidencian un crecimiento sostenido de médicos atendidos por trastornos ansioso-depresivos y problemas emocionales graves, mientras que "miles de profesionales permanecen en silencio por miedo, estigma o desconocimiento de los recursos disponibles".
La organización sindical asevera que el burnout no sólo afecta a quienes lo padecen, sino que las consecuencias recaen sobre toda la población. En este sentido, aclara que la evidencia científica demuestra que los profesionales exhaustos trabajan con menor rendimiento, aumentan sus bajas laborales y presentan mayor intención de abandonar la profesión.
A esto se suma "un contexto de plantillas insuficientes, exceso de guardias, descanso insuficiente, agresiones crecientes y burocracia insoportable", añade el sindicato, lo que "sitúa al sistema sanitario español en una situación límite".
Por ello, desde el Sindicato Médico de Córdoba afirman "con rotundidad que el burnout médico es un problema que amenaza la estabilidad de la sanidad pública".
Al respecto, asevera que los responsables políticos deben actuar ya que "la responsabilidad última de revertir esta crisis recae en las administraciones públicas". Estas deben abordar el burnout con "medidas urgentes, contundentes y sostenidas, que incluyan la regulación real de descansos y límites de carga laboral, el refuerzo estructural de plantillas, medidas de seguridad y prevención frente a agresiones, reducción efectiva de burocracia y tareas impropias, programas de apoyo psicológico accesibles y desestigmatizados y observatorios permanentes de salud laboral médica.
"La inacción política en este contexto es, sencillamente, incompatible con la protección de la ciudadanía", asevera el sindicato.
Este informe confirma lo que "desde hace años denuncian sindicatos profesionales médicos: sin un marco regulador específico que proteja a los facultativos, la situación se seguirá agravando". Por ello, desde el sindicato vuelven a reivindicar que la lucha por un estatuto propio del médico "es más necesaria, más urgente y más legítima que nunca".
Este estatuto permitiría definir condiciones laborales homogéneas, límites claros a las cargas asistenciales, derechos específicos de recuperación física y emocional y garantías para que la profesión "pueda ejercerse con dignidad y seguridad".
"Proteger a los médicos es proteger la sanidad pública: no se puede mantener un sistema fuerte, seguro y universal apoyado en profesionales exhaustos, enfermos o al borde del abandono. Cuidar a quienes cuidan es una responsabilidad colectiva, institucional y política", concluye la organización.
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