Religión

Los 127 mártires de Córdoba, más cerca de la santidad

  • La Catedral celebra la beatificación del sacerdote Juan Elías Medina y de 126 mártires cordobeses de la persecución religiosa durante la Guerra Civil

  • El obispo, Demetrio Fernández, pide "poder asistir a su canonización en Roma sin tardar muchos años"

  • Galería gráfica: Así ha sido la ceremonia de beatificación este 16 de octubre

Beatificación de los 127 mártires cordobeses.

Beatificación de los 127 mártires cordobeses. / Miguel Ángel Salas

La Catedral de Córdoba ha vivido este sábado, 16 de octubre, la solemne beatificación del sacerdote Juan Elías Medina y de otros 126 mártires de la persecución religiosa en España entre los años 1936 y 1939, que han "alcanzado la cima de un amor más fuerte que el sufrimiento", según ha subrayado durante la ceremonia el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos y delegado pontificio. En la eucaristía han estado presentes 3.000 personas, familiares de los mártires, casi 200 sacerdotes y una veintena de obispos de varias diócesis de España, así como autoridades institucionales, civiles y militares.

Con la imagen de los mártires enmarcada entre flores e iluminada con la luz de numerosas velas, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha pedido "humildemente" al Papa Francisco la inscripción "de los siervos de Dios Juan Elías Medina y 126 compañeros, vírgenes, religiosos, laicos, seminaristas y sacerdotes" como beatos de la iglesia. En ese momento, al descubrirse el tapiz, el coro interpretaba el Aleluya, el canto de alabanza, y ha procesionado la urna con las reliquias de los nuevos beatos.

Los 127 mártires de Córdoba "derramaron su sangre ante la irrupción de una violencia ciega y destructiva, alcanzaron la cima de un amor más fuerte que el sufrimiento, en comunión con el señor, vencedor del pecado y la muerte". Todos "sufrieron ultrajes y condenas injustas hasta el derramamiento de su sangre antes y durante la Guerra Civil, entre 1936 y 1939, y hoy resplandecen ante la Iglesia y el mundo", ha expresado el cardenal Semeraro. 

El grupo de mártires está encabezado por Juan Elías Medina, que nació en el año 1902 en Castro del Río, fue párroco de su pueblo durante la persecución y fue asesinado el 25 de septiembre de 1936 por "odio a la fe". Sus nombres están ya inscritos en la Iglesia universal: son 79 sacerdotes, cinco seminaristas, cuatro religiosos, una religiosa, tres franciscanos y 39 laicos.

La persecución religiosa "alcanzó la saña y extrema crueldad y virulencia, y ellos ofrecieron su vida por amor a Cristo, siguieron a Jesús hasta el sacrificio supremo". "En su vida resplandece el compromiso por la paz y la libertad interior, la defensa de la dignidad del ser humano y hoy cantan eternamente la gloria de Dios y del cordero", ha subrayado Semeraro.

Durante su homilía, el cardenal ha expresado la importancia histórica de esta beatificación, cuyo grupo "nos pone delante una variedad de perfiles humanos, una riqueza y profundidad de espiritualidad, con profundas raíces en las ciencias teológicas, estamos delante de una visión de la historia". 

Asimismo, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se ha referido a "la tortura, que se ha convertido en ocasión de un amor más grande, incluyendo el perdón a los enemigos, reconciliación y paz para los pueblos". Y ha agradecido al Papa Francisco, entre aplausos de los asistentes, por inscribir a los 127 mártires de Córdoba como parte de la Iglesia y ha pedido "poder asistir a su canonización en Roma sin tardar muchos años". 

El proceso de la beatificación 

Las fases de trabajo que se han llevado a cabo para alcanzar este sábado la beatificación de estos 127 mártires en la Mezquita-Catedral de Córdoba parte de la "fama de martirio", es decir, "tener conciencia de que ha habido hombres y mujeres que han muerto por odio a la fe". 

La apertura de la causa de estos mártires de la Diócesis de Córdoba fue el 16 de enero de 2010 en la Catedral, que dio inicio a la investigación de una de las dos fases, la diocesana, constituyendo la comisión delegada que recogió las pruebas, encabezada por el postulador diocesano de la causa, Miguel Varona. Durante esa fase se interrogaron a 315 testigos que aportaron más de 600 declaraciones, todo ello unido a los documentos recopilados supuso que el volumen de la causa superara los 16.000 folios, que posteriormente fueron entregados en Roma en el año 2012, dando así por terminada la primera fase.

De la fase romana se ha encargado fray Alfonso Ramírez, que ha explicado que el martirio tiene que analizarse en su vertiente material y formal, es decir, el hilo conductor que demuestra que la persona acepta la muerte perdonando, y el perseguidor lo hace "por odio a la fe". El acto de clausura tuvo lugar el 15 de septiembre de 2012. 

De los 127 mártires, 79 eran sacerdotes y 39 laicos, junto a ellos cinco seminaristas, tres religiosos y una religiosa con edades comprendidas entre 15 y 88 años. El mayor número de fallecidos tenía entre los 30 y 40 años, un total de 28; cuatro menores de 20 años y 13 entre 20 y 30 años. Entre los 40 y 88 años murieron "defendiendo su fe" 82 personas. Entre los laicos, hay dos matrimonios, también comerciantes, personas que se dedicaban a las labores del hogar, agricultores, pertenecientes a las hermandades, catequistas que "han padecido la persecución religiosa hasta derramar la sangre". 

La "geografía martirial" de esta causa de beatificación se extiende por las provincias de Córdoba, Jaén, Málaga, Ciudad Real, Valencia, Madrid y Badajoz. En la Diócesis de Córdoba, las poblaciones de Puente Genil, Posadas y Cañete de las Torres fueron "las más castigadas". En la localidad pontanesa fallecieron 14 de estos mártires, mientras que en Posadas fueron ocho y en Cañete de las Torres, siete.

El Obispado explica que "diocesanos de Córdoba murieron fuera de Andalucía a causa de su fe entre 1936 y 1939". En ese sentido, localidades pacenses como Granja de Torrehermosa o pueblos de Jaén o Ciudad Real fueron testigos de la muerte de 28 de los 127 mártires que el día 16 de octubre serán beatificados.

Con la beatificación de estos 127 mártires de la persecución religiosa en España pasan ya de 2.000 –exactamente 2.046- los mártires de España del siglo XX cuyos nombres quedan inscritos desde hoy en el Martirologio romano.

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